19 d’agost 2010

Nuevas fábricas de creación dotarán a Barcelona de 30.000 m2 para los artistas


www.lavanguardia.es
8 agots de 2010

El circo, el teatro, la danza, el arte y la música tendrán un punto de encuentro para ensayo, preparación y presentación de espectáculos

IGNACIO OROVIO
Barcelona

La placa solar del Fòrum de Barcelona, un mastodonte de 130 metros de longitud visible a muchos kilómetros, se asienta sobre la llamada Gruta del Fòrum, una red de pilares de hormigón que dejan entre sí amplios espacios; hasta ahora, almacenes de uso del recinto, donde se celebran macrofestivales de música y poco más; ahora, este verano, en plena transformación en fábrica circense. Es uno de los seis espacios –Fabra i Coats (Sant Andreu), Hangar y La Escocesa (Poblenou), La Seca (Ciutat Vella), Illa Philips (La Marina) y La Central del Circ (Fòrum)– que Barcelona reconvierte en fábrica de creación, donde cada sector (circo, teatro, danza, arte, música) tendrá un punto de encuentro para ensayo, preparación y presentación de espectáculos. Visitamos tres que están este verano en plena transformación.

Hormigón y circo
La temperatura, en el sótano de la placa, a nivel del mar y entre las patas de hormigón, es esta mañana de verano un par o tres de grados inferior a la exterior. Los operarios instalan la pasarela del perímetro de la sala central de ensayos, un diáfano espacio que será sala de entrenamiento, dividible y con toda la tecnología para colgar trapecios, cabos, focos, redes… sobre un suelo de goma elástica como en las carpas circenses.

Además de este espacio, La Central del Circ tendrá cinco salas de creación –con una idónea altura de 9,75 metros, que permite toda clase de ensayos y pruebas–, cinco despachos, gimnasio, cuatro boxes de uso compartido donde las compañías tengan un rincón para la gestión, una sala de grabación acústicamente aislada… En total, 3.500m2, de los que 2.000 son de creación y entrenamiento, y en los que se invierten 3,4 millones de euros. Una de las salas de ensayo, de planta trapezoidal y un diámetro máximo de unos 12 metros, da juego para la instalación de una mínima grada para preestrenar o presentar los espectáculos. La carpa para circo del Fòrum convivirá con La Central cuando se inaugure, en el segundo trimestre del 2011.

La Associació de Professionals del Circ, con quienes se ha nutrido el proyecto, "se encandiló del espacio por la altura", explica el delegado municipal de Cultura, Jordi Martí. "No hay otro centro circense parecido en mil kilómetros a la redonda", apunta Xavier Ruscalleda, arquitecto coautor, junto a Marta Lorenzo, de la rehabilitación: de la habilitación, en este caso. "La estructura era tan imponente que o bien íbamos contra ella o bien nos sometíamos", añade Ruscalleda. En la elección de los gabinetes que están reformando las fábricas se tuvo en cuenta la edad de los arquitectos, para así proteger a los creadores emergentes; a los fabricantes de fábricas, en este caso.

La inmensa Fabra
La única excepción a esta premisa es la de Manuel Ruisánchez y Francesc Bacardit, que han recibido el encargo de transformar la joya de la corona de las fábricas de creación: la vieja Fabra i Coats, en Sant Andreu. Un fantástico edificio construido entre 1910 y 1920, de ladrillo visto, con sendas torres adosadas por las que se accede a sus cuatro plantas. Un operario está desmontando los paneles que dejó el Red Bull Music Academy meses atrás, y que se ha venido utilizando hasta que ahora están comenzando las obras. Una inmensidad de más de 14.000 m2 en la que habrá estudios de grabación de música, de edición de vídeo, salas de ensayo para grandes y pequeñas compañías de teatro y danza, para la creación pictórica, escultórica... ¿Tantos artistas tiene Barcelona? "Desde luego que sí. Antes de las obras, con el edificio recién desalojado por la empresa textil, ya ha estado ocupado provisionalmente para ensayos y por artistas", dice Martí.

"En esta planta –señala Ruisánchez– vamos a eliminar dos filas de pilares para que haya espacios mayores". Cada piso de la Fabra i Coats está surcado por una estructura de pilares de hierro –arquitectura industrial inglesa– de gran robustez pero que condiciona la actividad. Impide, por ejemplo, ensayar o preparar espectáculos en espacios mayores de cinco metros, que es la distancia entre pilares. Eso haría inviable muchas obras de teatro o danza. En el piso superior se pueden eliminar dos filas, las que van a quedar pueden soportar el peso de la cubierta, desde la que se obtiene una fabulosa perspectiva de Barcelona. En el resto del edificio se organizará un sistema de divisiones móviles, muy versátil, a base de lonas publicitarias recicladas.

Los ajustes presupuestarios han obligado a acotar la reforma –10 millones de euros– al espacio que va de torre a torre, y que se prevé tener en la primavera del año que viene: "La bestia es muy grande", sonríe Ruisánchez; sólo en la planta baja se reformará el punto de acceso, donde habrá servicios comunes y cafetería. Lo que es seguro es que, con la magnitud del proyecto y la cantidad de artistas que convivirán por ratos entre sus paredes, la vieja textil tejerá jugosas sinergias. Una idea de Martí es que dos o tres de los pisos de protección oficial que se habilitarán en un edificio anexo se dediquen a residencia eventual de artistas extranjeros.

Luz para la danza
No es Wisconsin, es la Zona Franca, o la Marina. El granero de tipo americano donde la empresa Philips colgaba a secar sus bombillas podría estar repleto de trigo. Es la Illa Philips, donde hasta el 2004 se fabricaban globos de vidrio y que hoy cuenta con un CAP y una biblioteca. La nave de cúpula de chapa metálica, construida en 1959, será El Graner y albergará compañías de danza, según el proyecto preparado por la coreógrafa Àngels Margarit. "Aprovechamos agosto para hacer un micropilotaje porque la biblioteca cierra", explica Sara Galmán, otra arquitecta joven, responsable –con Maite Hernando– de la reforma, en pleno proceso; cuesta imaginar que en el amasijo de andamios y polvo que hoy desgobierna la sala pueda aparecer la danza. Se prevé que sea a fines de este año o inicios del próximo.

Se invierten 1,8 millones de euros: media nave será una gran sala de 343 m2 libre en altura hasta la estructura metálica que sustenta la bóveda; en la otra mitad, y en dos niveles, habrá dos salas de 120 m2 cada una (y 5 de altura), vestuarios y oficinas. En la fachada sur se abrirá un ventanal que dará al jardín, hoy público, que creó la empresa de bombillas. Paradojas del siglo: esa fachada es hoy otra gran placa solar.

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