El musical presenta el reparto de la producción que saldrá
de gira por España a partir del mes de octubre
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BRAULIO ORTIZ SANTANDER / ENVIADO ESPECIAL
23 DE JUNY DE 2013
Una curiosidad llamó la atención de los redactores de The
Economist: pese al terrible momento que vive España, el género del musical
sigue atrayendo a los espectadores, quizás porque aporta la posibilidad de
evadirse en una coyuntura marcada por la desesperanza. Dentro de esas ilusiones
que aún continúa moviendo el sector, se esperaba el regreso de Los Miserables,
una obra que como todos los clásicos parece dialogar con el presente, por su
reivindicación de la dignidad del pueblo, por hablar de asuntos como la
supervivencia, el amor y la redención. Otros factores propiciaban esa vuelta:
la reciente adaptación cinematográfica había renovado el interés por una pieza
que lleva 28 años representándose en el mundo; la producción teatral que se
pudo ver en Madrid y Barcelona, además, se despidió en pleno idilio con el
público. "Tuvimos que terminar en el Lope de Vega [de Madrid] porque
teníamos un compromiso con Disney para que empezaran allí las funciones de El
Rey León", explica Julia Gómez Cora, directora general de Stage
Entertainment España, sobre el descanso que afrontó "el título más
emblemático del género musical junto con El fantasma de la ópera", una propuesta
"que no tiene edad, nacionalidad ni momento, que es universal como la
novela de Victor Hugo en que se basa".
Tras las representaciones en Madrid y Barcelona, los
responsables de Stage Entertainment se pusieron en contacto con el productor
Cameron Mackintosh para diseñar una gira que llevara Los Miserables por la
geografía española. Pero hubo que esperar. "Él tenía toda su atención
puesta en la preparación de la película", cuenta Gómez Cora sobre los
preliminares de "la producción más complicada, ambiciosa y grande que
hemos sacado de Madrid" y una gira que se prolongará durante año y medio y
visitará unas 20 ciudades. El calendario, que se inicia en octubre con el
estreno en el Palacio de Festivales de Cantabria, en Santander, y que entre
otros hitos "hará que el musical entre en un espacio como el Palau de les
Arts de Valencia", contempla dos ciudades andaluzas: Sevilla, donde estará
en el Nuevo Auditorio Fibes del 1 al 17 de noviembre de este año, y Málaga,
donde desembarcará en julio de 2014.
Fue el Palacio de Festivales de Cantabria el escenario en el
que se presentó el reparto del nuevo espectáculo. "Algunos intérpretes
repiten y otros no", precisa Gómez Cora con respecto a la versión
anterior. "Cuando se decidió que Los Miserables iba a volver, sabíamos que
no iba a ser tan fácil como poner a los mismos actores de antes en sus
papeles", apunta Christopher Key, director asociado del espectáculo.
"Hay gente que envejece o que deja de estar en forma. Y luego, Valjean,
Gerónimo Rauch, había sido fichado para la producción del West End londinense
[Mackintosh lo reclutó junto al sevillano Alfonso Casado, director musical] y
había que reemplazarlo, algo que no es sencillo", afirma este intérprete
que pasó de actuar en el musical a dirigirlo. "El rol de Valjean es uno de
los más complicados", añade, "porque se necesita una gran voz, con un
registro muy amplio, pero es importante que el elegido tenga también carisma,
que transmita". De ahí que el casting se abriese a otros países. Los
promotores de la obra buscaron "en Panamá, Chile, México, Brasil, incluso
en la comunidad latina de Nueva York", y el elegido para el héroe fue
Nicolás Martinelli, argentino como su predecesor en el papel, Rauch. "Ha
tenido que pasar más de seis audiciones, tuvo que viajar a Londres para que Cameron
lo conociera", comenta Key sobre el duro proceso de selección que sufrió
el actor.
Martinelli se traslada con este proyecto a España. "Es
un cliché si digo, hablando de Los Miserables, que estoy viviendo un sueño,
pero es así", asegura un actor curtido en el género en su país, donde ha
interpretado La Bella y la Bestia, El fantasma de la ópera o Sonrisas y
lágrimas, y que estudió teatro en la escuela del aclamado Claudio Tolcachir.
Con Valjean, Martinelli explorará "la pureza" que queda dentro de él.
"Él es un hombre bueno al que las circunstancias llevan a amurallarse, lo
que va sucediendo lo cambia y se cree alguien malo. Es un personaje que busca
la esencia. Esa búsqueda la veo también en mí, yo estoy en un momento de
cambio, estoy redescubriéndome, y quiero trasladar eso a Valjean",
sostiene.
Quien sí repite es Ignasi Vidal como Javert, pero para
regresar tuvo que medirse con otros candidatos. "Todos, incluso los que ya
lo hicieron, tuvieron que demostrar que eran los mejores para el papel", advierte
Gómez Cora. Vidal vive la reelección "con más ilusión que la primera vez,
porque nunca pensé que repetiría este personaje, que ha significado muchísimo
para mí", confiesa.
Key cree que "la mezcla entre los que ya lo hicieron y
los que se incorporan propiciará que todo tenga una nueva energía". Elena
Medina ya había participado en Los Miserables, perocomo parte del elenco y como
cover de Eponine y Fantine. Ahora se encarga de dar vida al codiciado personaje
de la segunda. La actriz se acercará a la joven sin recalcar el dramatismo de
su historia "porque si lo haces acaba siendo plano, tedioso. Fantine es
una chica normal que lo ha perdido todo, pero no es sólo una víctima". No
le pesa el aluvión de premios que se ha llevado Anne Hathaway por el mismo
papel. "Los espectadores se olvidan de la película, porque es un montaje
muy mágico. Ocurren tantas cosas en el escenario que la gente no sabe dónde
mirar. No sólo estás tú ahí, y eso tranquiliza", concluye.
Las alusiones a la película de Tom Hooper fueron constantes
en la presentación en Santander, pero todos tienen claro que el filme no
proyecta, en ningún caso, una sombra amenazante. Key desveló que en algún
momento se planteó añadir la canción Suddenly, que se creó para el
largometraje, pero aclaró que si alguna vez se hace será en el futuro, no en
esta versión, que se mantiene fiel a la que se vio en Madrid y Barcelona, la
ideada para el 25 aniversario del estreno. Una revisión que a los avances
técnicos sumaba como parte de la escenografía los dibujos del propio Victor
Hugo. Esta vuelta propone varios desafíos: el primero ha sido "tener en
cuenta los grandes escenarios por los que va a pasar, pero sin olvidar que
también estará en teatros a la italiana, el reto es que se vea igual de bien en
un sitio y en otro", expone Key; el otro desafío es "económico: en
Madrid se aprovechó el material de una producción que venía de Inglaterra, pero
ahora los decorados se están construyendo para la ocasión". Una
impresionante logística para revivir una obra "que en su estreno tal vez
no obtuvo críticas extraordinarias, pero que el público hizo suya, que se metió
en el corazón de la gente muy pronto". Por eso la película no restará
empuje al proyecto: "No hay nada como estar en el escenario y contarle algo
al espectador", defiende Key. Gómez Cora se muestra más tajante: "No
conozco a nadie que haya visto el musical y la película y piense que la
película es mejor".
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