La obra "Paraules encadenades", uno de los
primeros textos de Jordi Galceran, un thriller psicológico estrenado en 1998,
regresa a Barcelona, dirigido por Sergi Belbel y con Mima Riera y David Bagés
de protagonistas, transcurriendo la acción en un teatro abandonado, en vez de
un sótano como entonces.
Este es el único cambio que el tándem Galceran-Belbel,
que anteriormente han trabajado en piezas tan exitosas como "El método
Gronholm" o "El Crédito", se han permitido, puesto que no han
tocado "ni una coma" de la historia, ni la han llevado a la
actualidad, sino que sigue anclada en los años noventa.
En el marco del festival Grec 2017, la sala Villarroel
será el escenario de las funciones, entre el 4 de julio y el 6 de agosto, de
una pieza de terror psicológico, con muchos giros y sorpresas, en la que un
psicópata secuestra a una mujer, su última víctima, una enfermera a la que
plantea un juego de palabras encadenadas.
Mediante este juego, ambos personajes, Ramon y Laura,
descubrirán quiénes son y acabarán explicando su verdadera peripecia vital.
Belbel ha reconocido que no podía negarse a dirigir este
montaje, aunque tenía todavía muy presente la primera versión, dirigida por
Tamsin Towsend y con Emma Vilarasau y Jordi Boixaderas como protagonistas, y
tuvo que "superar un pequeño trauma", ha bromeado.
Sin embargo, así que empezaron los ensayos con Riera y
Bagés, que ya habían trabajado juntos con buena química en "El Test, se
dio cuenta de que todo iría bien en una producción, que ha calificado de
sencilla, en la que "los dos intérpretes lo han puesto todo muy fácil,
tomándose los ensayos con una pasión y un arte que han convertido este trabajo
en un disfrute".
A dos bandas y durante hora y media, cree que el
espectador vivirá un tiempo "eléctrico, angustiante, teatral, con un actor
y una actriz que lo dan todo, llegando al público incluso el perfume del
desodorante que se pone ella".
Galceran, que ha visto esta obra representarse por todo
el mundo y también en la gran pantalla de la mano de Laura Mañà, ha rememorado
que es muy aficionado al celuloide y pensó hace más de veinte años que en el
teatro no eran habituales las obras de terror psicológico y se puso en la
tarea.
De este planteamiento nació la obra en 1995 y ha
sostenido que ahora Belbel "ha entendido muy bien que se trata de un gran
juego cruel", a la vez que ha apuntado que de todas sus obras ésta es una
de las que más depende del trabajo de los actores. "Hecha con un reparto
equivocado, convierte el texto en malo", ha llegado a aseverar.
Sin embargo, está tranquilo ante "las dos bestias"
que toman ahora La Villarroel y que contribuirán a transmitir uno de los
mensajes que subyacen de la obra: "la ficción nos ayuda a entender
nuestras propias vidas".
El actor David Bagés, que no vio la versión de 1998, ha
desvelado que le hace especial ilusión entrar en la piel de este psicópata
porque tenía tres proyectos para representar, pero "acabaron cayendo y
tenía delante un futuro muy negro".
De repente, llegó esta oferta, que ve como un reto, con
un "texto que corre, que está muy bien escrito y con una compañera con la
que nos entendemos muy bien, en una obra con muchos matices".
Por su parte, una emocionada Mima Riera ha señalado que
se trata de un proyecto "muy honesto" en el que se dejan la piel cada
día, porque los dos personajes protagonistas "pasan por lugares
inimaginables, en un viaje muy bestia", en el que no se obvia el peligro
de la pasión humana, el engaño o la traición.
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