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Las fiestas navideñas ya están aquí, y con ellas, una de las tradiciones teatrales más arraigadas en la cultura popular catalana. Nos referimos, por supuesto, a la representación de Els pastorets. No en vano, el escritor Joaquim Vilà i Folch aseguraba que los pilares del teatro en esta tierra han sido pastorets y passions, herederas de una tradición secular humilde, emotiva, que cada año se revive ritualmente por Navidad o Semana Santa. Asimismo, pastorets y passions han constituido, desde siempre, las bases del teatro de aficionados catalán, que ha conservado unos rasgos propios en cuanto a formas de hacer y de sentir que ya no se hallan en ningún otro tipo de espectáculo escénico.
Dirigida principalmente a un público infantil, Els pastorets, al igual que los cuentos de hadas, revelan una vida humana sentida o vislumbrada desde el interior, donde la fantasía sirve de guía a los más pequeños para obtener respuestas prácticas sobre el mundo y sus enigmas éticos y existenciales. Aunque se sospecha que las primeras representaciones de Els pastorets se remontan al siglo XIII, sus versiones escritas más antiguas son El nacimiento del Salvador o la rendición del esclavo, de Antoni Molins e Ignasi Rubio aparecida en 1880, y Los pastorets en Betlem, de Miquel Saurina, fechada en 1887. Pero es en la vigilia de la Navidad de 1916 cuando se estrena la versión más conocida, Els Pastorets o l’Adveniment de l’Infant Jesús, de Josep Maria Folch i Torres. Desde entonces, autores y compañías han actualizado el texto, pero su esencia sigue intacta.
Las fiestas navideñas ya están aquí, y con ellas, una de las tradiciones teatrales más arraigadas en la cultura popular catalana. Nos referimos, por supuesto, a la representación de Els pastorets. No en vano, el escritor Joaquim Vilà i Folch aseguraba que los pilares del teatro en esta tierra han sido pastorets y passions, herederas de una tradición secular humilde, emotiva, que cada año se revive ritualmente por Navidad o Semana Santa. Asimismo, pastorets y passions han constituido, desde siempre, las bases del teatro de aficionados catalán, que ha conservado unos rasgos propios en cuanto a formas de hacer y de sentir que ya no se hallan en ningún otro tipo de espectáculo escénico.
Dirigida principalmente a un público infantil, Els pastorets, al igual que los cuentos de hadas, revelan una vida humana sentida o vislumbrada desde el interior, donde la fantasía sirve de guía a los más pequeños para obtener respuestas prácticas sobre el mundo y sus enigmas éticos y existenciales. Aunque se sospecha que las primeras representaciones de Els pastorets se remontan al siglo XIII, sus versiones escritas más antiguas son El nacimiento del Salvador o la rendición del esclavo, de Antoni Molins e Ignasi Rubio aparecida en 1880, y Los pastorets en Betlem, de Miquel Saurina, fechada en 1887. Pero es en la vigilia de la Navidad de 1916 cuando se estrena la versión más conocida, Els Pastorets o l’Adveniment de l’Infant Jesús, de Josep Maria Folch i Torres. Desde entonces, autores y compañías han actualizado el texto, pero su esencia sigue intacta.
