Un Millet de ficción "canta" en un musical sus verdades sobre el caso Palau

El director del espectáculo, Jordi Pérez Solé, ha dicho que la obra "retrata la astucia de un prohombre que ha sabido estafar a la sociedad catalana" El saqueador confeso del Palau de la Música, su expresidente Félix Millet, todavía pendiente de la justicia, explica su versión, al menos en la ficción, en un musical, que dirigen Jordi Pérez Solé y Xavier Bonfill en el Almería Teatre de Barcelona y que cuenta con un solo actor, Marc Pujol. El espectáculo, que se estrena hoy y se representará durante durante cinco semanas, es definido por sus creadores, la compañía La Mama, como "una comedia musical, indignada y de pequeño formato", con texto y música de creación propia. El director, Jordi Pérez Solé, ha dicho que la obra "retrata la astucia de un prohombre que ha sabido estafar a la sociedad catalana en nombre del Palau de la Música y a la vez ganar la Creu de Sant Jordi por su contribución al país, entre otras muchas condecoraciones". El saqueador confeso del Palau -Millet reconoció en 2009 una estafa de 3 millones de euros, aunque la fiscalía valora el fraude en unos 30 millones- es, a decir de Pérez Solé, "la personificación de la mejor corrupción catalana" y en este musical "por fin canta". "Con este musical el espectador podrá descubrir cómo piensa el buen corrupto, y, ya puestos, cómo estafar al consuegro", bromea. La productora, Helena Moliné, comenta que este espectáculo "nace de nuestra perplejidad e indignación ante la corrupción que cada día llena las noticias, en este caso personalizada en la figura de Fèlix Millet". Después de dos años y medio del mediático registro del Palau de la Música, y de constatar que los que tendrían que pronunciarse no lo hacen suficientemente, dice Moliné, "hemos decidido tomar la palabra desde el escenario". Para el director, La Mama se basa en "la cruda y absurda realidad de este caso, que supera cualquier ficción posible, para ofrecer una aproximación al retrato de un corrupto", con la idea de que el teatro, más que nunca, tiene que ser "el altavoz de la calle, un espacio de catarsis colectiva para sentirnos comunidad ante esta creciente sensación de estafa". publicat per http://www.lavanguardia.com 27 abril de 2012