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2 de febrer de 2015
Natalia Menéndez dirige el montaje, que combina teatro con
danza, música y circo
La pulsión amorosa choca con las convenciones sociales en la
obra de Musset que acoge el TNC
El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) acogerá entre este
jueves y el 22 de marzo 'No feu bromes amb l'amor', una obra dirigida por
Natalia Menéndez que reflexiona sobre la pasión amorosa de la juventud y los
corsés sociales que la condicionan, ha explicado la directora este lunes en
rueda de prensa.
La obra fue escrita en 1834 por el autor francés Alfred de
Musset, que incluyó en el texto cartas de una relación muy pasional que mantuvo
con la escritora George Sand, y critica la educación aristocrática,
fundamentada en el dinero y sustentada por unos valores clasistas que
desnaturalizan a los jóvenes, ha descrito la directora.
El director del TNC Xavier Albertí, ha calificado el autor,
que se hizo llamar 'el Lord Byron francés' y pertenece a la última generación
del Romanticismo, como una pieza clave en la historia de la dramaturgia, y ha
mencionado el coloquio del 6 de febrero en el que el antropólogo Jaume Mascaró
ahondará en la significación de la obra.
La obra habla de la sinceridad del amor, que Menéndez ha
descrito como "la más brutal de las pasiones humanas, cruel e
irresistible", y lo hace desde un punto de vista romántico que exalta lo
ideal y lo absoluto, que Musset bebió de su relación con el escritor Victor
Hugo y otras personalidades artísticas.
"Para Musset, la Restauración suponía la pérdida de la
inteligencia, la cultura y la belleza, y quería recuperarlas a través de las
palabras" --ha relatado Menéndez-- con una obra que es una comedia
irónica, ácida y muy mordaz que conduce a la tragedia.
Los actores Ramon Pujol y Anna Moliner interpretan a dos
jóvenes aristócratas, Perdican y Camille, que viven condicionados por sus
mayores, en una cárcel social que no les permite seguir sus pasiones de forma
natural, y que incluyen en sus juegos de orgullo a Rosette --Clara de Ramon--,
han descrito.
Completan el reparto los actores Carles Martínez, Ferran
Rañé, Albert Pérez y Carmen de Balagué.
Moliner ha observado que, al interpretar el texto, tiene la
sensación de dar voz a "todas las mujeres que se han reprimido a lo largo
de la historia, y que todavía ahora están indefensas".
CIRCO, DANZA Y MÚSICA
El montaje, que cuenta con la traducción de Jaume Melendres
--a quien homenajean--, apuesta por la multidisciplinariedad de técnicas,
incluyendo lenguajes circenses, de danza y con música en directo.
Han incluido un coro, como el de las obras griegas, que
funciona como 'Deus ex machina' e introduce a los personajes, acompaña las
emociones del texto y anticipa la tragedia, ha apuntado Menéndez.
La directora ha situado la figura del pueblo, con este coro,
en un emplazamiento superior en el escenario, "como un voyeur que mira
desde arriba a una aristocracia loca", ha explicado, y que está
caracterizado por una sencillez y naturalidad que no tiene la aristocracia,
preocupada por la pasada revolución y que utiliza a sus hijos como acciones en
bolsa.
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