‘Una gossa en un descampat’, de Clàudia Cedó,
conmociona la Beckett bajo la dirección de Sergi Belbel
Parir un bebé muerto. La traumática pérdida de
un hijo nonato, brutal experiencia que sufrió en carne propia la dramaturga
catalana Clàudia Cedó, se hace visible en escena con toda su carga emocional en
Una gossa en un descampat. Sin sentimentalismos ni excesos, el montaje dirigido
por Sergi Belbel que puede verse en la Sala Beckett hasta el 29 de julio es
puro teatro de emociones que sacude al espectador por la fuerza de las
interpretaciones. Vicky Luengo y Maria Rodríguez se dejan la piel en el
personaje protagonista, que se desdobla en Jùlia y su conciencia.
Estamos hablando de un acontecimiento teatral
de los que dejan huella. Así de duro y potente es el texto de Clàudia Cedó. La
autora de Tortugues: la desacceleració de les partícules da un paso gigantesco
en su carrera con un drama que sacude al espectador y lo mantiene con el
corazón encogido hasta el liberador final. Drama que nos habla del duelo, del
proceso de aceptación y superación, y también del afecto, del amor y la
confianza en la pareja como antídoto contra la desesperación.
Sergi Belbel consigue darle el ritmo, la
intensidad y el tono de veracidad que late en una obra tan bien escrita como
perfecta en su arquitectura interior, con una trama paralela que nos muestra la
relación de una actriz y un director de escena en los ensayos finales de un
montaje en el que trabaja como técnico de luces Pau, el marido de Júlia, que
sufre con ella dramáticas horas en el hospital, enfrentados al trance de
decidir si seguir adelante con un embarazo de enormes riesgos —el bebé solo
tiene cinco meses cuando todo se complica— o asumir un parto letal.
UNA GOSSA EN UN DESCAMPAT
De Clàudia Cedó. Dirección: Sergi Belbel.
Maria Rodríguez, Vicky Luengo, Pep Ambròs, Anna Barrachina, Xavi Ricart,
Queralt Casasayas. Sala Beckett. Barcelona, 10 de julio. Hasta el 29 de julio.
Intercambio de papeles
En un sensacional tour de force, basado en la
absoluta complicidad, Maria Rodríguez y Vicky Luengo asumen las dos almas
teatrales del personaje protagonista, Júlia 1 y Júlia 2 (su conciencia). Para
afianzar sus lazos internos, alternan su cometido: en las funciones en días
impares Luengo hace de Jùlia 1 y Rodríguez de Júlia 2 y en los pares
intercambian papeles. Ese duelo agotador sostiene un juego de tramas paralelas
que convergen con precisión y realismo en un montaje dirigido con mano maestra.
La credibilidad de los personajes es mérito de
la sinceridad del texto y el talento de un buen equipo de actores. Pep Ambròs,
Anna Barrachina, Xavi Ricart y Queralt Casasayas interpretan todos los papeles
(padres de Júlia, doctoras y enfermeras, actriz y director) en un trabajo sin
fisuras y con golpes de humor que dan respiro al poderoso in crescendo
dramático.
La sensacional escenografía de Max Glaenzel,
que sin necesidad de cambiar nada nos traslada de la habitación del hospital al
descampado y al escenario del ensayo, es una de las claves del éxito. También
lo son la iluminación de Kiko Planas, el espacio sonoro de Jordi Bonet y el
vestuario de Mercè Paloma, suma de sensibilidades en una mágica atmósfera que,
literalmente, termina haciendo levitar las emociones. No se lo pierdan.
Publicat per
Javier Pérez Senz
Barcelona
15 de julio de 2015
Los actores protagonistas de la obra. Kiku
Piñol
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