12 de juny 2012

'Peter Pan', producción de alto nivel en el Villamarta




Teatro musical para niños y niñas. La fantasía, la música y los cuentos con una cercanía que emociona y atrapa a los más pequeños, y también a los mayores

El musical encandiló a mayores y pequeños en las cuatro sesiones que ofreció este pasado fin de semana en el Villamarta.
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Autor original: James Barrie. Producción y adaptación: Theatre Properties. Dirección: Cristina Fargas. Teatro Villamarta. Sábado 2 de junio de 2012. 20,00 h.

Erase una vez un país, el de Nunca Jamás. Erase una vez unos niños y niñas asistiendo a la personificación de la fantasía en un teatro, el de Jerez, que sigue abierto. No puede faltar un narrador. Y no pueden faltar los guiños a la verdad, a la mentira, a la amistad y a la vida. Las aventuras de Peter Pan, el capitán Garfio, Wendy o Campanilla son tan antiguas como modernas. La magia del teatro musical y la fantasía de los más pequeños no tienen límites. Por ello, la propuesta del teatro Villamarta, en tiempos de recortes y de funciones suspendidas por la falta de apoyo a la cultura, no deja de ser una apuesta imaginativa y una forma muy inteligente de poner las cartas sobre la mesa. La fantasía por encima de la tristeza, la ilusión como ungüento ante la realidad y la cultura como señas de identidad de un pueblo. Señas de identidad a las que hay que aplaudir mucho más que a los míseros números rojos de quienes no tienen sensibilidad para hacer apostar por un libro, aumentar el número de butacas o coger un simple lápiz para escribir una poesía.

El ambiente de cuentos de hada que este tipo de obras crea es una apuesta segura por la alegría de los espectadores que se han sentado en el Villamarta en estos dos días. Mayores y más pequeños. Sobre todos éstos últimos, que asistían absortos a un cúmulo de efectos especiales desde el comienzo, silenciaban hasta sus mocosas narices para poder sentir a Campanilla revolotear y eran capaces de seguir la trama sin cansancio durante cerca de dos horas.

La puesta en escena muy cuidada y con la armonía y la técnica del legado que dejan más de diez años en cartel. Digna de los cuentos de toda la vida, con amplitud de espacios para personajes, con uso de muchas alturas- a modo de barcos, islas o rocas- y con una amplia gama de decorados móviles, que con pequeños giros, incrustados en las escenas como si de ellas se tratarán, cambian la escenografía para el mejor seguimiento de la trama. Carras móviles que amplían la imaginación con perspectivas de objetos y de espacios desde la primera escena donde el espectador puede estar en el dormitorio de los Darling y en segundos en el firmamento de las estrellas de Peter Pan. Una trama apoyada en escenas diferentes con personajes diferentes en una línea cosida a través de la historia. Una escenografía muy apoyada en el diorama de fondo como base digitalizada en 3D, y en todos los paneles que desde el peine y, sin solución de continuidad, crean las diferentes sensaciones fantásticas como respaldo visual a la aparición de todos los personajes del cuento. Un Peter Pan cercano y creíble, una Campanilla presente sin ser vista y sentida con sus diálogos fantásticos con el protagonista, niños perdidos con derroche de vitalidad, sirenas llenas de dulzura y de psicomotricidad, piratas llenos de misterio o indios con un alto ritmo en las venas, dejan huella en la retina durante muchos segundos. Un laser de color verde esperanza, con el apoyo sonoro del tintineo de sus alas, hace de Campanilla, en sus movimientos por el escenario, el recuerdo más constante, que sin duda, los que estuvieron en la función estarán recordando noche tras noche y durante muchos días. La iluminación, de lo mejor del espectáculo. Con claros y oscuros, focos de luces cenitales que agradaban personajes en la búsqueda de la fantasía, y uso milimétrico de los focos móviles para crecimiento de los espectros que conseguían así captar mejor la atención de los niños y niñas invitados al experimento. Un muy buen uso de los colores complementarios dejan claras las emociones de los personajes. Y la distribución más que trabajada para crear ambientes en todo el perímetro de las tablas del Villamarta.

La música en un género como éste debe ser pegadiza y cercana, y aun con momentos de lejanía, se consigue atrapar casi siempre a los de los patios de butaca gracias a la enorme colaboración de actores, actrices y técnicos de iluminación. Consigue efectos subliminales y emocionales que perduran en los oídos de los asistentes. Una música que combina géneros como el soul, el pop, y el rock.

Lo de las actrices, actores, malabaristas y bailarines merece un aplauso. Disfrutan trabajando y lo transmiten en forma de entrega. Hacen cómplices al público y con el dinamismo de los más jóvenes hacen el espectáculo corto. Lo de los técnicos de la producción, de matrícula de honor a final de curso, y haciendo ver que se puede hacer creer sin "playstation". Lo de la obra como tal, de película de Disney o de teatro de Broadway. No tiene precio hacer posible transmitir sensaciones en los más pequeños y hacer creer en la fantasía a estos futuros ciudadanos de nuestra sociedad. Seguro que entre los que estaban sentaditos había muchos actores en ciernes o alguna que otra aprendiz de bailarina para cuando esto de las artes sea cuestión de estado. Todo es cuestión de seguir creyendo en Campanilla.

publicat per
Nicolás Montoya
http://www.diariodejerez.es
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