Escena de 'Ruddigore. O la estirpe maldita'.
El tándem formado por Gilbert y Sullivan fue uno de los más exitosos en la época victoriana gracias a operetas como 'El mikado' o 'The Pirates of Penzance'. Adorados en Gran Bretaña por su mezcla de lirismo y sátira social, en la cartelera madrileña rara vez se representan sus obras. Por ello, el estreno de 'Ruddigore. O la estirpe maldita' supone toda una oportunidad para acercarse a su espléndido legado musical, aunque sea de una manera algo sui generis ya que esta producción, que llega de la mano de la joven compañía EGOSteatre, es una adaptación muy libre de 'Ruddigore' (1887), partitura en la que criticaban la afición de la época por los temas paranormales. "Fue una obra muy mal recibida en su día, porque el tema resultó demasiado escabroso. Pero, actualmente, creímos que encajaba muy bien y hemos acentuado sus matices más negros. Para la adaptación, hemos cortado bastante. Duraba tres horas y la hemos dejado en hora y media", explica Rubèn Montañá, cofundador de la compañía.
La obra narra la vida de los barones de Ruddigore, obligados por una maldición a cometer un crimen diario. Si no, mueren y el título hechizado pasa a otro ciudadano del pueblo. "Por eso todo en el decorado es negro, porque siempre están de luto. Hasta las manzanas y los patos son negros. Por esta estética dicen que tenemos un aire Sweeney Todd o Tim Burton, pero han sido sólo una referencia más. Lo nuestro es comedia pura y dura".
La compañía, formada en 2005 por estudiantes de Teatro Musical en el Institut de Teatre de Barcelona, estrenó esta escabrosa (y divertidísima) pieza en la Ciudad Condal hace tres años, donde obtuvo un gran éxito de crítica gracias a la frescura de su propuesta. Ahora, por primera vez, el montaje se representa en la capital, donde competirá con musicales de gran formato como 'Los miserables' o 'Avenue Q', pero ellos están convencidos de que hay espacio para todos en la cartelera.
"Estamos muy ilusionados con actuar en Madrid y esperamos que el boca-oreja funcione tan bien como en Barcelona. Creo que nuestro principal arma es que no usamos micrófonos para cantar. Quien venga va a presenciar un importante trabajo de actores. Somos seis personas y un pianista en directo que actuamos sin soportes técnicos y creo que eso provoca una conexión con el público más estrecha".
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J. L. Romo / Madrid
foto : Escena de 'Ruddigore. O la estirpe maldita'.
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14 de febrer de 2011
