Bosch y Madaula protagonizan obra denuncia nazismo en teatro Reus

terra
efe
10 gener 2005

Los actores Jordi Bosch y Ramon Madaula protagonizan la obra 'Dirección desconocida', una denuncia rotunda del nazismo, de la norteamericana Katherine Kressmann Taylor, que se representará en el teatro Bartrina de Reus (Tarragona) los días 13 y 14 de enero, dirigida por el vasco Fernando Bernués.

Bernués, acompañado por el director artístico del Centro de Artes Escénicas de Reus (CAER), Ferran Madico, ha presentado hoy en Barcelona este montaje, una coproducción de la compañía vasca Tantakka Teatroa y el CAER que, además de las dos funciones en la localidad tarraconense, ya tiene comprometidas una veintena más por toda Cataluña hasta el mes de junio.

Los dos personajes de la obra, el alemán Martin Schulse, interpretado por Madaula, y el judío norteamericano Max Eisenstein, a cargo de Bosch, son dos amigos y socios de una galería de arte de San Francisco, en Estados Unidos, que un día de 1932 se separan, puesto que Schulse parte para ir a vivir a Alemania junto con su familia.

Ambos, que se quieren como hermanos, han decidido escribirse y, entre el 12 de noviembre de 1932 y el 3 de febrero de 1934, con el ascenso del Tercer Reich como telón de fondo, se envían un total de 19 cartas, en las que también toma protagonismo Giselle, la hermana de Max y antigua amante de Martin.

De unas primeras misivas en las que hay ternura, rememoración de momentos vividos y reconocimiento de una amistad, se pasa a otras en las que queda claro que el ascenso del nazismo acabará destruyendo su amistad y provocando incluso su enfrentamiento mortal.

Los dos actores ocupan durante una hora un escenario que sugiere el local de ensayo de una orquesta, y que también funciona como una metáfora de Alemania, país de la música, pero con sillas vacías en la escena, resultado de la represión nazi.

Bernués, que ya había montado la obra en el País Vasco e incluso la representó hace dos temporadas en la Feria de Teatro de Tárrega con su compañía, ha querido resaltar, especialmente, el papel que juega la música en la obra, puesto que los actores están acompañados permanentemente por dos músicos, en este caso, el pianista Roger Mas y la violonchelista Fanny Silvestre.

Los instrumentos se convierten en otro 'alter ego' de los protagonistas: el piano suena para Max y el violonchelo es para acompañar a Martin.

La música, que acaba tomando voz propia, se ha creado expresamente para este espectáculo, y los autores Pello Ramírez e Iñaki Salvador la fueron componiendo a la vez que los actores empezaban a trabajar las primeras lecturas del texto.

Para Bernués, la música está en un plano 'que se entrelaza e intertextualiza continuamente con las palabras que contienen las cartas, lo que es uno de los grandes hallazgos del montaje'.

Todos estos condimentos contribuyen a la visualización de una obra en la que se trata sobre el desamor, la tragedia, el odio y la venganza, pero también sobre los mecanismos de las ideologías totalitarias, la fascinación que el mito hitleriano ejerció sobre los alemanes o las razones por las que un pueblo es capaz de seguir al nazismo.

Precisamente, Ferran Madico ha ironizado sobre la polémica provocada por la redacción del nuevo Estatuto catalán y las declaraciones del teniente general José Mena y ha aseverado que 'todo esto que ocurre ahora en España no está articulado desde Reus para hacer publicidad de la obra'.

Respecto a la posibilidad de que el montaje pueda representarse en Barcelona, Madico ha alegado problemas de calendario para hacerlo esta temporada y ha señalado que quizá a principios de la próxima se vea en la capital catalana.