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Teatro María Guerrero. Madrid
"No hacen falta moderneces" o "Esta obra no
resistiría el experimento de trasladarla a tiempos modernos, porque tiene
raíces muy arraigadas (...) es el espectador el que tiene que relacionarla con
las cosas que pasan ahora y trasladar lo que pasa en escena con lo que conoce
de la realidad", son palabras del propio Ángel Fernández Montesinos
hablando de una versión de Los caciques que ya dirigió en el 2001 (que se
pueden encontrar en un artículo sobre aquel estreno). Y la recuperación de
estas máximas viene a cuento dado que uno de los mayores errores de esta nueva
adaptación de Los Caciques de Carlos Arniches que se ha estrenado en el Teatro
María Guerrero es, precisamente, una del todo innecesaria traslación a la época
actual. Bueno, actual más o menos, porque hay una mezcolanza importante.
Aún más inexplicable puesto que el responsable de la
adaptación del texto (junto con Juanjo Seoane) y director del espectáculo es el
propio Montesinos. La historia: "En una pequeña ciudad de España, un
partido político y su alcalde llevan más de treinta años ejerciendo el
caciquismo y la corrupción. Se les notifica la llegada de un inspector del
gobierno, que debe analizar sus cuentas. El alcalde siguiendo su tendencia
natural, se propone comprar la voluntad del inspector con todo tipo de
agasajos, homenajes, regalos y dinero. Sin embargo, aparecen en la ciudad un
sobrino y su tío, con intención de solicitar la mano de la sobrina del alcalde.
Éstos son confundidos por el inspector del gobierno, provocando todo tipo de divertidos
malentendidos." Algo, sí, que podría pasar en cualquier ayuntamiento de
hoy día prácticamente cien años después de que se escribiera esta obra (1920).
Pero lo malo es que al final los malentendidos ni son tan divertidos (aunque
depende del tipo de humor de cada uno, desde luego a mí no me levantó ni la
comisura del labio) ni la crítica resulta potente.
Y es que, francamente y si uno tiene cierto nivel de
exigencia, no hay por dónde coger esta función. Chascarrillos y actualizaciones
insertados en el texto no hacen más que acercarlo peligrosamente a cualquier
serie televisiva de humor obvio y facilón. Y es que se queda muy, pero que muy
antiguo este espectáculo (en el peor sentido de la palabra) a pesar de haberlo
querido hacerlo contemporáneo. La adaptación, por lo visto, ha recortado
personajes y situaciones, pero también ha recortado lo que tuviera de acertado
Arniches en su texto. De reflejo de una época y de veracidad sainitesca.
Algunos apuntan que Arniches se basó en El inspector de Gogol y la verdad es
que tiene parecido más que razonable. De ese texto hace poco se pudo ver un
montaje de Miguel del Arco que (si bien vilipendiado por algunos) me parece se
encuentra años luz de éste que nos ocupa.
La puesta en escena de Fernández Montesinos no ayuda tampoco
a mejorar la adaptación. La escenografía de Los caciques es una chirriante
mezcla de minimalismo y ostentación, y las proyecciones, aunque curiosas, no
vienen a cuento (y las del noticiario claman al cielo). Tampoco en el apartado
interpretativo mejora la propuesta. La dirección de actores brilla por su
ausencia y ahí cada uno parece que hace lo que le viene en gana, siempre desde
el prisma de la sobreactuación más total y absoluta. Eso sí, súbitamente
consiguen introducirnos en una máquina del tiempo y hemos aparecido en las
películas de Esteso y Pajares (o los montajes del Arturo Fernández más viciado,
con suerte). Hay intérpretes que funcionan mejor que otros, cierto es. Pero ni
aún así se salva la cosa. La función resulta arrítmica y los subrayados de las
gracias resultan del todo contraproducente. Una verdadera pena, dada la
experiencia de Fernández Montesinos y de los intérpretes. Éste, como todo
montaje, esconderá un esfuerzo enorme detrás, pero no llega a tener la calidad
suficiente para formar parte de la programación de un Centro Dramático
Nacional.
Sólo recomendable para algunas señoras de la SAPET
("señoras aficionadas a la pintura, a la escultura, al teatro",
organización a la que pertenece el personaje de Marisol Ayuso, como dice en la
función). Y ni siquiera para todas.
+ info
Nombre del montaje: Los caciques
Disciplina: Teatro contemporáneo
Director: Ángel Fernández Montesinos
Autor: Carlos Arniches
Adaptación: Juanjo Seoane y Ángel Fernández Montesinos
Reparto: Víctor Anciones, Marisol Ayuso, Juan Calot,
Fernando Conde, Óscar Hernández, Alejandro Navamuel, Elena Román, Raúl Sanz y
Juan Jesús Valverde
Escenografía y vestuario:
Alfonso Barajas
Iluminación: Carlos Alzueta
Videoescena: Álvaro Luna
Ayudante de dirección: Alejandro Navamuel
Diseño cartel: Isidro Ferrer
Fotos: marcosGpunto
Producción: Siempre Teatro S. L.
Dónde: Teatro María Guerrero.
Dirección: Tamayo y Baus, 4. Madrid
Hasta: 22.11
Horario: De martes a sábados a las 20.30h.;
domingos a las 19.30h.
Precio: De 4 a 24 €. Miércoles, día del espectador.
Venta de entradas: cdn.mcu.es
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