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14 octubre de 2014
J. Dávila
El donostiarra pone en marcha las audiciones para
seleccionar el elenco del musical "Jesucristo Superstar". "No lo
digo para quedar bien, pero me he encontrado con un nivel muy superior al que
existe en Madrid", destaca el director.
Antes de enfrentarse a Jaime Azpilicueta las piernas de
Sandra la trasladan de esquina a esquina del interminable recibidor del
Auditorio de Tenerife al tiempo que mueve sus labios en silencio como si
estuviera rezando el rosario. Pedro también habla a media voz mientras sostiene
en su mano derecha un folio que ha enrollado a modo de pergamino. Ana y Teresa
juntan sus manos en un banco como si estuvieran a punto de empezar uno de esos
juegos en los que se requiere un alto grado de complicidad.
Azpilicueta hace un receso tras la primera hora y media de
audición para realizar un primer análisis. "Sin ser profesionales de esto,
aunque alguno de los que ha venido me da que tiene alguna que otra hora de
vuelo en castins, estoy muy sorprendido... No lo digo para quedar bien, pero me
he encontrado con un nivel muy superior al de Madrid", exalta tras
comentar con uno de sus colaboradores que el candidato que acaba de cantar
tiene muchas posibilidades de entrar en la selección final. "Vine
preparado para coger 1 de cada diez, pero es que estamos admitiendo 7 u 8 de
cada diez", confiesa el donostiarra sobre un proceso de selección que
registró 114 inscritos, pero que tras un primer filtro se redujo a 88 personas.
"Cantar lo hacen bastante bien, y como esa era una de
las prioridades, habrá que esperar a que la gran criba la haga el coreógrafo.
¿Ya veremos quién aguanta mejor la voz en movimiento?", avanza Azpilicueta
sobre una prueba de la que saldrán entre 30 y 36 intérpretes de
"Jesucristo Superstar", el musical que se representará del 26 al 30
de enero en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. "¡Tenemos
overbooking de talento!".
El impulsor de "Sonrisas y lágrimas" y "My
fair lady", entre otros muchos proyectos, considera que "hay
audiciones que se hacen muy difíciles porque no encuentras a la gente que
necesitas, pero ese no es el caso de Tenerife", insiste en un momento de
reflexión en el que Jaime se plantea la gran duda de "¿cómo voy a dejar a
alguien de este nivel fuera?", se cuestiona antes de volver a la realidad.
"Hay limitaciones presupuestarias y escénicas que no nos permiten una
elección generosa".
El cara a cara entre el aspirante y los examinadores
inevitablemente genera unos nervios que, a juicio de Azpilicuela, no tienen
nada que ver con su presencia en la sala. "No creo que sea yo el que
genere ese miedo, sino que eso es algo propio de este tipo de pruebas. Yo calculo
que a lo largo de mi vida he podido ver a más de 30.000 personas que buscaban
una oportunidad como esta... Le juro que ni una sola me transmitió una
tranquilidad total. Unos lo pudieron llevaron mejor que otros, pero tranquilo
al cien por cien no había ninguno", añadiendo que "siempre aparece un
bicho raro que te dice que no está nervioso, pero hasta esos se equivocan.
Incluso, recuerdo algún que otro desmayo".
El impulsor de esta versión de "Jesucristo
Superstar" compara los momentos previos a exponerse a los examinadores con
ese día en el que te presentas al práctico del carnet de conducir. "Si le
preguntas al alumno te va a decir que si no lo saca hoy ya vendrá otro día,
pero en realidad él quiere aprobar hoy y no puede controlar sus nervios antes
de que el examinador le indique la primera maniobra".
El que fuera director de distintas galas del carnaval
chicharrero va a permanecer en la Isla hasta el inicio de la semana que viene.
Luego, una vez se hayan elegido a los participantes de este musical, volverá a
la Península hasta su retorno a Tenerife, que se producirá a principio del mes
de diciembre. "Estar aquí remueve los recuerdos de muchos recuerdos que he
realizado para Santa Cruz".
Algunas de esas vivencias las rescató durante una cena a la
que acudió el pasado lunes en el entorno del Edificio Olimpo. "¿Qué cosas
más maravillosas me han ocurrido en esta plaza?", pensó sin perder de
vista los 50 años de profesión que está celebrando en 2014. "Yo llegué a
Madrid en septiembre de 1964, siendo un crío y con unas ganas tremendas de
escapar de casa porque sabía que allí estaba la profesión que yo quería
ejercer. En ese sentido, e insisto que no lo digo de cara a la galería, pero
muchas de las puntas más altas de este medio siglo de actividad están en Tenerife",
agradece unos segundos antes de volver a la mesa en la que están los
curriculums de los 88 jóvenes que buscan una oportunidad en un "Jesucristo
Superstar" cien por cien tinerfeño.
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