05 de novembre 2014

La calma mágica



publicat per
27 octubre de 2014
Miguel Gabaldón
Teatro Valle-Inclán. Madrid

Hongos alucinógenos, mares de gente desnuda abrazándose, vídeos absurdos, elefantes rosas, realidad y sueño, todo se entremezcla en el último proyecto de Alfredo Sanzol, La calma mágica, que se puede ver en el Teatro Valle-Inclán de Madrid. Un texto de uno de los más especiales dramaturgos y directores españoles de la actualidad, que sabe encontrar en la ligereza la profundidad.

Oliver, creador teatral en crisis, toma de la mano de Olga unos hongos alucinógenos que le harán ver su futuro en una oficina y la cadena de disparatados acontecimientos que seguirán al momento en el que le graban en un vídeo quedándose dormido frente al ordenador. Futuro y pasado, realidad y ficción diluyen sus fronteras en una alucinación que llevará a Oliver y al público a través de un viaje absurdo por los recovecos de la mente de Sanzol. El escenario es sencillo, con unos paneles de madera recubriéndolo todo. La iluminación y la juguetona música apuntalan la acción en determinados momentos. Dejando jugar por el escenario a unos entregados actores a los que Sanzol ha tocado con una varita mágica, dejándoles sin zapatos, transitando sin hacer ruido y caminando con unos pies que, tal vez o tal vez no, están hechos para pisar sin protección el mundo por el que se mueven. Fantástico, divertido y finalmente muy emocionante el obsesivo Oliver de Iñaki Rikarte, trasunto del propio autor. Aitor Mazo regala un Martín (el que graba el vídeo en cuestión) absolutamente genial, ejemplo perfecto del macho cazador que se puede encontrar en cualquier jungla (urbanas también). Sandra Ferrús es una delicioso Olivia (secretaria de Martín atraída por Oliver). Y Mireia Gabilondo interpreta una Olga que navega de forma divertida entre su carácter de jefa de oficina y repartidora de monguis. Sin olvidar la abogada de Aitziber Garmendia, que es un papel brevísimo pero da un toque a la función. Todos navegan por un espectáculo divertido que fluye como ese agua, elemento simbólico (botellas, iluminación, lluvia y texto lo apoyan) omnipresente, con sus "corrientes superficiales y subterráneas".

En definitiva, que La calma mágica es un trayecto lúdico con momentos de hermosa poética (ese sueño de Olivia con su familia es una maravilla) y abundantes risas (la obsesión de Oliver por defender su intimidad e intentar borrar el vídeo en cuestión es genial y plantea además temas de actualidad como la pérdida de control sobre tu propia imagen) que acaba desembocando en un bello y emotivo homenaje del propio Sanzol a su padre fallecido. Una reflexión acerca del poder creador, de cómo a veces la realidad nos parece un sueño y los sueños la realidad y sobre la necesidad de no desfallecer. Como Sanzol por la boca del protagonista dice: “La felicidad está en la realidad…y también está en los sueños”. Y un poquito también en La calma mágica.

Nombre del montaje: La calma mágica
Disciplina: teatro contemporáneo
Director: Alfredo Sanzol
Autor: Alfredo Sanzol
Reparto: Sandra Ferrús, Mireia Gabilondo, Aitziber Garmendia, Aitor Mazo, Iñaki Rikarte
Escenografía Alejandro Andújar
Vestuario Ana Turrillas
Iluminación Xabier Lozano
Música Iñaki Salvador
Ayudantes de dirección Aitziber Garmendia y Vito Rogado
Coproducción de Centro Dramático Nacional y Tanttaka Teatroa
Dónde: Sala Francisco Nieva. Teatro Valle-Inclán
Dirección: Pza. de Lavapiés s/n
Hasta: 09. 11
Horario: De martes a sábado 19:00 h. Domingo 18:00 h.

Venta de entradas:www.entradasinaem.es

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