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14 gener 2008
900 estudiantes de instituciones fiscales asistieron a la presentación de la obra ‘Antígona’. El Ministerio de Educación y Sarao organizan este taller de arte teatral.
Redacción Guayaquil
Con el despliegue de la cortina roja el silencio se apoderó de la sala. Desde la primera fila hasta la última la expectativa se esparció en medio de un público peculiar: un grupo de 100 estudiantes de distintos colegios de Guayaquil.
Los entretelones
Los talleresiniciaron el 7 de enero y culminaron el viernes pasado. Por ahora, la Subsecretaría de Educación prepara un nuevo cronograma de presentaciones.
Para la próxima temporada del proyecto estudiantil para jóvenes, el grupo Sarao preparará obras de artistas nacionales, como ‘La casa del que dirán’, de José Martínez Queirolo.
‘Zona de Danza’es otro de los proyectos gratuitos que desarrolló Sarao. Durante esta semana, los estudiantes de instituciones fiscales tuvieron una aproximación con varios género de danza contemporánea.
La obra‘Juego de amargos dioses’, que duró 40 minutos, fue la parte central del taller de danza. Luego, los participantes realizaron un foro con el público.“Es la primera vez que vengo al teatro”, comentó en voz baja Yadira Zamora, una de las espectadoras. La situación no fue ajena para muchos. A las 10:00 del pasado jueves el teatro Fedenador, al norte de la urbe, se convirtió en un sitio de encuentro entre los jóvenes y el mundo de las artes escénicas.
Tras bastidores, un poco de maquillaje y unos cuantos detalles del vestuario daban los últimos retoques a los miembros del grupo Sarao, previo a la presentación de ‘Antígona’, de Jean Anohuil.
El plan ‘Del colegio al teatro’ es parte de un acuerdo entre Sarao y el Ministerio de Educación, para vincular a 900 alumnos con la experiencia de la actuación.
Y aunque para muchos resultó extraño el nombre de la obra, el atractivo despliegue de luces en el entablado y la escenografía dejaron a un lado las dudas.
Algunos, como Julitza Navarrete, reconocieron que no sabían mucho la historia de la joven Antígona y de su rebelión contra el reinado de Tebas. Pero eso al final no importó. “La obra es muy interesante, y poco a poco se entiende”.
La música puso un toque peculiar. Paso a paso, la melodía internó a los jóvenes en la vida de Antígona, interpretada por Cindy Cantos. Su carácter y rebeldía captaron la atención.
A Keyla Siavichay le impactó el parecido de la protagonista con su forma de ser. “Me gustó su actitud porque demostró lo que sentía, y no temió ocultarlo”. A otros, en cambio, les atrajo el imponente papel del rey Creón, encarnado por Lucho Mueckay. La imagen del rey sobre las escaleras del trono y el sonido de los adornos de su capa de gamuza golpeando el piso se grabaron en Miriam Vera. “La actuación es buena porque representa las barreras que a veces se nos presentan en la juventud”.
Por ratos, la sala estallaba con risas y hasta silbidos. El idilio amoroso que mantiene la protagonista con otro joven acaparó la atención.
Y casi al final, con la muerte de Antígona, el silencio se apoderó nuevamente del auditorio. Pocos segundos después la reacción fue una lluvia de aplausos.
En el conversatorio final, los actores compartieron su experiencia. Por ejemplo, Mueckay contó un poco sobre sus inicios en el teatro y de cómo junto a sus amigos y formó un teatro en su colegio.
Una motivación a los espectadores a inclinarse por la vocación artística. También justificó la selección de la obra. “Vimos mucho el parecido de Antígona con ustedes, es una chica de raza real pero que no acepta las leyes impuestas. Y además decide llevar al máximo la compasión”, refirió.
14 gener 2008
900 estudiantes de instituciones fiscales asistieron a la presentación de la obra ‘Antígona’. El Ministerio de Educación y Sarao organizan este taller de arte teatral.
Redacción Guayaquil
Con el despliegue de la cortina roja el silencio se apoderó de la sala. Desde la primera fila hasta la última la expectativa se esparció en medio de un público peculiar: un grupo de 100 estudiantes de distintos colegios de Guayaquil.
Los entretelones
Los talleresiniciaron el 7 de enero y culminaron el viernes pasado. Por ahora, la Subsecretaría de Educación prepara un nuevo cronograma de presentaciones.
Para la próxima temporada del proyecto estudiantil para jóvenes, el grupo Sarao preparará obras de artistas nacionales, como ‘La casa del que dirán’, de José Martínez Queirolo.
‘Zona de Danza’es otro de los proyectos gratuitos que desarrolló Sarao. Durante esta semana, los estudiantes de instituciones fiscales tuvieron una aproximación con varios género de danza contemporánea.
La obra‘Juego de amargos dioses’, que duró 40 minutos, fue la parte central del taller de danza. Luego, los participantes realizaron un foro con el público.“Es la primera vez que vengo al teatro”, comentó en voz baja Yadira Zamora, una de las espectadoras. La situación no fue ajena para muchos. A las 10:00 del pasado jueves el teatro Fedenador, al norte de la urbe, se convirtió en un sitio de encuentro entre los jóvenes y el mundo de las artes escénicas.
Tras bastidores, un poco de maquillaje y unos cuantos detalles del vestuario daban los últimos retoques a los miembros del grupo Sarao, previo a la presentación de ‘Antígona’, de Jean Anohuil.
El plan ‘Del colegio al teatro’ es parte de un acuerdo entre Sarao y el Ministerio de Educación, para vincular a 900 alumnos con la experiencia de la actuación.
Y aunque para muchos resultó extraño el nombre de la obra, el atractivo despliegue de luces en el entablado y la escenografía dejaron a un lado las dudas.
Algunos, como Julitza Navarrete, reconocieron que no sabían mucho la historia de la joven Antígona y de su rebelión contra el reinado de Tebas. Pero eso al final no importó. “La obra es muy interesante, y poco a poco se entiende”.
La música puso un toque peculiar. Paso a paso, la melodía internó a los jóvenes en la vida de Antígona, interpretada por Cindy Cantos. Su carácter y rebeldía captaron la atención.
A Keyla Siavichay le impactó el parecido de la protagonista con su forma de ser. “Me gustó su actitud porque demostró lo que sentía, y no temió ocultarlo”. A otros, en cambio, les atrajo el imponente papel del rey Creón, encarnado por Lucho Mueckay. La imagen del rey sobre las escaleras del trono y el sonido de los adornos de su capa de gamuza golpeando el piso se grabaron en Miriam Vera. “La actuación es buena porque representa las barreras que a veces se nos presentan en la juventud”.
Por ratos, la sala estallaba con risas y hasta silbidos. El idilio amoroso que mantiene la protagonista con otro joven acaparó la atención.
Y casi al final, con la muerte de Antígona, el silencio se apoderó nuevamente del auditorio. Pocos segundos después la reacción fue una lluvia de aplausos.
En el conversatorio final, los actores compartieron su experiencia. Por ejemplo, Mueckay contó un poco sobre sus inicios en el teatro y de cómo junto a sus amigos y formó un teatro en su colegio.
Una motivación a los espectadores a inclinarse por la vocación artística. También justificó la selección de la obra. “Vimos mucho el parecido de Antígona con ustedes, es una chica de raza real pero que no acepta las leyes impuestas. Y además decide llevar al máximo la compasión”, refirió.
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