Del 15 al 25 de junio 2017
En: Madrid, Teatros del Canal
La trágica historia de 'Carmen', coreografiada por Johan
Inger, resucita en Teatros del Canal (Madrid), que acoge a la Compañía Nacional
de Danza hasta el 25 de junio. Estrenado en 2015 en el Teatro de la Zarzuela
(Madrid), este ballet en dos actos cuenta con la dramaturgia de Gregor
Acuña-Pohl, la música de Rodion Shchedrin y Georges Bizet, interpretada por la
Orquesta Sinfónica Verum bajo la batuta de Manuel Coves, y la escenografía de
Curt Allen Wilmer.
Carmen cdn2Cuando Johan Inger recibió el encargo de la
CND de montar una nueva versión de Carmen, siendo él sueco y ésta una obra con
un marcado carácter español, se encontró ante un enorme reto pero también una
gran oportunidad. Su aproximación a este mito universal tendría que aportar
algo nuevo. Para ello, Inger decidió centrarse en el tema de la violencia,
aproximándose a ella a través de una mirada pura y no contaminada: la de un
niño.
Partiendo de este enfoque crea un personaje que propicia
que seamos testigos de todo lo que pasa, a través de sus ojos inocentes, a la
vez que contemplamos su propia transformación. “Hay en este personaje un cierto
misterio, podría ser un niño cualquiera, podría ser el Don José de niño, podría
ser la joven Michaela, o el hijo nonato de Carmen y José. Incluso podríamos ser
nosotros, con nuestra primitiva bondad herida por una experiencia con la
violencia que, aunque breve, hubiera influido negativamente en nuestras vidas”,
en palabras del coreógrafo.
Sobriedad y sencillez
Las pautas marcadas por Inger fueron la sobriedad,
atemporalidad, contemporaneidad y un sutil acercamiento a la década de los 60,
todo ello visto desde la simbología y la metáfora. El espacio escénico está
definido por la sencillez y rotundidad de las formas. Se busca la asociación de
atmósferas mediante la reinterpretación de la novela original, evitándose
cualquier tipo de estética costumbrista. Sevilla es un lugar cualquiera, la
fábrica de tabacos es cualquier industria y los montes de Ronda representan un
estado de ánimo al límite, que traducido al espacio se refleja como suburbios,
ámbitos oscuros, escondidos o inseguros.
Para crear estas atmósferas se han utilizado tres
materiales, el hormigón, el espejo y un onduline negro, y surge de una forma,
el triángulo equilátero que representa de manera instintiva y por asociación al
universo de la obra. Tres es el número que rompe la baraja, tres el que provoca
los celos, tres el que finalmente desemboca en la violencia. La escenografía se
sintetiza en nueve prismas móviles con tres caras diferentes cada uno,
conducidos por los bailarines a través de la coreografía, y con los que se van
articulando los diferentes espacios.
De martes a sábado a las 20.00 h. / Domingo a las 19.00
h.
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