27 d’agost 2007

"Nunca haría teatro panfletario"

20 d'agost del 2007

Entrevista Kiddio España, director Festival Internacional de Teatro de Oriente


"No podemos esperar nunca que las cosas vengan de otras partes, el problema está en nosotros mismos"


Kiddio España recibió una beca del estado Anzoátegui para estudiar teatro en Italia. De regreso a Venezuela decidió, en señal de agradecimiento, dedicar su vida personal y profesional a la entidad oriental. Allá tiene más de 30 años y su principal aporte ha sido el Festival Internacional de Teatro de Oriente (FITO), que este año arriba a su edición número 32.

España sabe lo que es trabajar con las uñas en un país donde la descentralización suena cada vez más a bombona vacía. Pero su verbo y actitud abogan por la conciliación, la comprensión, el diálogo... por algo ha hecho 32 festivales.

- Este año el FITO viene con menos días de programación (del 26 de octubre al 4 de noviembre) ¿Por qué?

-Lo vamos a realizar en menos días, pero eso tiene una explicación y es que los espacios están afectando un poco el desarrollo del evento. Lamentablemente no podremos contar con el Teatro Cagigal, porque está en período de reparación; y cuando uno se pone a hacer un análisis de la programación te das cuenta de que lo que hacías en 16 días, lo puedes hacer en 10, porque lo más importante de este evento es, en principio, la calidad de las agrupaciones.

- ¿Y el presupuesto no tiene que ver?

-No tanto. El festival siempre ha tenido la característica de que se ha ido adaptando al presupuesto que se recibe. Claro que si nosotros tuviéramos un mayor aporte, tendríamos mayor amplitud. Si recibimos menos, vamos a seguir cortando, pero en esencia lo que es realmente el evento, no lo afecta en absoluto.

-¿Se ha incrementado el aporte oficial últimamente?

-El Ministerio (de la Cultura) nos ha mantenido el mismo aporte. Ahora, en años anteriores recibíamos de otros ministerios y eso no fue posible este año ni el 2006. Estamos esperando convenios con empresas de la zona. El FITO tiene una particularidad: todos quieren participar, es el festival de teatro sentimental venezolano.

-Pero parece que lo sentimental es sólo para la gente del gremio, porque si el Ministerio no ha revisado el presupuesto...

-Son cosas circunstanciales, yo lo veo desde ese punto de vista, en una circunstancia hay ese aporte.

-¿Y lo ideal no sería que se revisara y se incrementara el presupuesto?

- Sin duda, y no sólo en el FITO sino en cualquier evento de esta magnitud y con esta trayectoria, hay que revisarlo.

-Mientras mantiene estático el aporte para este tipo de programaciones, el Ministerio incrementa los eventos puntuales tipo festivales internacionales. ¿Qué piensa usted?

-El Ministerio tiene una política que quiere desarrollar en ese sentido. A mí en lo particular no me incomoda porque pienso que si eso cumple sus objetivos y se puede realizar de una manera satisfactoria, está bien, y a veces ese tipo de comparaciones, para uno que está metido en esto, no lleva a ninguna parte. Ahora, en el caso nuestro, es una lucha constante cada año: buscar los recursos, tratar de que el evento se mantenga y, además de eso, el hecho de que tenga una presencia vital en el medio cultural, ya para nosotros es un logro importante.

- ¿Cómo está el teatro de provincia? ¿Se sigue trabajando con las uñas?

-Eso va a ser siempre así, porque la gente que se dedica a trabajar en esto es muy ambiciosa en relación con la creación. Si tú quieres crear o hacer un espectáculo y te sale bien, en el futuro quieres hacer algo más grande. Ahora, lo importante de esto es que en cada uno de los estados hay gente que viene haciendo un teatro con mucha constancia y dedicación y eso es lo que lo mantiene siempre.

-Escucharlo decir que "eso va a ser siempre así" no suena muy alentador ¿No ve una descentralización a futuro?

- Yo creo que hay esfuerzos para la descentralización, pero eso va a depender de los artistas, de la gente que está metida en esto. Tenemos que visualizar hacia dónde queremos ir como creadores, qué es lo que realmente nosotros pretendemos recibir y con base en eso hay que luchar y pelear.

-¿Cuáles serían sus recomendaciones para descentralizar la cultura?

-Creo que es importante reunirnos, llegar a conclusiones muy claras y hacer planteamientos y eso depende de la gente de teatro. No podemos esperar nunca que las cosas vengan de otras partes, el problema está en nosotros mismos. Aquí siempre la gente de teatro ha tenido tendencia a reunirse y a discutir, lo que pasa es que nos dispersamos mucho y como somos creadores, cada quien se recoge a su rincón a trabajar y nos olvidamos que es importantísimo intercambiar ideas y sacar conclusiones.

Libertad en los ateneos
- Se ha planteado una revisión de las estructuras de los ateneos por parte del Ministerio de Cultura. ¿Realmente cree que no son democráticos?

- Generalizar sobre el problema de los Ateneos sería una ligereza de mi parte, porque yo conozco algunos que cumplen una tarea realmente extraordinaria; conozco otros que no cumplen esa tarea. En días pasados leí un artículo del ministro Farruco Sesto que me pareció muy interesante porque él decía, "vamos a sentarnos a hablar" y yo creo que él abre esa compuerta y eso es importantísimo, creo que esa es la vía. Decir que todos los ateneos están funcionando bien es una mentira. Y decir que todos son malos, también es otra mentira. Cada ateneo tiene una particularidad, y eso va a depender de la gente que tenga al frente.

-¿Qué pasarían si los ateneos fueran estatizados?

-El Estado siempre ha aportado, los ateneos tienen sus directivas con decisiones propias y programaciones, lo mismo que sucede con las fundaciones culturales, pero yo creo que la independencia de cada una de las instituciones culturales es esencial para uno poder realizar un trabajo. En cualquier parte del mundo las instituciones culturales independientes son las que han marcado la pauta.

- Pero parece que la palabra "independencia" no gusta mucho a la gerencia cultural de Venezuela.

- Depende desde el ángulo que se le mire. Cuando hablo de independencia es desde el punto de vista de la creación, de lo que tú realmente quieres realizar. Si el Estado me está dando un aporte -que allí es donde se tranca el serrucho- tiene toda la libertad de decirme ¿cómo lo está haciendo?, ¿en qué invierte el dinero que le estoy dando?, ¿los resultados son positivos o no?. No tendría por qué haber discusión en ese sentido.

-¿Qué entiende por socialismo del siglo XXI?

-Hay que ver, porque eso se está planteando de manera reciente. Yo de verdad que tengo que ver hacia dónde va la cosa, no estoy como muy claro.

-¿Y no es como grave que los intelectuales no sepan hacia dónde va el país?

- Eso tiene sus bemoles, lo que sí creo es que cada uno de nosotros tiene que jugar siempre a que el país vaya hacia adelante y que realmente se vaya desarrollando, que es lo que siempre hemos aspirado para el mejor confort del ciudadano, la mejor vida del venezolano.

-¿Cómo hacer para que el concepto cale en la sociedad cuando no se entiende lo suficiente y lo que viene a la mente es socialismo ruso, chino, cubano..?

-Hasta ahora llevamos diez años en este proceso y algo que se parezca a los chinos o a los cubanos no ha sucedido, creo que hay que ver las cosas desde otro ángulo.

-¿Qué se puede hacer desde el teatro para superar la polarización política?

-La cultura siempre ha ido a la vanguardia de todo lo que acontece en las sociedades. Yo pienso que la gente de arte tiene que hacer realmente lo que siempre ha hecho, trabajar. La creación es muy importante, cuando uno habla de vanguardia es porque realmente ve la sociedad desde un ángulo muy positivo, uno quiere que las cosas vayan cada vez mejor.

-¿Cómo debería ser ese teatro? ¿Crítico? ¿Edulcorado? ¿Neutral?

- Los movimientos culturales son importantes cuando realmente hay diversidad de criterios y cada quien lo asume de acuerdo con su propios intereses,

- Y en el caso de Kiddio España ¿Cuál es el teatro que le interesa difundir a través del FITO?

- El teatro tiene una particularidad y es que por muy edulcorado que sea, siempre es crítico. Si ves una comedia, es crítica, si ves un teatro comprometido políticamente, siempre es crítico. En el caso nuestro, desde que comenzamos siempre hemos querido y buscado que lo que nosotros hacemos tenga un mensaje y de alguna u otra forma, que haya una problemática que haga que el espectador reflexione respecto a su medio y a su identidad. Cuando seleccionamos una obra, por muy extranjera que sea, siempre tratamos de llevarla a nuestra propia realidad que es la realidad del individuo, su cultura, el comportamiento, en fin, la actitud ante su circunstancia. Lo que nunca yo haría es un teatro panfletario.

agomez@eluniversal.com

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