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19 de maig de 2015
"Antígona... Antígona... Si se cumple la palabra de
Edipo... Si su maldición llegara a alcanzarme... Concédeme, hermana, el don de
la tumba... No dejes mi cuerpo... Insepulto..." Con las palabras de su
hermano Polinices comienza la función dirigida por Miguel del Arco. Un ruego
que marcará toda la tragedia de la Antígona de Sófocles, el tercero de los
espectáculos del Teatro de la Ciudad estrenados en la Abadía que reseñamos aquí
(después de la Medea de Andrés Lima y el Edipo Rey de Alfredo Sanzol) y tal vez
también el más "clásico" de concepto (siempre entre comillas).
Polinices, el hermano de Antígona, muere en batalla. El
regente Creonte, como castigo al traicionar a la ciudad, prohíbe que se le dé
sepultura. Pero Antígona, impelida por el consanguíneo deber, se enfrenta a la
ley de Creonte. Toda la tragedia gira en torno a este enfrentamiento. Al cual,
tal vez lo más llamativo de la función, es que se le ha querido despojar de
connotaciones sexistas. Ya que Creonte se ha transformado en mujer por obra y
gracia de Carmen Machi (aunque si no recuerdo mal, ya Rubén Ochandiano en su
versión de Jean Anouilh pensó cambiarle de sexo con Marisa Paredes en mente,
aunque finalmente fue defendido por el mismo director). Aparte de este detalle
que no implica ningún otro cambio sustancial, la diferencia fundamental con la
mayoría de acercamientos a Antígona es que la versión de Del Arco no apunta a
Creonte como el malo de la película, sino que éste tambien es un personaje con
inclinaciones justas (como su primer discurso explicita, completamente lógico y
muy actual en los tiempos en que vivimos), e incluso sentimientos a flor de
piel.
En el escenario despojado de elementos accesorios (común a
las tres tragedias del TdlC) con una omnipresente esfera traslúcida y colgante
(ora premonitoria luna, ora bola de discoteca, orbe terrestre o encierro en las
alturas según el momento) Miguel Del Arco deja el protagonismo a un conjunto de
intérpretes que funcionan como un único ente, respirando y moviéndose a la vez.
Gran y exhaustivo trabajo de interpretación el de la compañía (casi todos ya
viejos conocidos de otros montajes del director), con unos momentos
coreográficos intensos y fundamentales para la propuesta escénica. Pero, aunque
todos realicen un fantástico trabajo, hay que destacar a las féminas. Además de
la maravillosa y desolada Ismene de Ángela Cremonte, por supuesto a la tremenda
monarca de Carmen Machi (magnífico trabajo el suyo aunque en ocasiones se le
vaya un pelín de las manos) y la excepcional Antígona de Manuela Paso. Un
prodigio de creación, que confirma lo que ya muchos pensábamos: y es que esta
actriz se merecía un papel protagonista en un momento u otro después de haber
brillado con luz propia en La función por hacer o Misántropo.
Aunque, también hay que decir (y aquí llega el pero) que la
función no llega a emocionar como podría. No sé por qué, dado que el texto es
potente (es una tragedia, vamos), los actores están más que bien, la propuesta
es interesante, con momentos bellísimos (como ese ofrecimiento casi ritual,
plásticamente maravilloso e impactante, de Antígona por parte del coro, elevándola
prácticamente sobre el patio de butacas, o el monólogo de su enclaustramiento,
hermosísimo y con una Manuela Paso en estado de gracia). Pero en el conjunto la
propuesta no llega a tocar, quedándose tal vez en un plano más político. A
pesar de ello, y aunque no se encuentre entre lo mejor del director de De
ratones y hombres, sigue resultando un proyecto más que interesante y con un
trabajo tremendo detrás que no se puede desdeñar. Y es que, como dice Creonte
en su discurso con más razón que un santo (y algo válido tanto para políticos,
que viene al pelo, como para directores de escena, porque tampoco es un trabajo
fácil): "A nadie podemos decir que conocemos hasta no verlo en el
ejercicio del poder. Juzgadme pues, a partir de estos pensamientos..."
+ info
Nombre del montaje: Antígona
Disciplina: teatro clásico
Director: Miguel del Arco
Autor: Sófocles
Adaptación: Miguel del Arco
Reparto: Manuela Paso, Ángela Cremonte, Carmen Machi, Santi
Marín, Silvia Álvarez, José Luis Martínez, Raúl Prieto, Cristóbal Suárez
Música: Arnau Vilà
Diseño de escenografía: Eduardo Moreno, Alejandro Andújar y
Beatriz San Juan
Auxiliar de escenografía: Elisa Cano
Diseño de iluminación: Juanjo Llorens
Diseño de sonido: Sandra Vicente y Enrique Mingo
Diseño de vestuario: Beatriz San Juan
Ayudante de vestuario: Almudena Bautista
Vídeo: Eduardo Moreno
Coreografía: Antonio Ruz
Equipo técnico: Javier Almela (sonido), Francisco Manuel
Ruiz (iluminación) y Juanma Pérez (maquinaria)
Ayudante de dirección: Israel Elejalde
Auxiliar de dirección: Cynthia Miranda
Diseño de producción: Aitor Tejada y Jordi Buxó
Producción ejecutiva: Elisa Fernández
Ayudante de producción: Léa Béguin
Coordinación técnica: Eduardo Moreno y Pau Fullana
Dónde: Teatro de la Abadía
Dirección: Fernández de los Ríos, 42. Madrid
Hasta: 21.06
Horario: Consultar web del teatro
Venta de entradas: www.teatroabadia.com
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