16 d’agost 2011

Dos formas de hacer teatro y una sola sensibilidad



Ana Zamora y Luis Miguel Cintra pusieron en pie 'La Danza de la Muerte' en el Colegio de San Gregorio

ANGÉLICA TANARRO | VALLADOLID.
FOTO : Un momento de la representación, anoche, de la 'Danza de la Muerte'. Debajo, Ana Zamora y Luis Miguel Cintra, en San Gregorio. :: GABRIEL VILLAMIL

El montaje mezcla con naturalidad los idiomas español y portugués
La grada, que pocas veces se puede montar por falta de espacio adecuado, es parte importante del espectáculo
Crisis en el mundo del teatro significa montajes casi unipersonales, con cierto o mucho toque televisivo y una producción barata cuya puesta en escena pueda llevarse a cabo con los elementos que caben en una maleta. Pero todavía hay gente comprometida o loca dispuesta a arriesgar y seguir haciendo el teatro en el que cree por encima de todo. Esta manera de enfrentarse al trabajo es lo que unió a dos compañías muy distintas en sus planteamientos pero unidas por la voluntad de seguir ofreciendo montajes de alto voltaje cultural. Nao d'Amores, ese raro invento de la directora de escena Ana Zamora, y la portuguesa Teatro Da Cornucopia, que dirige el también actor Luis Miguel Cintra -más conocido en España entre los aficionados al cine porque es habitual en las películas de otro portugués ilustre, Manoel de Oliveira- estaban destinadas a encontrarse. Ese encuentro puso magia ayer en el claustro del Museo Colegio de San Gregorio.
Ana Zamora es nieta del filólogo Alonso Zamora, que fuera secretario de la RAE entre 1971 y 1989, y el padre de Cintra fue uno de los más importante filólogos portugueses, Luis Filipe Lindley Cintra. Ambos trabajaron con Menéndez Pidal en la 'Crónica General' de España y Luis Miguel Cintra recuerda haber visitado de niño el museo de Escultura de Valladolid, en uno de los viajes que hizo con sus padres. La biografía en este caso es determinante. Zamora-nieta y Cintra-hijo heredaron de sus mayores el amor por los textos clásicos y decidieron que siguieran teniendo vida más allá de los libros de texto.
«Supe de Ana Zamora en 2003 porque una profesora de Literatura española en Portugal me dijo que una joven directora española estaba programando el teatro de Gil Vicente (1465-1536). Un autor que ni siquiera se hace en Portugal, aunque mi compañía sí había hecho varios». Cogió el coche y de Lisboa se fue a verla a El Escorial donde actuaba en esos días Nao d'Amores. Fue un encuentro emocionante y el origen de este proyecto común. «Me gustó mucho el montaje. No tenía nada que ver con la forma tradicional de representar a Gil Vicente. Era de enorme pureza y sencillez, completamente radical. A partir de ahí seguí su trabajo». También pudo verlo de cerca cuando José Luis Gómez invitó a Cintra al Teatro de La Abadía de Madrid para dirigir 'Comedia sin título' de Lorca. El llegar a trabajar juntos era cuestión de tiempo.
Los espectadores que anoche presenciaron la 'Danza de la Muerte' en el claustro del Museo tuvieron la suerte de verla tal como fue concebida: con la grada de madera que rodea el espacio escénico y reproduce cómo era el teatro en tiempos de su autor. Esa disposición que anula la 'cuarta pared' es parte fundamental del concepto de este espectáculo que se ha representado en Portugal, en el seno del Festival de Almada, y el año pasado se programó en el Festival Olmedo Clásico. La iniciativa de recuperarlo se debe a la directora del Museo, María Bolaños, quien lo consideraba una excelente compañía para la exposición de Primitivos Portugueses que alberga el Palacio de Villena.
Luis Miguel Cintra no está de acuerdo con que esta 'Danza de la Muerte' sea considerada una coproducción. «Es un espectáculo de Ana enteramente en el que nosotros hemos aportado nuestro equipo». Cuestión que Ana se apresura a puntualizar. «Sí, el espectáculo tiene el sello artístico de Nao d'Amores, pero tiene mucho del espíritu y de la forma de trabajar de Teatro da Cornucópia. Estuvimos dos meses trabajando con ellos en Lisboa y eso deja un poso que tiene que ver con su forma de abordar los montajes, desde una intelectualidad y una profundidad increíbles».
Ana Zamora recalca que son dos grupos con una manera muy distinta de trabajar. «Ellos hacen dos semanas de trabajo de mesa antes de abordar un montaje. Eso es algo impensable en España». «Damos vueltas y vueltas al texto, hacemos bromas, lo estiramos, decimos disparates y al final lo que se crea es una complicidad entre los actores que facilita el trabajo», explica Cintra. Teatro da Cornucópia es una institución en el mundo del espectáculo en Portugal. Una compañía que ha podido mantener el nivel de exigencia y de independencia gracias a las subvenciones institucionales. En su currículum figura el teatro Barroco, el del Renacimiento, algo de teatro medieval, pero también Genet, Heiner Müller o Edward Bond, con cuya 'Trilogía de la guerra' se atrevieron a pesar de que solo la última parte dura cuatro horas».
La compañía es un grupo estable de 12 personas, más las que se incorporan con los distintos montajes, que a partir de ahora verá su supervivencia complicada con el cambio de situación económica, a pesar de que el público responde a su trabajo. «Pero la venta de entrada solo cubre un mínimo de nuestros gastos. La situación en Portugal en cuanto a la cultura se va asemejando a lo que pasa en España y en el resto de Europa, pero yo no sé trabajar de otra manera. Yo no sé hacer esos montajes comerciales».
Cintra está convencido de que el teatro clásico sigue iluminando la vida del hombre contemporáneo. «Con este montaje la gente toma contacto con el hecho de la muerte. Se ríe, es divertido, pero se da cuenta de que es un hecho que está ahí aunque el mundo contemporáneo se empeñe en obviarlo y eliminar todo su ritual».
Nao d'Amores y Teatro da Cornucópia han puesto en pie una verdadera 'comunidad ibérica', eso que tanto se predica pero que pocas veces se hace realidad cultural.

publicat per
www.elnortedecastilla.es
30 de juliol de 2011

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