12 abril 2010
JESÚS ALMENDROS
Josep Maria Flotars y Albert Triola interpretaron a las dos mejores mentes del siglo XVII.
Autor: Jean-Claude Brisville. Versión y dirección: Josep María Flotats. Intérpretes: Josep Maria Flotats, Albert Triola; Traducción: Mauro Armiño. Espacio escénico y figurines: Josep Maria Flotats. Diseño de iluminación: Albert Faura. Lugar: Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca de El Puerto. Día: 10 de abril. Aforo: Completo, a pesar del Madrid-Barça.
Para un hombre como Descartes, impulsor del racionalismo y del pensamiento moderno, no podía pasar desapercibida la figura de un genio de las matemáticas como Blaise Pascal, considerado, curiosamente, el padre de las modernas computadoras, junto con Charles Babbage. Fue un niño prodigio y escribió en defensa del método científico influyendo de forma muy importante en el desarrollo de las modernas ciencias económicas y sociales. Posteriormente, influido por las teorías jansenistas que postulaban la pureza extrema del cristianismo, abandonaría las matemáticas y la física para dedicarse a la filosofía y a la teología. Con la mentalidad de hoy, podríamos calificar a Pascal de fundamentalista, presa de un misticismo religioso que lo atormentaba, todo lo contrario de Descartes, librepensador y amante de la vida.
Jean-Claude Brisville, dramaturgo francés, tiene un método para escribir sus obras que consiste en presentarnos a protagonistas de la historia, de la literatura o del pensamiento en un fondo dramático, donde se debaten ideas y situaciones con diálogos sobrios, irónicos y a veces hasta cómicos, haciendo un soberbio uso de los sobrentendidos.
Traducida por Mauro Armiño, esta obra parte de un hecho históricamente cierto: el encuentro que mantuvieron en un convento en París estos dos hombres que se admiraban profundamente y cuyas inquietudes y pensamientos siguen vigentes hoy en día, dos hombres que son dos de las personalidades mas influyentes e importantes de la Francia de aquella época, que tratándose del siglo XVII, es tanto como decir, del mundo.
Pero aunque este encuentro es históricamente cierto, no lo es lo que estos dos hombres se dijeron en aquella ocasión. Lo que Jean-Claude Brisville hace es pura historia-ficción, pura ucronía o historia contrafactual. Ninguno de los dos escribió sobre lo que hablaron, y eso precisamente permitió a Brisville "imaginar" ese encuentro, el encuentro entre la razón cartesiana y la vehemencia de un jovencísimo Pascal, que moriría con 39 años recién cumplidos. Brisville nos ofrece un texto de gran altura, con diálogos y réplicas dominados por el humor y la ironía ofreciendo al público, la posibilidad de sentirse un poco más inteligente, que es tanto como decir, un poco más humano.
Josep Maria Flotats, director y actor, que además es responsable de la versión, de la escenografía y del vestuario, interpreta a un Descartes de 51 años en su viaje a Estocolmo requerido por la Reina Cristina de Suecia, mientras que Albert Triola encarna magníficamente a un joven Pascal que, con 24 años, ya se había revelado como una privilegiada mente matemática.
Flotats, divo megalómano e histriónico, demuestra una vez mas su indudable maestría teatral y su gran profesionalidad. Es un auténtico "animal de escenario". El uso de las pausas, los silencios y las respuestas así como las expresiones con que las acompañan, es magistral y envolvieron a todos los asistentes a la función como si de acordes de una sinfonía se tratase.
La función que los programadores del teatro Muñoz Seca han traído a El Puerto ha impregnado todos sus rincones de un culto jeu d'esprit francés, inteligente, ameno y divertido que ha encantado a los espectadores.
