25 d’octubre 2014

PLATEA, una chapuza para salvar al teatro


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17 octubre de 2014

Improvisado. Rígido. Y con poca repercusión. Estas son las tres respuestas más repetidas cuando se pregunta a programadores y compañías de teatro sobre la gran apuesta del Ministerio de Cultura para revitalizar unas artes escénicas moribundas, especialmente fuera de Madrid y Cataluña.

PLATEA (Plan Estatal de Activación de Teatros en Ayuntamientos) comenzó en marzo con un presupuesto de seis millones de euros y la previsión de realizar 1.304 funciones en 183 municipios. A 10 de octubre no se han representado ni la mitad de los espectáculos: 583 (44,7%) y se han gastado 2,9 millones. Si bien es cierto que octubre, noviembre y diciembre son los meses fuertes de la temporada, hay obras que ya se han cancelado. El porqué se encuentra en esa improvisación de la que hablan las compañías consultadas por este periódico. Dejan claro que PLATEA es una buena idea para sumar actuaciones a sus giras en un panorama cultural agonizando ante un IVA del 21%. Pero se ha quedado en poco.

Lo primero que habría que preguntarse es dónde está el público. La ocupación es uno de los principales caballos de batalla de PLATEA. Según los datos ofrecidos por el INAEM, las salas se han llenado al 35,8% (han visto los espectáculos 103.943 espectadores, lo que supone una media de 203 por función ­–los teatros adheridos al plan tienen de media 567 butacas- a los que habría que sumar a quienes vieron las 71 funciones de calle, y se ha recaudado 1,4 millones de euros, 2.765,76 euros de media por función). Un dato que desde el INAEM insisten en calificar como “positivo” teniendo en cuenta un panorama de escenarios “sobredimensionados” en España nacidos en época de bonanza y que la ocupación media nacional fue del 56%, según datos de 2011, incluyendo las grandes plazas de Madrid y Cataluña.

Entonces ¿por qué no va tanta gente a ver los espectáculos de PLATEA? El anterior director del INAEM, Miguel Ángel Recio, señaló con el dedo antes de irse a los ayuntamientos y sus programadores (todas las funciones se hacen en teatros públicos). “Deberían haberse implicado más” en la promoción y la difusión de los espectáculos, les espetó a unas administraciones municipales, en el mejor de los casos, con recursos justos o endeudadas. Tanto que al apenas poder programar espectáculos surgió este plan. Paradójico.

El mismo argumento lo mantiene hoy el INAEM al señalar que “la necesaria publicidad y promoción de los espectáculos no ha sido homogénea”. Desde las administraciones locales no están muy de acuerdo. “No me sirve que digan que es culpa de los ayuntamientos. Las cosas se anuncian y se promocionan pero las bases, los precios y la manera de llevar a cabo PLATEA ha sido muy rígida”, explica el programador de un teatro de 800 butacas valenciano. Las funciones que han hecho ya de las siete acordadas apenas rozaron el 50% de localidades vendidas, teniendo en cuenta que la ocupación media de este teatro es del 63% y con la publicación de 7.000 cuadernos de programación y cartelería.

Es aterrador que al segundo año ya le quiten un millón de euros. No sólo económicamente sino como mensaje al exterior
El problema, añade, es que los precios están fijados en un mínimo por PLATEA, lo que les imposibilita hacer abonos, promociones o descuentos como hacen habitualmente los municipios para fomentar la venta de entradas. Y los cupos (se eligen entre 4 y 15 funciones de las que el 25% son de danza, el 10% de circo, el 20% infantiles y el resto, teatro) les obligan a coger funciones que o no tienen público en sus ciudades o deberían ir a recintos más pequeños.

Un ejemplo más: en Ciudad Real el teatro Quijano tiene 900 butacas, los tres (de siete) espectáculos que ya se han podido ver han rozado de media a las 200 entradas vendidas (su ocupación media oscila en torno al 45-50%). Y no, la culpa tampoco es de la publicidad. La promoción se hace y es “suficiente”, confirman fuentes municipales, porque es "exactamente igual que la del resto de la programación".

Programar con las giras cerradas

“Se ha ido improvisando sobre la marcha. Los primeros meses han sido caóticos. Evidentemente este plan lo ha hecho gente que no tienen ni idea de cómo funciona una compañía de teatro”, asegura Aitor Tejada, productor de Kamikaze Producciones (Misántropo o La función por hacer). Lo primero que apunta es que PLATEA arranca cuando compañías y teatros ya tenían sus giras cerradas. Fue en enero cuando se pudieron elegir los espectáculos que se deberían ver de marzo a diciembre. “El primer semestre les pilló en bragas literalmente. Tuvimos que buscar huecos en la gira”, garantiza.

También se han cancelado funciones. PLATEA radica en que el INAEM asume la diferencia entre el caché y lo recaudado en taquilla –la fórmula busca dar seguridad a unos y otros sin pérdidas- pero establece unos precios mínimos que, según las butacas de un teatro, pueden no ser rentables para muchas compañías. “En nuestro caso la fórmula de PLATEA no funciona. De hecho, antes de firmar los contratos, suspendí las 12 funciones que teníamos. Ni llenando cubríamos gastos. Es incompatible con espectáculos como el nuestro, un infantil con 12 personas en gira”, afirma Olga Margallo, de UROC Teatro (Otro gran teatro mundo). La compañía de danza Kulbik (Cube) tenía siete funciones previstas, como recoge el catálogo publicado por el INAEM, pero ya ha anulado una y otra se hará fuera de PLATEA, confirma su productora Jessica Fernández. El resultado: a día de hoy sólo han hecho una.

Es una solución temporal que no crea tejido industrial ni movimiento real
A esto hay que sumar otros problemas del día a día de una gira como llevar los espectáculos fuera de la Península. Barco Pirata (Continuidad de los parques o Tempestad) tuvo que suspender una función en mayo en Gran Canaria porque no se habían previsto los gastos de fletar una producción a las islas y que, en la mayoría de los casos, superan el caché de cualquier compañía.

“PLATEA ha funcionado mal. Está hecho a la medida de un Gobierno que entiende que la cultura tiene que dar exclusivamente beneficios económicos”, señala Sergio Peris-Mencheta, de Barco Pirata. El director y actor señala otro escollo: “Es un invento fallido que no está ideado ni para teatros ni para compañías pequeñas. Si para una compañía pequeña ya era difícil girar, ahora con PLATEA lo es mucho más porque los ayuntamientos siempre van a elegir a las que tienen en su catálogo”. De la misma opinión es Juan López Berzal, de la compañía de teatro infantil Ultramarinos de Lucas. “Me temo que los ayuntamientos suplan ahora sus programaciones exclusivamente con PLATEA. Y si no entras…”, deja en el aire.

Tejada añade otro matiz: “Tengo la sensación de que más que para beneficiar a las compañías busca apoyar a los teatros. España tiene una barbaridad de teatros municipales [hay 858 espacios públicos, de los que el 80% son de titularidad municipal, según la Fundación Autor] que no tienen programación. No me parece mal pero no se ha creado una infraestructura de gira. Es una solución temporal que no crea tejido industrial”.
El próximo año, un millón menos

Con este panorama, el sector se desayunó hace unas semanas con unos presupuestos para 2015 que recogían una reducción de un millón de euros para PLATEA. El INAEM explica a este periódico que este recorte se debe “a la optimización del funcionamiento del programa de cara a su segunda edición”. En cristiano: “Dada la escasa programación de espectáculos durante los meses de julio y agosto” han decidido reducir el periodo de ejecución “ajustándolo a los meses de mayor actividad de las temporadas teatrales”. Pero además, agregan, van a necesitar invertir menos dinero porque prevén “una mayor autofinanciación de las funciones a través de taquilla”. Y eso que parece que el público todavía no ha llegado a encontrar las butacas este año.


“Es aterrador que al segundo año ya le quiten un millón de euros. No sólo económicamente sino como mensaje al exterior”, reflexiona José Luis Alonso de Santos, dramaturgo, director y presidente de la Academia de las Artes Escénicas. “El plan –que define como “un botijo en el desierto” que no resuelve el gran problema que del teatro: el 21% de IVA- podría dar buenos resultados pero hay que aumentar el presupuesto y poner a gestores eficientes en las instituciones y en los teatros”, recomienda. Eso sí, el año que viene tendrán un millón de euros menos.

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