17 d’octubre 2014

Priscilla en el Teatro Nuevo Alcalá. Madrid



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16 octubre de 2014

Con este temón comienza el espectáculo que nos ocupa. Y sí, hombres (muchos hombres), vestidos delirantes, colores, lentejuelas, un autobús a tamaño real, coreografías, risas, emoción, música y buen rollo (sobre todo mucho, mucho buen rollo) es lo que llueve sobre el patio de butacas del Nuevo Teatro Alcalá este Otoño. Que nos trae por fin el montaje estrella (una estrella recubierta de kilos y kilos de purpurina) de la temporada: el musical Priscilla, reina del desierto.

Señoras...y señoras, el autobús rosa está aquí para hacer las delicias de los amantes del musical, las reinonas y otros animales glamourosos. Y fascinar a todo aquél que disfrute con un espectáculo de gran formato perfectamente ejecutado que te deje la boca abierta (tanto por lo impresionante de la puesta en escena como porque no puede uno parar de reír). 40 artistas en escena, 500 trajes extraordinarios, 200 pelucas delirantes, un autobús real totalmente robotizado (cubierto por leds para más inri) y una banda sonora que nos lleva desde Tina Turner hasta Aretha Franklin pasando por la insoslayable Madonna son el envoltorio que acompaña a sus tres protagonistas en un viaje inolvidable. La mítica película de 1994 dirigida por Stephan Elliot fue un éxito de taquilla que parecía difícil trasladar a un escenario. Más que nada porque el meollo del asunto era un periplo en autobús por el medio del desierto australiano. Pero unos locos decidieron meter un autobús en un teatro. Y desde entonces el musical ha ido cosechando éxitos allá donde se ha representado (el musical feelgood por excelencia lo llaman). Uno podía temer acabar hasta el moño de tanta canción, colorinchi y plataformón. Pero la verdad es que sucede como con la película. Y es que todo tiene su puntito de reflexión y amargura recubierta de purpurina. No es simplemente una comedieta (como lo es la historia del musical Mamma Mia, por muchos millones de fans que tenga, lo siento) sino que los protagonistas tienen su heridas que deben de curarse con quitaesmalte para poder volver a actuar. Todo eso siempre con una sonrisa, porque the show must go on, como diría Queen.

La historia es conocida: dos drag queens y un transexual que se dedican al mundo de las actuaciones en vivo emprenden un viaje a través de Australia para hacer un show en la otra punta del país. El caso es que uno de ellos va a conocer a su hijo, al que no ha visto nunca. En su viaje se toparán con diferentes ejemplares de fauna humana a la par que se irán descubriendo a ellos mismos (en uno de esos viajes interiores recurrentes en cine y literatura). Las canciones sirven como paisajes emocionales de los personajes y hacen avanzar la acción, sin dar la impresión de estar metidas con calzador. Es como un greatest hits de las grandes divas que van desde el I will survive de Gloria Gaynor a el Color my World de Petula Clark pasando por los el Go West de los Pet Shop Boys (y sí, les he llamado divas). La adaptación española ha tenido la inteligencia de no traducir todas las canciones (escuchar todos esos temazos en castellano quedaría, cuanto menos, raruno si no ridículo) y han optado por un fifty-fifty (o ni siquiera), trasladando a nuestra lengua madre sólo algunas letras con valor narrativo para que no se queden lost sin translation los no anglo-parlantes. Gran decisión ésta que funciona a la perfección. Aunque es verdad que en el texto se cuelan algunas referencias (tipo Operación Triunfo o la Macarena) que chirrían en medio del desierto australiano... Pero se les perdonará porque el resto está muy conseguido.

El montaje viene de Londres, con la dirección de Simon Phillips, y el mediático Ángel Llácer es el responsable de la dirección artística de la versión española, porque evidentemente los intérpretes son patrios. El resultado es esplendoroso. Todo funciona como debe funcionar y nada sobra ni falta. El coro de cantantes/bailarines es sencillamente espectacular (a más de uno se le escapará un suspirito al ver tanto cuerpo fibrado, sin desmerecer a las estupendas bailarinas por supuesto), las tres divas que sobrevuelan (literalmente) el escenario son de infarto (vaya voces, amigos), los secundarios de lujo (fantásticos David Muro como Bob o Cristina Rueda como esa homófona dueña de bar de pueblo) y los protagonistas, un derroche de talento. Christian Escuredo por su parte interpreta a Felicia. Su forma física y vocal son absolutamente de sobresaliente y consigue encandilar al personal desde que aparece con esa energía desbordante y su personaje hormonalmente descontrolado y en apariencia superficial. Jaime Zatarain interpreta a Mitzi, esa drag sorprendente y sensible (mujer e hijo incluidos), con una elegancia espectacular y un control en escena sencillamente fantásticos a todos los niveles. Perfecto tanto vocal como interpretativamente. Un diez para Zatarain. Y Mariano Peña, la gran apuesta de esta versión, deja el Bar Reinols de Aída para irse a las antípodas e interpretar a la transexual Bernadette. Peña lucha con el cante, el baile y el playback. Y, aunque no es lo suyo, aprueba (sobre todo porque sus carencias las integra como achaques de la protagonista). Su Bernadette es bastante menos elegante y sutil que la de Terence Stamp, eso está claro, y tira más a un registro algo más cómico que le resta un pelín de profundidad a este personaje herido, pero que también es interesante y conecta muy bien con el respetable. Me gustaría ver a José Luis Mosquera, con quien se alterna en el papel, porque debe ser el complemento perfecto de Peña, pero aún así el ex-homófobo Mauricio Colmenero atrapa y demuestra una gran versatilidad y presencia escénica.


Y qué habar del decorado, con ese enorme autobús encima de la escena, o el vestuario, maquillaje y peluquería, toda una fantasía, derroche camp y excesivo absolutamente delirante. Podría estar horas describiendo los modelitos. Evidentemente, odiadores del teatro musical (que los hay, y muchos) absternerse. Pero los que disfrutéis con un buen montaje, id corriendo a verlo: es uno de los mejores espectáculos de gran formato de los últimos años. Dejad que Priscilla os llene de color y alegría al menos por una noche. "You can color my world with sunshine yellow each day...Oh you can color my world with happiness all the way… Sunshine yellow, orange Blossom, laughing faces everywhere, yeah!"

Encetem temporada, comença l'espectacle!

Amb la celebració de la Festa Major de Manresa,  donem el tret de sortida a la nova temporada del Kursaal.  Us hem preparat una tardor que a...