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California, 1967. Ron Jones, profesor de instituto, decide
poner en marcha un experimento para que sus alumnos entiendan los mecanismos
sociales que posibilitaron el auge del nazismo. La historia nos resulta
conocida principalmente por la muy angustiosa película alemana de 2008 La ola,
que trasladaba la historia a nuestros días. Ahora nos llega la adaptación
teatral que, después de un exitoso paso por Barcelona, se ha estrenado en el
Teatro Valle-Inclán adaptada por Marc Montserrat Drukker e Ignacio García May.
García May y el director deciden mantenerse fieles al tiempo
y situación originales (a partir incluso de una labor de investigación en
contacto con el propio profesor Jones). Marc Monserrat Drukker dirige de forma
efectista un espectáculo que mantiene en todo momento la atención y la tensión
(y eso que son alrededor de dos horas y media) y que resulta sin duda sólido y
más que interesante. Pero... que no llega golpear al espectador como podría.
Uno tiene la sensación de estar viendo un buen espectáculo netamente teatral,
más que bueno en algunos momentos. Pero (y ahí está tal vez el quid de la
cuestión), tiene la sensación de estar viéndolo, no sintiéndolo. Sin emoción,
desde la barrera, como quien dice. Por un lado, la decisión de apartarse de la
película y ceñirse al experimento original es sin duda una apuesta sugestiva e
inteligente. Pero elimina el poder de identificación y peligrosa cercanía, que
era tal vez lo más reseñable del film de Dennis Gansel. Esa barrera para
identificarse con los protagonistas se eleva más todavía cuando uno se va dando
cuenta mientras avanza la función de que los personajes no tienen matices que
les enriquezcan.
Desde la dirección se ha dado unas pautas de interpretación
que resultan poco creíbles para el público actual. Que, sin embargo, los
jóvenes actores (algunos que suenan catódicamente hablando, otros que vienen
del montaje catalán) acatan a la perfección, cumpliendo más que de sobra con
ese registro en sus interpretaciones, con energía y dedicación absoluta. Aunque
en momentos abusen de un tono de voz exageradamente alto, al igual que Xavi
Mira, quien interpreta por su parte al profesor de forma correcta y en un
registro compacto junto con el de sus alumnos. Otro pequeño fallo de la puesta
en escena, ya que nos hemos puesto, es que desde el principio todo resulta
demasiado "organizado" y medido (de repente hablan todos a la vez, se
callan todos a la vez, después hablan todos a la vez de nuevo) y no queda
patente la contraposición de comienzo y final, con ese orden que, por cierto,
asimilan demasiado pronto, ya que a la primera de cambio ya están haciendo
coreografías pseudomilitares.
A ver, aún y todo con eso, el espectáculo es muy interesante
y es tremendamente entretenido. ¿Merece la pena? Sí. Desde luego, el tema
tratado, ese auge del totalitarismo que se cuela casi sin que uno se percate,
es para prestarle atención. Pero la pega es que tal vez su digestión es
demasiado fácil. Cuando uno lo que esperaba era que se le quedara en el
estómago atravesado durante días.
+ infoNombre del montaje: La ola
Disciplina: Teatro clásico
Director: Marc Montserrat Drukker
Autor: Ignacio Gracía May, a partir del experimento de Ron
Jones
Reparto: Javier Ballesteros, David Carrillo, Jimmy Castro,
Carolina Herrera, Ignacio Jiménez, Helena Lanza, Xavi Mira y Alba Ribas
Creado por: Marc Montserrat Drukker e Ignacio García May a
partir del experimento real de Ron Jones
Escenografía: Jon Berrondo,
Vestuario: María Araujo
Iluminación: Albert Faura
Sonido: Francisco Grande e Igor Pinto
Vídeo: Xavier Bergés
Ayudante de dirección: Toni González
Producción: Centro Dramático NacionalDónde: Teatro
Valle-InclánDirección: Pza. de Lavapiés, s/n. MadridHasta: 22.03Horario: Martes
a sábado a las 20:30 horas y el domingo a las 19:30 horasPrecio: De 19 a 24 €.
Miércoles 50% de dto.Venta de entradas: www.entradasinaem.es
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