Del 23 noviembre al 10 de diciembre 2017
En: Madrid, Teatro de La Abadía
Fue en la temporada 2014/15 cuando La Abadía celebraba su
veinte aniversario con un emotivo reencuentro con los 'Entremeses' (La cueva de
Salamanca, El viejo celoso y El retablo de las maravillas), cuya versión
primigenia se estrenó de la mano de José Luis Gómez en los albores del Teatro
en 1996, convirtiéndose, entonces y después, en un gran éxito que conectaba
enseguida con el ingenio y la luminosa palabra de Miguel de Cervantes.
Tras un extenso programa de exploración dirigido por
Ernesto Arias con un grupo de actores del Centro de Estudios, La Abadía
presenta ahora Dos nuevos entremeses “nunca representados” –cualificación
tomada de la portada de la primera edición impresa de las piezas–: El rufián
viudo llamado Trampagos y La guarda cuidadosa.
En la búsqueda por vigorizar el valor colectivo y la
pertenencia a una lengua universal, más apegados a la picardía actual y
cotidiana que a un imaginario literario, esta nueva propuesta ha encontrado un
carácter específicamente “cervantesco”.
Arias capitanea un equipo de 10 actores –Aida Villar,
Carmen Bécares, Carmen Valverde, Ion Iraizoz, José Juan Sevilla, Juan Paños,
Luna Paredes, Marcos Toro, Nicolás Sanz y Pablo Rodríguez– en el que también
participan Brenda Escobedo en la dramaturgia, Eduardo Aguirre de Cárcer en la
composición musical, Javier García en la coreografía, Vicente Fuentes como
maestro de voz y José Troncoso al frente del taller de bufones.
Preparado con el esmero y rigor de numerosos
profesionales y especialistas, Dos nuevos entremeses “nunca representados”
invitan al espectador a reconocer, en las acciones de modestos personajes, la
grandeza de lo humano en Cervantes: la libertad de las mujeres, el valor
individual y la fuerza colectiva.
Además de las funciones ofrecidas para el público
general, el espectáculo podrá verse también en campaña escolar, donde unos dos
mil alumnos de la Comunidad de Madrid podrán descubrir la comicidad y la fuerza
del lenguaje entremesil.
La belleza literaria de Cervantes
El solitario árbol que en los Entremeses moraba en una
ambiente rural y soleado, y que era testigo de las tres piezas, se ha
transformado en un pozo situado en medio de un entorno urbano y sombrío, donde
presencia estas dos nuevas historias revestidas de ambientes humildes, míseros,
donde aparecen personajes desvalidos que necesitan de “el sueño”, de “el ideal”
para sobrevivir en su dura existencia, pero la realidad despiadada les golpea
de forma implacable pareciendo querer matar el mundo de las esperanzas.
Ernesto Arias cuenta que “a través de esa relación
ideal-realidad, Cervantes nos habla de la libertad humana, o mejor dicho de la
imposibilidad de alcanzarla. Pero, he ahí su genialidad, todo presentado con
ironía, con humor, con alegría y festivamente; sin ridiculizar a sus personajes
para reírse de ellos, sino mostrando su incuestionable dignidad”. Los
protagonistas no son sino víctimas de la imposición social, del dinero, de sus
propias pasiones y miserias, de la caprichosa Fortuna y de sus supersticiones.
De trama sencilla, los dos nuevos entremeses se pueden
clasificar como piezas “de ambiente” en las que se evocan universos muy
concretos. El rufián viudo llamado Trampagos nos muestra el mundo del hampa y
de la prostitución, mientras que La guarda cuidadosa presenta un friso de
actividad y oficios vinculados a entornos urbanos: soldado, sacristán,
zapatero, buhonero, etc.
En ambas piezas, uno de los personajes debe elegir pareja
y en ambas el factor decisivo es el dinero. Pero más allá de la historia, su
atractivo radica en el trazo de los personajes, la comicidad de la situación,
las posibilidades de juego que ofrece a los actores y dotar de oralidad la
belleza literaria de Cervantes.
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