21 d'agost del 2007
Es una de las protagonistas de La felicidad , la nueva obra de teatro que pasado mañana estrenará Javier Daulte en el Teatro Regina
En los años 80 había un rostro que se repetía una y otra vez en cuanta publicidad jovial aparecía en la televisión. Era una nena rubia, simpatiquísima, con pecas. Se repetía tanto, que era obvio que en algún momento iba a aparecer con mayor frecuencia en algún ciclo televisivo. Así fue. Señorita maestra , la remake de Jacinta Pichimahuida , en 1983, le ponía anteojos a esa chica pizpireta y la convertía en Meche. De este modo comenzaba la carrera de Gloria Carrá, que tiene en su haber una lista enorme de programas televisivos. Hoy, la rubia de La banda del Golden Rocket ya está muy instalada en la TV criolla, pero se ganó un prestigio, hasta hace años inusitado (debido a prejuicios, a veces justificados, otras veces, no) en el ámbito teatral. Claro que trabajó en versiones escénicas de los programas, pero le demostró al medio que el teatro era lo suyo en la escena independiente. Concretamente, en 2002, cuando se estrenó Bésame mucho , de Javier Daulte, en el Teatro del Pueblo. Allí, Gloria Carrá fue una más en un elenco de once actores desconocidos popularmente. Y allí comenzó a sorprender. "Estaba desesperada por entrar en ese grupo. Quería trabajar con Javier Daulte. La gente iba con mucho prejuicio y le decían a él que estaban sorprendidos con mi trabajo. El les respondía que no estaba sorprendido, que siempre supo que yo era para eso", se ufana la actriz. Es que de algún modo su carrera teatral la está haciendo de la mano del ascendente director y dramaturgo. Ahora es una de las protagonistas de La felicidad , obra de Daulte que se estrena pasado mañana en el Regina, junto a Carlos Portaluppi, Marita Ballesteros, Luciano Cáceres y Marcos Montes. Tal como adelantó el autor hace unos meses, la obra se estrenó ya en España y continúa en cierta forma a otra pieza suya recientemente estrenada: Automáticos . "Es como un chiste de Javier. No es que tengas que ver una para ver la otra. Pero hay tres personajes (los de Carlos, Marcos y Marita) que son adolescentes en la otra obra. Y ella está embarazada de mi personaje", aclara. La felicidad se presentó en lengua catalana en el teatro Romea, de Barcelona, donde fue aclamada, y formó parte del festival Grec 06. Marco Ordóñez, crítico del diario El País, la definió como "una comedia terrorífica, de ciencia ficción y de espionaje, con números musicales y duelo a espadas". En ella, Rosa está enamorada de Sergio, pero cree que él no le corresponde su amor como ella quisiera. En complicidad con sus padres, pergeña un plan siniestro para hacer realidad la más perfecta de las pasiones. La felicidad de Rosa es un valor que legitima cualquier medio, hasta los más atroces y crueles. Pero la vida le tenderá una trampa, probablemente, en medio de una historia gótica y macabra; de una comedia de simulaciones, como la definiría Daulte. "Es mi tercer trabajo con Javier, pero no era para mí. Estaba pensado para otra actriz. Me lo ofreció cuando estaba terminando las funciones de ¿Estás ahí? ", comenta Gloria Carrá. "Pero ya había tenido contacto con la obra. El la estaba escribiendo cuando pasamos unas vacaciones juntos y me la dio para que leyera la primera parte. Y me había gustado bastante. Después no se habló más por un tiempo y se fue atrasando." Daulte llevó Nunca estuviste tan adorable y ¿Estás ahí? de la escena alternativa a la comercial. Y le fue muy bien. Esta obra se estrenará directamente en un teatro de este segundo circuito: el Regina. Con una producción (Grus) que les garantiza una permanencia en cartel nada menos que hasta marzo. Nada mal. "Para mí, hay diferentes públicos. Javier tenía los seguidores que iban a ver sus obras al Teatro del Pueblo, pero después, al Broadway iban otros. Creo que se suma y el boca a boca funciona. ¡Qué sé yo! Por ejemplo, hay actores famosos que en el off no te van a ver, pero cuando estrenás en un teatro así, vienen", dice Carrá. La obra dura más de dos horas, pero ella asegura que el público se quedará atrapado. Al mismo tiempo, cuenta que fue muy difícil el proceso de los ensayos. "Fue muy complejo. Es muy difícil de hacer. Pasa de todo y estás a full todo el tiempo. Pero Javier es capaz de contar con verdad cualquier cosa que se le ocurra. Y está muy pendiente de los actores para eso: para que estemos a favor del relato. Algo puede ser muy inverosímil, pero si lo hacés con una verdad emocional honda y profunda, la gente lo cree, se conmueve o se muere de risa. Ese es el sello del autor", dice, con una admiración indisimulable y permanente. Actriz full time Se levanta a la mañana, muy temprano, para ir a las grabaciones de Patito Feo , donde interpreta a Blanca, una villana que parece salida de una película de Disney. Allí se queda hasta las 19 y luego trata de estar lo más puntual posible para los ensayos de La felicidad , donde se queda hasta la medianoche. Claro, ahora, con el estreno de la obra, todo indica que tendría un poco más de oxígeno, pero no. Pronto comenzará con los ensayos de la versión teatral de Patito Feo , que se estrenará el 15 del mes próximo, en el teatro Gran Rex. "Lo primero que hicimos fue hablar de esto. Tengo mucho trabajo. Pero me pareció que no podía perderme la oportunidad de volver a trabajar con Javier. Soy una de sus admiradoras. Laburar con él es aprendizaje, entrenamiento y crecimiento. Es cansador, pero me metí con todo en todo." El cuerpo se lo hizo notar. Se cayó en escena y se fisuró una costilla. Pero sigue en pie, estoica. Es que también está agradecida por su personaje televisivo y, lógicamente, defiende al medio que la vio crecer. "Me gusta la tele. Pareciera que el teatro te da prestigio y la televisión, no. Para mí no es así. Ambas cosas tienen su lugar y su importancia. No es tan fácil hacer televisión. Hay que gente que no puede porque es difícil acostumbrarse al ritmo. Y también hay otros actores que no pueden hacer teatro y otros que pueden hacer todo. A mí me divierte el personaje que tengo y no me implica mucho esfuerzo por el placer que siento. Claro que termino un poco agotada. Pero me tiento mucho cuando grabo y los chicos se divierten. Está buenísimo porque siempre trabajé para chicos siendo chica o para adolescentes cuando era adolescente. Ahora soy grande y trabajo para chicos y es genial. De verdad... Les ves las caritas y, cuando les vas a dar un beso, se te cuelgan. Son divinos." Su hija Angela, de 9 años, la acompaña a las grabaciones y se hizo fanática de Patito Feo ; también la acompaña a los ensayos teatrales y a sus obras, cuando ya están montadas. "Pide a gritos ser actriz y la estamos frenando. Me gusta vivir con ella esto de mis obras. Me viene a ver y siempre me hace una devolución. Cuando hacía Frida y yo, se interesó tanto que hasta leímos una biografía suya juntas. Ser mamá te influye en todo, ¿sabés?", concluye orgullosa.
Por Pablo Gorlero De la Redacción de LA NACION
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