29 d’octubre 2010

Cambio de registro en las tablas


El teatro de grupos aficionados está pasando a un segundo plano, mientras que el relevo generacional no se produce y la tendencia apunta cada vez más a la profesionalización de este sector artístico en Menorca

Noviembre es por tradición, y gracias al Premi Born, el mes del teatro en la Isla. En poco más de un mes el Principal de Maó acogerá la gala del premio de literatura dramática más importante del país. Menorca es el centro de atención del mundo teatral por un día, pero ¿qué ocurre el resto del año?. Como ya ha ocurrido en otras comunidades pequeñas de la Península, el teatro en Menorca se está enfrentando a un proceso de reestructuración inevitable y que conduce hacia la profesionalización de dicho arte. A ello está contribuyendo la apertura hace unos años de la Escola Superior d’Art Dramàtic de les Illes Balears en Palma y su delegación en Menorca. Como es lógico, eso lleva a que el teatro amateur juegue un papel diferente, aunque en algunos casos con peligro de desaparecer. Y es que el relevo generacional no se está llevando a cabo, y en gran parte por la progresiva desaparición de las aulas de teatro. Pero de ello no sólo se puede culpar a los más jóvenes, ya que otro de los problemas más comunes en los diferentes municipios, es la falta de infraestructuras adecuadas para llevar a cabo esas actividades.
De cualquier forma, el público menorquín no pierde el interés por el teatro. Buena prueba de ello es la aceptación que tiene la programación del Principal en Maó o la buena acogida del programa de obras impulsado por el Ayuntamiento de Ciutadella.

Ciutadella
Bien conocida es su condición de municipio con una fuerte tradición teatral, aunque no se pueda decir que vive uno de sus mejores momentos, con el Premi Born en el “exilio” desde hace ya cuatro años por falta de un espacio acorde a la categoría del galardón tras el cierre del teatro que da nombre al premio. Y es que donde falla Ciutadella es en las infraestructuras, a la espera también de reformas –sin financiación aún– en los teatros del Casino 17 de Gener y Sant Miquel, el municipio se sostiene gracias a Calós mientras espera la apertura de la Sala Multifuncional del Canal Salat. Sin embargo, la afición al teatro entre el público sigue muy viva en la ciudad.

En lo que se refiere a las compañías, la cosa anda un tanto convulsa durante los últimos tiempos. La Delfí Serra se toma un año de descanso, mientras la compañía Dom Bosco echa abajo el telón, aunque para refundirse con otra de las secciones artísticas de Calós, la compañía Lírica. En cuanto a la formación, destaca la oferta ofrecida de aulas de teatro por el Cercle Artístic y el Casino 17 de Gener, así como la labor realizada desde el grupo de teatro de Sant Miquel, fiel a la tradicional cita de “Els Pastorets” cada Navidad.

Maó
Mejor pintan las cosas en la zona de Levante, lo que en gran parte se debe a la actividad que genera la mejor instalación cultural de la Isla, el Teatre Principal. Como ejemplo sirva que para el tramo final de año la entidad ha programado nada más y nada menos que 17 espectáculos. Durante los primeros tres trimestres han pasado por taquilla casi 40.000 espectadores, una cifra ligeramente inferior a la de 2009, pero que en tiempos de crisis se debe entender como buena. La oferta de espacios culturales se completa con otro espacio emblemático como el Orfeón Mahonés, que también cuenta con un grupo de teatro y ofrece aulas formativas.

La ciudad destaca también por una buena actividad de compañías, algunas de ellas de corte profesional, como La Clota o Moll Oest (temporalmente inactiva), y otras agrupaciones destacadas como Mô Teatre, Set de Menorca o Dosnoudosmil. El teatro también se mueve en el ámbito escolar, con actividades en Mare de Déu de Gràcia y el Cap de Llevant.

Es Migjorn Gran
En las poblaciones más pequeñas, la cosa es bien diferente. La fama de isla teatral pierde su razón de ser en Es Migjorn. “Aquí la música lo absorbe todo”, confiesan desde el área de Cultura del Consistorio. Tampoco cuenta con las infraestructuras adecuadas, porque las pocas representaciones que se programan se suelen hacer en el Polideportivo Municipal. Antiguamente, el municipio contaba con un local conocido como La Palmera, que se utilizaba como escenario o cine. El pueblo no cuenta con aulas formativas de teatro o compañía alguna dada de alta.

Ferreries
El de esta población es otro claro ejemplo de cómo la actividad teatral se resiente por la falta de infraestructuras adecuadas. El municipio cuenta desde 1996 con la compañía de teatro Quins Coverbos, aunque inactiva desde hace cinco años está ahora en “stand by”, según explica su director, Damià Moll. Sin embargo, las perspectivas de futuro no son del todo malas, ya que está previsto que la actividad se recupere una vez que entre en funcionamiento la Sala Multifuncional que se está levantando. De hecho, Moll ya ha comenzado con el proceso de lectura para elegir textos. La incógnita que planea es si se podrá reunir ahora a los miembros de un grupo que en su día estuvo formado por una veintena de intérpretes. Antiguamente, Ferreries contaba también con un local que servía de teatro y local de ensayo, en el edificio actualmente ocupado por el Café Balear. El poco teatro que se hace ahora se representa al aire libre, mientras que en materia de formación no se ofrece la posibilidad de asistir a aulas de teatro.

Es Mercadal
El caso de este municipio sirve para poner en duda si a veces la falta de infraestructuras culturales se utiliza sólo como una excusa que justifique todo. Es Mercadal cuenta ya desde hace unos años con su Sala Multifuncional, y cuanto menos resulta “curioso”, a juicio de la regidora de Cultura, Rosa Palliser, que pese a tener unas instalaciones suficientemente buenas y equipadas, parece que “falta motivación y un grupo suficiente de gente para volver a hacer teatro”. Durante 2010 se han mantenido diferentes reuniones para retomar la actividad del grupo amateur, Caramull d’olles, con 25 años de historia a sus espaldas, pero se ha fracasado en el intento. Igualmente no salió adelante la idea de impulsar un grupo desde el Casal de Joves. No hay aulas de teatro que dependan del Ayuntamiento, pero se ofrecen clases para niños pequeños a través de la APIMA del Colegio Público Mare Déu del Toro como actividad extraescolar.

Fornells
Aquí también disponen de un espacio recientemente remodelado y con capacidad para unos 100 espectadores. La alcaldesa pedánea de la localidad, Constanza Navarro, reconoce que siempre ha habido bastante afición entre los vecinos al mundo teatral. El grupo de aficionados Sa Penya Gris, que está en activo, suele representar un par de obras cada año. Al igual que sucede en Es Mercadal, en Fornells tampoco hay aulas de teatro municipales.

Alaior
En la tercera ciudad de la Isla se intentó hace unos años, en 2007 y 2008, retomar las aulas municipales de teatro, pero sin éxito. El dato confirma los problemas de cantera que tiene Menorca para seguir manteniendo la actividad teatral amateur. No obstante, el municipio mantiene cierta actividad en los escenarios del colegio La Salle y el Centro Cultural Alaior, aunque se va reduciendo con el tiempo, tal y como explica la presidenta de la entidad cultural, Margarita Mercadal, quien reconoce que lo normal es que la sala, con aforo para 180 personas, acoja solamente una o dos obras al año.

Es Castell
Sin duda el municipio contó con épocas de mayor apogeo teatral. Explica el presidente del Centro de Cultura Villacarlos, Rafael Vidal, que en los tiempos que corren mantener la afición por ese arte resulta más difícil, “antes no había tanta tele ni jugaba el Menorca Basket”. La actividad teatral de Es Castell gira en torno a esa entidad cultural, que dispone de un sala con cabida para 120 espectadores. Un clásico del centro y su grupo de teatro es la representación anual por Navidad de “Els Pastorets”. “El teatro necesita un empujón, pero es difícil”, confiesa Vidal.

Sant Lluís
Una vez más la falta de infraestructuras se manifiesta como obstáculo a la hora de desarrollar actividades culturales. Sin embargo, en Sant Lluís se adivina una escena teatral con inquietudes diferentes, aunque la actividad que llevan a cabo no es muy grande. Por un lado está la agrupación cultural Tornam a ser aquí, que representa adaptaciones de obras conocidas, e Idò Teatre que apuesta por la creación propia, aunque llevan algo más de un año inactivos. De momento, los aficionados se sirven de Teatro OAR, una infraestructura muy mejorable, a la espera de que la localidad cuente con la esperada Sala Multifuncional, que según las previsiones más optimistas estará lista a mediados de 2012.

PUBLICAT PER
RUBÉN P. ATIENZA, CIUTADELLA
FOTO : Els Pirates. Producciones locales de teatro musical como ésta demuestran que existe público en la Isla
WWW.MENORCA.INFO
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