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21 gener 2008
La sala Argenta acoge esta semana el montaje de la obra de Rojas Zorrilla, una pieza que supone «la teatralidad en estado puro», bajo la dirección de Laila Ripoll
GUILLERMO BALBONA
Escena del montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. / DM
AGENDA
Viernes 25. y Sábado 26 SALA ARGENTA 20:30 h. Teatro
COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO
'Del rey abajo, ninguno' de Rojas Zorrilla.
Reparto: Elena Rayos , Miguel Cubero, José Luis Santos, Diego Toucedo Juan Meseguer Tello Pedro Almagro Víctor Rubio Ione Irazábal Joaquín Notario Pepa Pedroche Bras Toni Misó Iñigo Asiain Belardo, Francisco Piquer Montse Díez Sergio Mariottini
Alicia Lázaro, dirección musical
Escenografía, Miguel A. Coso y Juan Sanz.
Laila Ripoll, versión y dirección.«Es tan popular esta comedia en España, que apenas hay joven medianamente educado que no recite de memoria algunos trozos de ella». Eugenio de Ochoa, comenzaba así su prólogo a 'Del rey abajo, ninguno', en 1838, e incluía la obra entre las cuatro que, en su opinión, habría que salvar si ocurriese un espantoso naufragio universal en el que, por un inconcebible infortunio, desapareciera todo lo que el llamaba «nuestro teatro antiguo». La pieza, que hasta hace relativamente poco pertenecía a esa rara categoría de obras que combinaban «el gusto popular con la alabanza de los más exigentes estudiosos», propiciará esta semana el reencuentro del público cántabro con la Compañía Nacional de Teatro Clásico a través del escenario de la sala Argenta del Palacio de Festivales.
La obra 'Del Rey abajo, ninguno', de Francisco Rojas Zorrilla, es un montaje de la CNTC que dirige Laila Ripoll, y que el pasado año, por ejemplo, abrió el II Festival de Teatro Clásico de Olmedo. La Compañía, a las órdenes de Eduardo Vasco, recala esta semana en Santander. Tras la puesta en escena de 'Entre bobos anda el juego' en 1999, la CNTC ha vuelto a Rojas Zorrilla, pero esta vez llevando a la escena la obra que más fama le dio para incorporarla a su repertorio. Un homenaje que desde distintos estamentos ha tenido como fin «comprender y revitalizar a uno de nuestros dramaturgos más apreciados».
Según Vasco, 'Del rey abajo, ninguno' posee muchas de las recurrentes fórmulas de composición propias de la época, tan útiles dramatúrgicamente: «el contraste de la vida aldeana frente a la corrupta y frívola corte; personajes que viven con identidades ocultas, que parecen villanos pero son nobles; confusión de identidades para crear equívocos; el noble malvado, cercano al rey, que empaña su figura y al que parece imposible castigar; la venganza, tan lógica, tan necesaria, truncada por motivos insalvables; oportunos desmayos que marcan puntos de inflexión y un personaje, modelo para el espectador de entonces y asombro para el actual, que antepone la jerarquía del Estado a la vida de su amada».
Una obra, subraya el director, que «nos habla también del paraíso imposible, del frágil orden natural, que se ve alterado sin remedio cuando llegan los cortesanos».
Rojas Zorrilla, del que se celebró el pasado año los cuatro siglos de su nacimiento, fue un poeta muy activo en la Corte, a la que llegó en su infancia; allí participó en distintas academias literarias, homenajes, justas poéticas y sufrió sátiras, como era común en los poetas de su tiempo. Pero el corpus más importante de su obra lo componen los veinticuatro títulos que él mismo da a la estampa entre 1640 y 1645, dentro de las dos partes que llega a publicar, además de un conjunto, más o menos difuso, de obras propias, atribuidas o escritas en colaboración, que varía notablemente según el crítico que uno escoja para documentarse. «Un camino que, seguramente, le hubiera conducido a ser uno de los grandes del Siglo de Oro, de no ser por su prematura muerte a los 40 años y que todavía hoy continúa envuelta en un halo de misterio», apunta Eduardo Vasco.
La obra más nombrada de Rojas Zorrilla, que se pondrá en escena el viernes y el sábado en la sala Argenta, 'Del rey abajo, ninguno; El labrador más honrado, García del Castañar o El Conde de Orgaz' se publicó por primera vez en Zaragoza en el año de 1650. Muchos años han pasado desde que se alumbrara este texto con un título tan extenso como imposible. En opinión de Laila Ripoll, directora del montaje que se verá en Santander y autora de la versión, lo que más seduce del texto es tal vez su «apariencia, es decir, su ilimitada teatralidad. En un mundo bombardeado por la imagen hueca y vacía, en un mundo donde la mayor tontería tiene su minuto de gloria en las televisiones, donde el horror se nos hace cotidiano porque lo contemplamos, impasibles, mientras nos calentamos una lata de fabada en el microondas, necesitamos del teatro, un teatro que conmueva, que nos haga sentir. Necesitamos de un teatro, ahí es nada, teatral».
'Del rey abajo, ninguno' representa así, dice la directora, «la teatralidad en su estado más puro. Confluyen los palacios y las aldeas, los reyes y los porqueros, la música, el baile, el lirismo absoluto, el horror, el amor, el miedo, el honor y, sobre todo, la culpa».
21 gener 2008
La sala Argenta acoge esta semana el montaje de la obra de Rojas Zorrilla, una pieza que supone «la teatralidad en estado puro», bajo la dirección de Laila Ripoll
GUILLERMO BALBONA
Escena del montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. / DM
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Viernes 25. y Sábado 26 SALA ARGENTA 20:30 h. Teatro
COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO
'Del rey abajo, ninguno' de Rojas Zorrilla.
Reparto: Elena Rayos , Miguel Cubero, José Luis Santos, Diego Toucedo Juan Meseguer Tello Pedro Almagro Víctor Rubio Ione Irazábal Joaquín Notario Pepa Pedroche Bras Toni Misó Iñigo Asiain Belardo, Francisco Piquer Montse Díez Sergio Mariottini
Alicia Lázaro, dirección musical
Escenografía, Miguel A. Coso y Juan Sanz.
Laila Ripoll, versión y dirección.«Es tan popular esta comedia en España, que apenas hay joven medianamente educado que no recite de memoria algunos trozos de ella». Eugenio de Ochoa, comenzaba así su prólogo a 'Del rey abajo, ninguno', en 1838, e incluía la obra entre las cuatro que, en su opinión, habría que salvar si ocurriese un espantoso naufragio universal en el que, por un inconcebible infortunio, desapareciera todo lo que el llamaba «nuestro teatro antiguo». La pieza, que hasta hace relativamente poco pertenecía a esa rara categoría de obras que combinaban «el gusto popular con la alabanza de los más exigentes estudiosos», propiciará esta semana el reencuentro del público cántabro con la Compañía Nacional de Teatro Clásico a través del escenario de la sala Argenta del Palacio de Festivales.
La obra 'Del Rey abajo, ninguno', de Francisco Rojas Zorrilla, es un montaje de la CNTC que dirige Laila Ripoll, y que el pasado año, por ejemplo, abrió el II Festival de Teatro Clásico de Olmedo. La Compañía, a las órdenes de Eduardo Vasco, recala esta semana en Santander. Tras la puesta en escena de 'Entre bobos anda el juego' en 1999, la CNTC ha vuelto a Rojas Zorrilla, pero esta vez llevando a la escena la obra que más fama le dio para incorporarla a su repertorio. Un homenaje que desde distintos estamentos ha tenido como fin «comprender y revitalizar a uno de nuestros dramaturgos más apreciados».
Según Vasco, 'Del rey abajo, ninguno' posee muchas de las recurrentes fórmulas de composición propias de la época, tan útiles dramatúrgicamente: «el contraste de la vida aldeana frente a la corrupta y frívola corte; personajes que viven con identidades ocultas, que parecen villanos pero son nobles; confusión de identidades para crear equívocos; el noble malvado, cercano al rey, que empaña su figura y al que parece imposible castigar; la venganza, tan lógica, tan necesaria, truncada por motivos insalvables; oportunos desmayos que marcan puntos de inflexión y un personaje, modelo para el espectador de entonces y asombro para el actual, que antepone la jerarquía del Estado a la vida de su amada».
Una obra, subraya el director, que «nos habla también del paraíso imposible, del frágil orden natural, que se ve alterado sin remedio cuando llegan los cortesanos».
Rojas Zorrilla, del que se celebró el pasado año los cuatro siglos de su nacimiento, fue un poeta muy activo en la Corte, a la que llegó en su infancia; allí participó en distintas academias literarias, homenajes, justas poéticas y sufrió sátiras, como era común en los poetas de su tiempo. Pero el corpus más importante de su obra lo componen los veinticuatro títulos que él mismo da a la estampa entre 1640 y 1645, dentro de las dos partes que llega a publicar, además de un conjunto, más o menos difuso, de obras propias, atribuidas o escritas en colaboración, que varía notablemente según el crítico que uno escoja para documentarse. «Un camino que, seguramente, le hubiera conducido a ser uno de los grandes del Siglo de Oro, de no ser por su prematura muerte a los 40 años y que todavía hoy continúa envuelta en un halo de misterio», apunta Eduardo Vasco.
La obra más nombrada de Rojas Zorrilla, que se pondrá en escena el viernes y el sábado en la sala Argenta, 'Del rey abajo, ninguno; El labrador más honrado, García del Castañar o El Conde de Orgaz' se publicó por primera vez en Zaragoza en el año de 1650. Muchos años han pasado desde que se alumbrara este texto con un título tan extenso como imposible. En opinión de Laila Ripoll, directora del montaje que se verá en Santander y autora de la versión, lo que más seduce del texto es tal vez su «apariencia, es decir, su ilimitada teatralidad. En un mundo bombardeado por la imagen hueca y vacía, en un mundo donde la mayor tontería tiene su minuto de gloria en las televisiones, donde el horror se nos hace cotidiano porque lo contemplamos, impasibles, mientras nos calentamos una lata de fabada en el microondas, necesitamos del teatro, un teatro que conmueva, que nos haga sentir. Necesitamos de un teatro, ahí es nada, teatral».
'Del rey abajo, ninguno' representa así, dice la directora, «la teatralidad en su estado más puro. Confluyen los palacios y las aldeas, los reyes y los porqueros, la música, el baile, el lirismo absoluto, el horror, el amor, el miedo, el honor y, sobre todo, la culpa».
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