18 de juny de 2007
Concluyó el ciclo dedicado al francés
"Hasta la muerte hay idea", dice unos de los personajes de Ultimos remordimientos antes del olvido , pieza de Jean-Luc Lagarce que se presentó el fin de semana en El Portón de Sánchez, dentro del ciclo Semana Lagarce en Buenos Aires, que fue organizado por Elkafka Teatro con el apoyo de la embajada de Francia en la Argentina. Esa frase, dicha contundentemente, ayuda a repasar la serie de producciones que, por estos días, se dieron a conocer de este autor, muerto de sida en 1995. Y eso no sólo se confirma conociendo a sus personajes, sino que también podría afirmarse que después de la muerte el cúmulo de ideas que durante la vida se forjaron puede trascender. Es así con Lagarce, un dramaturgo que tardíamente se da a conocer en nuestro país y que viene a confirmar que otro francés contemporáneo, Bernard-Marie Koltès ( En la soledad de los campos de algodón , Roberto Zucco), muerto en 1989, también como consecuencia del sida, no había estado tan solo en su manera de mirar y crear el teatro de su tiempo. Un intenso compañero de ruta lo acompañaba en su intención de definir "lo que es la gente y lo que se dice de ella", como expresa otro personaje de Ultimos remordimientos... En los textos que se han difundido queda muy claro que el autor tiene una profunda necesidad de encontrar las motivaciones reales que justifican la existencia del ser contemporáneo. Por eso, tal vez se detenga en un manual de buenas costumbres ( Las reglas de la urbanidad en la sociedad moderna ) y lo confronte con la manera de vivir de toda una generación que ha sido formada en aquellos valores; que observe a un grupo de actores que se mueve fuera de los circuitos establecidos de producción, continuamente en gira y defendiendo su profesión ( Music hall ), cuando él está convencido de que una de las desgracias del teatro actual es haberse institucionalizado y que su fuerte dependencia del Estado lo ha llevado a perder su verdadero poder de transgresión. Lagarce se detiene, también, en el mundo familiar ( Apenas el fin del mundo ) y el de los amigos ( Ultimos remordimientos antes del olvido ), y los descubre conflictivos, con una tensión que aumenta al amparo de severas recriminaciones, como si nada ya fuera lo mismo y no hubiera manera de intentar una reconciliación. El autor se torna aquí un observador trágico. En Apenas el fin del mundo, el hijo que mira esa realidad sabe que va a morir; en Ultimos remordimientos... el personaje que recibe a sus amigos entiende, cuando ellos se van, que la relación entre los tres está terminada. Alcanzado por la peste contemporánea, Jean-Luc Lagarce se transforma en un ser que sólo puede, antes de morir, revisar o mirar por última vez en qué se ha transformado esta sociedad. Por eso, una fuerte melancolía aparece incorporada en todos sus textos. El final Para el cierre de la Semana Lagarce se programaron dos experiencias opuestas: Ultimos remordimientos antes del olvido y Cabaret Lagarce . La primera pieza, la única dirigida por un francés, Laurent Berger, estuvo interpretada por Luciano Suardi, Pablo Messiez, Flora Gro, Eugenia Alonso, Javier Van de Couter y Carolina Martín Ferro. El espectáculo, que se mantendrá en cartel en El Portón de Sánchez, muestra a tres amigos en disputa por la venta de una casa que alguna vez compartieron. Las relaciones interpersonales serán aquí profundizadas y expuestas por el dramaturgo en un juego en el que hasta asomó la violencia. Cabaret Lagarce , que se presentó en Anfitrión, combinó textos, música y movimiento para mostrar una faceta más íntima del autor, la de la escritura en soledad. Los cuatro intérpretes -Malena Medici, Natalia López, Leandro Stivelman y Gabriel Zayat-, con la dirección de Lorena Vega, se animaron a jugar con las palabras del autor desde otro lugar, transgrediendo los marcos de sus obras y descubriéndolo con humor y cierta ironía. El mundo de Jean-Luc Lagarce fue descripto también a través de una conferencia del crítico del diario Libération de Francia, Jean-Pierre Thibaudat; se proyectó un video sobre su vida y su obra, y se presentaron dos colecciones de libros. Editorial Atuel dio a conocer dos volúmenes en una serie Homenaje. El primero contiene tres piezas teatrales y, el segundo, el ensayo Teatro y poder en Occidente , la tesis de maestría en filosofía de Lagarce. Mientras que Ediciones Artes del Sur divulgó Teatro de Jean-Luc Lagarce , que contiene las cuatro obras presentadas en la última semana. Durante esa presentación, sorprendió la singular interpretación de la actriz francesa Mireille Herbstmeyer leyendo un fragmento de Las reglas de la urbanidad , texto que aquí recreó Graciela Araujo. Carlos Pacheco
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