30 de gener 2008

La verdad de las mentiras

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20 gener 2008

CRÍTICA DE TEATRO
«Variacions enigmàtiques»
Autor: Éric-Emmanuel Schmitt. Dirección, escenografía y vestuario: Christophe Lidon. Traducción: Jordi Fité. Iluminación: Jean-Luc Chanonat. Intérpretes: Ricard Borràs, Nacho Fresneda.

La Villarroel, 18-II
SERGI DORIA

La obra del novelista y dramaturgo Éric-Emmanuel Schmitt propicia una recepción similar a la de Yasmina Reza. Sus textos se adornan de una pátina cultural que los prestigia sin resultar plúmbeos, lo que posibilita su éxito comercial. El autor francés gusta de la confrontación de caracteres, esquema que garantiza una tensión condensada en poco más de una hora sin que la trama se alargue como un chiclé. Como la buena cocina, platos sustanciosos y comedidos en su ración, evitando el empacho de sabores.
Si Bozzo llevó hace unos meses «El llibertí» al Poliorama, la tenacidad de Ricard Borràs ha hecho posible interpretar a Schmitt en la Villarroel. «Variacions enigmàtiques» constituye una pieza-tipo del teatro schmittiano. La referencia musical alude a la obra que Edward Elgar compuso a partir de una melodía popular subyacente que nunca llegaba a manifestarse del todo.
En esta partitura teatral, un escritor retirado en una isla del círculo polar (Ricard Borràs) y un periodista de diario de provincias (Nacho Fresneda). Dos caracteres en colisión: el cinismo del escritor que elogia la mentira como forma de supervivencia frente a la aburrida verdad y el sexo a oscuras y el buenismo del periodista que observa los asuntos humanos con los ojos del romanticismo.
Dos hombres que no tienen nada en común aunque, sin saberlo, han mantenido una relación simultánea con la misma mujer. Una mujer enigmática como las «Variaciones» de Elgar que nunca llegó a manifestarse tal cual es con ninguno de los dos. Ni con el escritor, con quien sostuvo una relación epistolar de quince años, ni con el periodista con quien estuvo casada. Y hasta aquí podemos leer...
Borràs borda al escritor que declara que «ser simpático es una desgracia» y se protege de la banalidad social con el exabrupto del misántropo en frases de brillante acidez. La interpretación -un tanto irregular y dubitativa- de Fresneda no perjudica a su personaje, dominado por una ambigüedad que el desenlace acabará resaltando. Un texto redondo sobre la autoría de las voces y las mentiras como paráclito de la existencia.... Sólo una pista más: ¿Recuerdan a la señora Francis, aquella voz femenina debida a un guionista masculino? ¿Aquella mujer escrita por un hombre? Estas «Variacions enigmàtiques» de Schmitt suenan bien. Una buena apuesta de Ricard Borràs.

Encetem temporada, comença l'espectacle!

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