17 de juny 2016

De Brossa a Ricardo III



El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) ha conseguido un 91 por ciento de ocupación en esta temporada, 34 puntos más que el año anterior. Esto es como si un niño crece 30 centímetros en un verano, algo extraordinario. La nueva política de abonos iniciada este año parece que ha conseguido sus objetivos. No en vano han pasado de 1.233 a 4.200 abonados, lo que equivale pasar de 7.600 a 23.000 entradas vendidas. En total, el teatro acogió a 127.000 espectadores, 22.000 más que la temporada anterior y los ingresos, a pesar de los importantes descuentos que posibilitan estos abonos, también han subido. «Nuestro objetivo era atraer al público más fiel y que ellos hiciesen de altavoces de nuestras propuestas, porque no hay nada como el boca oreja para llenar los teatros», comentó ayer Mònica Campos, directora ejecutiva del centro.

La nueva temporada ya tiene cara, con 24 espectáculos y con Joan Brossa como protagonista del «Epicentre». La inauguración será el 29 de septiembre con «L’aplec del remei», de Josep Anselm Clavé, considerada la primera obra lírica en catalán, estrenada en 1858. Perdida hasta hace pocas fechas, la partitura se ha recuperado y ahora volverá a los escenarios con Wanda Pitrowska en la dirección y dramaturgia de Josep Maria Miró.

«El coratge per matar», de Lars Norén y el concierto «Museu Obeses» darán paso a «Celestina», dirigida y protagonizada por José Luis Gómez, en el papel de la alcahueta. Después llegará la reposición de la versión musical de «Molt soroll per no res» y «La fortuna de Sílvia», de Josep Maria de Sagarra, «la mejor obra de mi padre», según Joan de Sagarra.

En enero comenzarán las 70 representaciones, para cinco espectadores de «Cosas que se olvidan fácilmente», de Xavier Bobés, en los almacenes del teatro. «Essències», homenaje a Victòria dels Àngels, con Ofelia Sala y «En la solitud dels camps de cotó», de Bernard-Marie Koltès abrirán el 2017. En enero también llegará «Letter to a man», de Robert Wilson con Mikhail Baryshnikov haciendo de Vàtslav Nijinski. «Hemos querido recuperar la presencia internacional, que abandonamos en los últimos años para centrarnos en la producción propia. Ver el minimalismo escénico de Wilson, un hito del teatro contemporáneo, lo merece», afirmó Xavier Albertí, director artístico del TNC.

Después de 23 años de ausencia, en febrero se recuperará «La senyora Florentina i el seu amor Homer», de Mercè Rodoreda, con dirección de Sergi Belbel . Después llegará «Vània», de Chejov, el regreso a la actividad de los valencianos Moma Teatre de Carles Alfaro. El sainete «A tots els que heu vingut», encargo del teatro a Marc Rosich dará paso a «Collar de cranis», obra basada en Brossa y que será la pieza principal del «Epicentre Brossa», que se realizará conjuntamente con una retrospectiva del artista en el Macba y programas en la Fundació Tàpies y la Filmoteca.

La temporada se cerrará con «Ricard III», de William Shakespeare, dirigido por el propio Albertí y con Lluís Homar en el papel central. «Lucis et umbrae», de Victoria Szpunberg, Jordi Sabatés y Sergi Buka y «Actes obscens en espai públic», de Davide Carnevali, basada en Pasolini, bajarán el telón de la temporada.

Por su parte, los montajes familiares serán tres: «Els perseguidors de paraules», de Marc Artigau iQueralt: «El somni de Gulliver», de Roland Olbeter, basado en el personaje de Swift; y la danza de «Zaquizamí», de la compañía Roberto G. Alonso.

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