Actriz, directora y co-fundadora del Jove Teatre Regina, Maria Agustina Solé lleva más 30 años apostando por el teatro familiar y por los musicales como herramienta indispensable para la educación de los más jóvenes.
El Jove Teatre Regina de Barcelona celebra esta temporada su 20º aniversario. 20 años de lucha para conseguir que el teatro familiar ocupe el lugar que se merece, y para conseguir los medios necesarios para poder ofrecer espectáculos de calidad y formar así a los espectadores del futuro.
La Trepa es el nombre de la compañía del Regina, que hace ya más de 30 años nació con el objetivo de crear nuevo público. Desde los primeros espectáculos musicales de creación que representaron (MIXU EL GAT QUE DUIA BOTES –de Xesc Barceló con música de Joan Vives– o EL CAS DE LA TORXA OLÍMPICA –de Macià G. Olivella con música de Joan Vives–) hasta ahora, no han dejado de crear nuevos montajes para los más pequeños haciendo que, a la vez de educar, diviertan y entretengan.
M. Agustina Solé está al frente de este proyecto desde el principio, junto a Francesc Campos y Matías Gimeno. Hablamos con ella de su trayectoria artística y de estos años de constante batalla. Su discurso transmite ilusión, vitalidad y energía a raudales.
CREÁSTEIS LA COMPAÑÍA ‘LA TREPA’ EN 1977 CON EL OBJETIVO DE HACER TEATRO PARA NIÑOS. ¿POR QUÉ TE ATRAÍA EL TEATRO INFANTIL?
Hace 30 años todo estaba muy vivo, era muy visceral. La población civil estaba muy activa, batallábamos por todo... En el mundo del teatro, todo venía dirigido desde Madrid y aquí, en Barcelona, había mucho teatro amateur, y luego estaba el teatro universitario, los intelectuales… Todo en la vida era política. La gente quería hacer espectáculos diferentes… En aquel entonces la Asamblea de Actores y Directores se escindió. Quedamos un grupo que no estuvimos de acuerdo con las consignas que se nos dictaban –porque éramos de mente más abierta– y nos quedamos el Saló Diana, que estaba en la calle Sant Pau, y lo abrimos como teatro. En este grupo había gente como Mario Gas, Carlos Lucena, Vicky Peña, Assumpta Serna, Juanjo Puigcorbé… Todo el mundo tenía su proyecto y quería hacerlo. Yo estuve en contacto con Joan Armengol, que era una de las almas de Comediants, y le comenté “¿y si trabajamos para el público? ¿y si creamos nuevo público?”. Me pareció que había un apartado del que nadie se cuidaba. Y pensé que podía ser bonito trabajar con una mirada puesta más allá, no en hacer el papel de mi vida… Siempre pensé que ya tendría tiempo de hacer el papel de mi vida… o quizás no lo haré nunca, y el papel de mi vida sea este… Dije: “nosotros queremos estrenar teatro para niños aquí”. Recuerdo que hacíamos función por la mañana; nos pusimos en contacto con la Asociación de Vecinos del barrio y con los que ahora son La Roda y liamos una gran movida. Todo el barrio bajó a vernos… ¡fue muy bonito! A partir de ese momento pensé “esto tiene futuro”. Y a partir de aquí, empezamos a trabajar sobre el tema…
DESDE EL PRINCIPIO APOSTÁSTEIS POR EL TEATRO MUSICAL…
Sí. Las primeras obras eran muy sencillas… El primer musical creado especialmente para nosotros fue MIXU, EL GAT QUE DUIA BOTAS, que contaba con música de Joan Vives. Repitió con EL CAS DE LA TORXA OLÍMPICA, espectáculo que luego nos hartamos de hacer durante los Juegos Olímpicos, porque, además, robaron realmente la antorcha olímpica. ¡Incluso vino la televisión para hacernos un reportaje porque coincidía con la realidad! Joan Vives también nos hizo PUM XIVIRICÚ, que era sobre las elecciones. Era un espectáculo genial que hoy día continúa estando vigente. Tenía música grabada en un estudio, con músicos…
Yo distinguiría entre obra de teatro con canciones y musical, en el que la mitad o tres cuartas partes del espectáculo son canciones. Siempre he puesto música a los espectáculos, pero quizás por el mismo respeto que tengo por ellos no les llamaba “musicales”… Ahora quizás ya he perdido un poco esa vergüenza (risas).
EN TODOS ESTOS AÑOS, ¿HABÉIS NOTADO QUE HAYA EVOLUCIONADO LA MANERA DE HACER TEATRO DE LA MISMA MANERA QUE LO HA HECHO EL PÚBLICO?
Tiene picos. La iniciativa de La Caixa, ‘La Caixa a les escoles’, dio un gran impulso al teatro infantil. Muchas compañías empezaron a hacer cosas. Cuando acabó, nosotros decidimos continuar con el trabajo iniciado: buscamos un local, nos liamos la manta a la cabeza –todavía estamos pagando hipotecas– y arrancamos. En aquellos momentos se hacían cosas muy bien hechas y muy bonitas. Luego se vivió un poco la cola de eso… Diversos festivales, como el Festival de Tardor o el de les Arts –que dirigía Mario Gas–, siempre tenían la puerta abierta al teatro familiar. Siempre hemos batallado también por estar presentes en el Grec, y lo hemos estado durante muchos años. Pero el año pasado nos echaron. El Sr. Szwarzer nos dijo que no contaba con nosotros porque no era el estilo que había pensado. Y nos fuimos a Peralada, ya que ellos sí que nos abrieron la puerta. Nosotros continuamos luchando. Pienso que es muy importante creer en lo que haces, que no te dé miedo trabajar y ser generoso en tu trabajo, entregándote completamente.
LA LUCHA CON LAS ADMINISTRACIONES HA SIDO CONSTANTE…
Sí. Han sido 20 años de Regina y 30 años de La Trepa. Al principio el teatro infantil no estaba contemplado en las ayudas de las administraciones. En el año 82 tuve que escribir una carta al Sr. Pujol. Me llamó el Conseller Sr. Trias Fargas y, desde ese momento, se empezó a contemplar el teatro familiar. Últimamente volvemos a estar con este problema… Se hacen comités técnicos para estudiar las situaciones y, sí, hay dinero, pero se queda en infraestructuras diversas, en muestras… Las producciones no están suficientemente contempladas en las subvenciones. Para tirar adelante una propuesta de teatro infantil, hay dos cosas a potenciar: la producción, y la gira. Tendrían que apostar más por la base, por la gente que lleva tiempo trabajando en ello, y que lo está haciendo bien.
A LA HORA DE PLANTEAROS LA PROGRAMACIÓN DE CADA TEMPORADA, ¿QUÉ OBJETIVOS OS MARCÁIS? ¿QUÉ LÍNEA TIENEN QUE SEGUIR VUESTROS ESPECTÁCULOS?
Es complicado, porque es una de las épocas en que peor lo paso. Lo más difícil es hacer una programación que resulte interesante para el tiempo de ocio, y que también sea interesante a nivel lectivo. También hemos de dar cabida a otras compañías, y buscamos que sean compañías solventes, que ofrezcan espectáculos de calidad.
¿OS SUPONE ALGUN TIPO DE COMPETENCIA EL HECHO DE QUE SE ESTRENEN MUSICALES DE GRAN FORMATO DIRIGIDOS TAMBIÉN AL PÚBLICO INFANTIL, COMO ‘LA BELLA Y LA BESTIA’, O REVITALIZA LA AFLUENCIA DE LOS ESPECTADORES?
No sé. No te lo sé decir. Depende… A veces te abren el camino y tú te pones allí a dar “estampitas”. Lo que tienen de positivo es que seguramente moverán a mucha gente, que estarán allí juntos. Entonces es cuestión de inventarse la manera de que toda esa gente sepa que existes y que lo haces bien, y que así vengan. Creo que cuando una cosa está bien hecha y lleva a gente al teatro, no hace daño. Siempre que estemos en igualdad de oportunidades, en cuanto al hecho de que nos movamos por los mismos parámetros. LA BELLA Y LA BESTIA está hecha por una gente que, si nosotros nos gastamos 5 euros, ellos se gastan 500 euros en los mismo. Pero son SUS 500 euros los que se juegan… Otra cosa es que el TNC o el Liceu se gasten 500 o 1.000 que son del bolsillo del contribuyente. Estos sí que te pueden tumbar, porque pueden vender las entradas a 6 Euros.
A LO LARGO DE TODOS ESTOS AÑOS HAN PASADO POR EL ESCENARIO DEL REGINA INTÉRPRETES QUE INICIABAN SU CARRERA Y AHORA ESTÁN PROTAGONIZANDO MUSICALES DE GRAN FORMATO. ¿OS SENTÍS ORGULLOSOS?
¡Y tanto! Porque además todos son amigos y son muy generosos con nosotros, porque claro, las buenas horas que pasamos juntos no nos las quita nadie y, realmente, nos gustan los buenos actores… Cuando vinieron aquí nadie les conocía, y les dimos la primera oportunidad. Cuando cumplimos los 30 años, muchos no pudieron venir a celebrarlo con nosotros porque estaban trabajando, y nos enviaron mails y fotos dedicadas. ¡Nos hizo mucha ilusión!
ADEMÁS ALGUNOS DE ELLOS CONTINÚAN TRABAJANDO CON VOSOTROS, COMO ALÍCIA SERRAT Y FERRAN GONZÁLEZ…
Sí. Ferran González es un genio, ¡es nuestro Mozart! Un día le dije, “me tendrás que firmar una cláusula, porque serás famoso, pero siempre me harás un musical, ¿vale?” (risas). Es como Alicia Serrat, que junto con Macià hace los guiones de nuestras obras, y ahora está haciendo la adaptación de las canciones de EL REY LEÓN… ¡Me encanta! ¡Cada vez nuestro programa tiene más peso! (risas).
ESTE AÑO HABÉIS RECIBIDO UNA NOMINACIÓN AL MAX POR ‘EL SOMNI D’UNA NIT D’ESTIU’, ¿QUÉ SUPONE PARA VOSOTROS?
¡Ya tenemos tres manzanitas! Es una gran satisfacción porque quiere decir que te tienen en cuenta entre todas las producciones que se hacen. ¡Siempre me sorprende! Nos encantaría que nos lo dieran pero si no, bueno, como decía Coubertain, “lo importante es participar”.
¿QUÉ PROYECTOS TENÉIS PARA EL RESTO DE TEMPORADA?
Ahora estrenamos EL MALALT IMAGINARI, que ya la habíamos hecho hace cuatro años. Este verano nos vuelven a invitar al Festival de Peralada, y haremos ALÍCIA EN EL PAÍS DE LES MERAVELLES y el otro montaje que estrenaremos es una adaptación de LA COMEDIA DE L’OLLA de Plauto. Lo que nos gustaría mucho es que EL SOMNI D’UNA NIT D’ESTIU pudiera ir de gira… Pero no sé si podremos conseguirlo. Al público le encanta el espectáculo, pero los Ayuntamientos no están por la labor de programar teatro infantil. Hay una falta de reconocimiento. En general, sientes como si les molestara lo que haces… Pero nosotros continuaremos luchando. Existe el teatro infantil, y la gente que lo quiere hacer bien.
El Jove Teatre Regina de Barcelona celebra esta temporada su 20º aniversario. 20 años de lucha para conseguir que el teatro familiar ocupe el lugar que se merece, y para conseguir los medios necesarios para poder ofrecer espectáculos de calidad y formar así a los espectadores del futuro.
La Trepa es el nombre de la compañía del Regina, que hace ya más de 30 años nació con el objetivo de crear nuevo público. Desde los primeros espectáculos musicales de creación que representaron (MIXU EL GAT QUE DUIA BOTES –de Xesc Barceló con música de Joan Vives– o EL CAS DE LA TORXA OLÍMPICA –de Macià G. Olivella con música de Joan Vives–) hasta ahora, no han dejado de crear nuevos montajes para los más pequeños haciendo que, a la vez de educar, diviertan y entretengan.
M. Agustina Solé está al frente de este proyecto desde el principio, junto a Francesc Campos y Matías Gimeno. Hablamos con ella de su trayectoria artística y de estos años de constante batalla. Su discurso transmite ilusión, vitalidad y energía a raudales.
CREÁSTEIS LA COMPAÑÍA ‘LA TREPA’ EN 1977 CON EL OBJETIVO DE HACER TEATRO PARA NIÑOS. ¿POR QUÉ TE ATRAÍA EL TEATRO INFANTIL?
Hace 30 años todo estaba muy vivo, era muy visceral. La población civil estaba muy activa, batallábamos por todo... En el mundo del teatro, todo venía dirigido desde Madrid y aquí, en Barcelona, había mucho teatro amateur, y luego estaba el teatro universitario, los intelectuales… Todo en la vida era política. La gente quería hacer espectáculos diferentes… En aquel entonces la Asamblea de Actores y Directores se escindió. Quedamos un grupo que no estuvimos de acuerdo con las consignas que se nos dictaban –porque éramos de mente más abierta– y nos quedamos el Saló Diana, que estaba en la calle Sant Pau, y lo abrimos como teatro. En este grupo había gente como Mario Gas, Carlos Lucena, Vicky Peña, Assumpta Serna, Juanjo Puigcorbé… Todo el mundo tenía su proyecto y quería hacerlo. Yo estuve en contacto con Joan Armengol, que era una de las almas de Comediants, y le comenté “¿y si trabajamos para el público? ¿y si creamos nuevo público?”. Me pareció que había un apartado del que nadie se cuidaba. Y pensé que podía ser bonito trabajar con una mirada puesta más allá, no en hacer el papel de mi vida… Siempre pensé que ya tendría tiempo de hacer el papel de mi vida… o quizás no lo haré nunca, y el papel de mi vida sea este… Dije: “nosotros queremos estrenar teatro para niños aquí”. Recuerdo que hacíamos función por la mañana; nos pusimos en contacto con la Asociación de Vecinos del barrio y con los que ahora son La Roda y liamos una gran movida. Todo el barrio bajó a vernos… ¡fue muy bonito! A partir de ese momento pensé “esto tiene futuro”. Y a partir de aquí, empezamos a trabajar sobre el tema…
DESDE EL PRINCIPIO APOSTÁSTEIS POR EL TEATRO MUSICAL…
Sí. Las primeras obras eran muy sencillas… El primer musical creado especialmente para nosotros fue MIXU, EL GAT QUE DUIA BOTAS, que contaba con música de Joan Vives. Repitió con EL CAS DE LA TORXA OLÍMPICA, espectáculo que luego nos hartamos de hacer durante los Juegos Olímpicos, porque, además, robaron realmente la antorcha olímpica. ¡Incluso vino la televisión para hacernos un reportaje porque coincidía con la realidad! Joan Vives también nos hizo PUM XIVIRICÚ, que era sobre las elecciones. Era un espectáculo genial que hoy día continúa estando vigente. Tenía música grabada en un estudio, con músicos…
Yo distinguiría entre obra de teatro con canciones y musical, en el que la mitad o tres cuartas partes del espectáculo son canciones. Siempre he puesto música a los espectáculos, pero quizás por el mismo respeto que tengo por ellos no les llamaba “musicales”… Ahora quizás ya he perdido un poco esa vergüenza (risas).
EN TODOS ESTOS AÑOS, ¿HABÉIS NOTADO QUE HAYA EVOLUCIONADO LA MANERA DE HACER TEATRO DE LA MISMA MANERA QUE LO HA HECHO EL PÚBLICO?
Tiene picos. La iniciativa de La Caixa, ‘La Caixa a les escoles’, dio un gran impulso al teatro infantil. Muchas compañías empezaron a hacer cosas. Cuando acabó, nosotros decidimos continuar con el trabajo iniciado: buscamos un local, nos liamos la manta a la cabeza –todavía estamos pagando hipotecas– y arrancamos. En aquellos momentos se hacían cosas muy bien hechas y muy bonitas. Luego se vivió un poco la cola de eso… Diversos festivales, como el Festival de Tardor o el de les Arts –que dirigía Mario Gas–, siempre tenían la puerta abierta al teatro familiar. Siempre hemos batallado también por estar presentes en el Grec, y lo hemos estado durante muchos años. Pero el año pasado nos echaron. El Sr. Szwarzer nos dijo que no contaba con nosotros porque no era el estilo que había pensado. Y nos fuimos a Peralada, ya que ellos sí que nos abrieron la puerta. Nosotros continuamos luchando. Pienso que es muy importante creer en lo que haces, que no te dé miedo trabajar y ser generoso en tu trabajo, entregándote completamente.
LA LUCHA CON LAS ADMINISTRACIONES HA SIDO CONSTANTE…
Sí. Han sido 20 años de Regina y 30 años de La Trepa. Al principio el teatro infantil no estaba contemplado en las ayudas de las administraciones. En el año 82 tuve que escribir una carta al Sr. Pujol. Me llamó el Conseller Sr. Trias Fargas y, desde ese momento, se empezó a contemplar el teatro familiar. Últimamente volvemos a estar con este problema… Se hacen comités técnicos para estudiar las situaciones y, sí, hay dinero, pero se queda en infraestructuras diversas, en muestras… Las producciones no están suficientemente contempladas en las subvenciones. Para tirar adelante una propuesta de teatro infantil, hay dos cosas a potenciar: la producción, y la gira. Tendrían que apostar más por la base, por la gente que lleva tiempo trabajando en ello, y que lo está haciendo bien.
A LA HORA DE PLANTEAROS LA PROGRAMACIÓN DE CADA TEMPORADA, ¿QUÉ OBJETIVOS OS MARCÁIS? ¿QUÉ LÍNEA TIENEN QUE SEGUIR VUESTROS ESPECTÁCULOS?
Es complicado, porque es una de las épocas en que peor lo paso. Lo más difícil es hacer una programación que resulte interesante para el tiempo de ocio, y que también sea interesante a nivel lectivo. También hemos de dar cabida a otras compañías, y buscamos que sean compañías solventes, que ofrezcan espectáculos de calidad.
¿OS SUPONE ALGUN TIPO DE COMPETENCIA EL HECHO DE QUE SE ESTRENEN MUSICALES DE GRAN FORMATO DIRIGIDOS TAMBIÉN AL PÚBLICO INFANTIL, COMO ‘LA BELLA Y LA BESTIA’, O REVITALIZA LA AFLUENCIA DE LOS ESPECTADORES?
No sé. No te lo sé decir. Depende… A veces te abren el camino y tú te pones allí a dar “estampitas”. Lo que tienen de positivo es que seguramente moverán a mucha gente, que estarán allí juntos. Entonces es cuestión de inventarse la manera de que toda esa gente sepa que existes y que lo haces bien, y que así vengan. Creo que cuando una cosa está bien hecha y lleva a gente al teatro, no hace daño. Siempre que estemos en igualdad de oportunidades, en cuanto al hecho de que nos movamos por los mismos parámetros. LA BELLA Y LA BESTIA está hecha por una gente que, si nosotros nos gastamos 5 euros, ellos se gastan 500 euros en los mismo. Pero son SUS 500 euros los que se juegan… Otra cosa es que el TNC o el Liceu se gasten 500 o 1.000 que son del bolsillo del contribuyente. Estos sí que te pueden tumbar, porque pueden vender las entradas a 6 Euros.
A LO LARGO DE TODOS ESTOS AÑOS HAN PASADO POR EL ESCENARIO DEL REGINA INTÉRPRETES QUE INICIABAN SU CARRERA Y AHORA ESTÁN PROTAGONIZANDO MUSICALES DE GRAN FORMATO. ¿OS SENTÍS ORGULLOSOS?
¡Y tanto! Porque además todos son amigos y son muy generosos con nosotros, porque claro, las buenas horas que pasamos juntos no nos las quita nadie y, realmente, nos gustan los buenos actores… Cuando vinieron aquí nadie les conocía, y les dimos la primera oportunidad. Cuando cumplimos los 30 años, muchos no pudieron venir a celebrarlo con nosotros porque estaban trabajando, y nos enviaron mails y fotos dedicadas. ¡Nos hizo mucha ilusión!
ADEMÁS ALGUNOS DE ELLOS CONTINÚAN TRABAJANDO CON VOSOTROS, COMO ALÍCIA SERRAT Y FERRAN GONZÁLEZ…
Sí. Ferran González es un genio, ¡es nuestro Mozart! Un día le dije, “me tendrás que firmar una cláusula, porque serás famoso, pero siempre me harás un musical, ¿vale?” (risas). Es como Alicia Serrat, que junto con Macià hace los guiones de nuestras obras, y ahora está haciendo la adaptación de las canciones de EL REY LEÓN… ¡Me encanta! ¡Cada vez nuestro programa tiene más peso! (risas).
ESTE AÑO HABÉIS RECIBIDO UNA NOMINACIÓN AL MAX POR ‘EL SOMNI D’UNA NIT D’ESTIU’, ¿QUÉ SUPONE PARA VOSOTROS?
¡Ya tenemos tres manzanitas! Es una gran satisfacción porque quiere decir que te tienen en cuenta entre todas las producciones que se hacen. ¡Siempre me sorprende! Nos encantaría que nos lo dieran pero si no, bueno, como decía Coubertain, “lo importante es participar”.
¿QUÉ PROYECTOS TENÉIS PARA EL RESTO DE TEMPORADA?
Ahora estrenamos EL MALALT IMAGINARI, que ya la habíamos hecho hace cuatro años. Este verano nos vuelven a invitar al Festival de Peralada, y haremos ALÍCIA EN EL PAÍS DE LES MERAVELLES y el otro montaje que estrenaremos es una adaptación de LA COMEDIA DE L’OLLA de Plauto. Lo que nos gustaría mucho es que EL SOMNI D’UNA NIT D’ESTIU pudiera ir de gira… Pero no sé si podremos conseguirlo. Al público le encanta el espectáculo, pero los Ayuntamientos no están por la labor de programar teatro infantil. Hay una falta de reconocimiento. En general, sientes como si les molestara lo que haces… Pero nosotros continuaremos luchando. Existe el teatro infantil, y la gente que lo quiere hacer bien.