Mestres estrena una comedia "triste" del padre espiritual de Chéjov

El director Josep Maria Mestres estrenará el 24 de febrero en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) 'Un mes al camp', la obra más emblemática de Ivan Turguénev, considerado precursor y padre espiritual del también ruso Anton Chéjov.

Se trata de una "comedia triste" protagonizada por una actriz habitual en los montajes de Mestres, Sílvia Bel, que da vida a Natalia Petrovna, una mujer madura y casada que se enamora de "alguien prohibido", ha comentado este viernes en rueda de prensa el director.
Ese alguien es Rakitin (Robert González), un joven estudiante que acude a la gran casa de campo familiar para dar clase al hijo de Natalia, y desencadena, sin quererlo, una "implosión" de sentimientos
"Natalia es una mujer que no se ha enamorado nunca", ha explicado Bel de su personaje, al tiempo que ha alabado la fragilidad de un texto que pone de relieve la moral de la Rusia de mediados del siglo XIX, donde era "absolutamente recriminable" enamoraese de un joven y de clase inferior.
Pero el meollo de la obra no acaba en el amor prohibido, ya que Natalia se desahoga con Rakitin (Josep Manel Casany), el amigo leal que convive con el matrimonio y que está enamorado de ella sin grandes esperanzas.
Por si fuera poco, el marido de Natalia, Isàliev (Xavier Boada), vive la 'infidelidad' de su mujer con el amigo de la familia de una forma atípica: "Se debate entre el amor a su mujer y la comprensión hacia los sentimientos de su amigo", ha comentado el actor.
Por la gran casa de campo de esta incipiente burguesía rusa también pasean profesores, institutrices y sirvientes, que, como ha recordado mestres, Turguénev presenta por primera vez en el teatro ruso "con vida propia y con sentimientos".
Los actores que les dan vida son Diana Torné, Carme Sansa, Míriam Alamany, Hans Richter, Joan Raja, Carles Martínez, David Segú, Tilda Espluga, Ireneu Tranis y Alba Valldaura.
Mestres no ha dudado en calificar 'Un més al camp' como un montaje de época, ya que tanto vestuario como decorados están ambientados en la Rusia de 1849, aunque de una manera "estilizada".
La música cuenta con el aliciente de tres canciones que Lluís Llach ha compuesto para la ocasión, aunque en ninguna de ellas canta.
La escenografía que ha diseñado Pep Duran está a la altura de la "espectacularidad" que exige la Sala Gran del TNC, ha precisado Mestres, aunque en ningún caso obstaculiza el trabajo de los actores.
De hecho, y para "que se vean las lágrimas", el aforo de la sala principal del teatro quedará reducido a la mitad.

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foto : David Ruano
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18 de febrer de 2011