04 de març 2009

La reforma del Teatro Payà será el principal proyecto del Plan Camps


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26 de febrer de 2009

Guillem Ríos
Remodelación Teatro Payá
Finaliza el plazo de presentación de ofertas para la ejecución de cuatro proyectos en Ontinyent

Después de ocho años, desde la adquisición del Teatro Payà, el 28 de diciembre de 2000, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Burriana ha decidido que es hora de reformarlo, por lo que será el principal proyecto, sino el único, al que irán destinados los 6,9 millones de euros del plan especial de apoyo al empleo y la inversión productiva en municipios de la Generalitat, más conocido como plan Camps, que hay que presentar antes del próximo 28 de abril.

En estos momentos se está redactando una memoria valorada para conocer el montante del proyecto, que bien podría situarse en torno a los 7 millones de euros, dado que hace cinco años ya se redacto un anteproyecto, no tan ambicioso como el que ahora se pretende, cuya valoración se situaba en 4,2 millones de euros. En esta ocasión se está barajando la construcción, sobre todo el espacio que ocupa la platea del teatro, de una planta superior que serviría como sala de ensayos, almacén, sala de maquinas desde donde poder manejar con facilidad la iluminación, e incluso tendría cabida un pequeño escenario para representaciones minoritarias con un aforo para unas 200 personas.

Hasta la fecha se había hablado de acometer la reforma del Payà por fases; pero según han valorado los técnicos, tras los trabajos de certificación del inmueble llevados a cabo por la empresa AT Control a finales del pasado año, lo primero que hay que hacer es reemplazar toda la cubierta de fibrocemento. De ser así, y para facilitar labores posteriores, antes de volver a cubrir el edificio sería conveniente demoler todo el anfiteatro, e instalar las nuevas estructuras de las butacas superiores. Todo ello indica que lo más adecuado sería acometerlo todo a la vez, ya que quitando la caja escénica, lo demás casi se ha de volver a construir de nuevo, respetando la forma actual del teatro, y los elementos decorativos empleados a finales de los 50 y principios de los 60, y que están a caballo entre el Art Déco, el racionalismo y el Pop Art.

Como no podría ser de otro modo, confirmó el concejal de cultura, Enrique Safont, la instalación gozará de climatización adecuada, y para ello están siendo asesorados por Teatres de la Generalitat Valenciana, que ya les han indicando qué sistemas son mejores, con qué dotaciones debería contar la caja escénica, la conveniencia de instalar un sistema hidráulico para el foso en el que se sitúa la orquesta o banda, etc.

El edificio, adquirido por 1,14 millones de euros, que pagó la Generalitat, cuenta con 1.385 m² de planta, y un aforo de mil personas, aunque en estos momentos se encuentra reducido a la mitad, debido a que no se emplea el anfiteatro por motivos de seguridad. El escenario es de los más grandes que existen en toda la Comunidad Valenciana.

La historia del actual edificio, que también fue el último cine de Burriana, hasta abril de 2001, se remonta al 7 de septiembre de 1960, fecha en el que fuera inaugurado con el nombre de Teatro Cine Payà, coincidiendo con las fiestas patronales de la Misericordia, sobre el mismo lugar en el que se encontraba el antiguo Teatro Oberón.

Salvador Payà y José Cantavella fueron los promotores del actual teatro que es obra del que fuera arquitecto municipal Enrique Pecourt Betés. Esta construcción destacó en su momento por la carencia de columnas sustentantes, reemplazadas por dos atrevidísimas jácenas de manufactura metálica de 22 metros de luz, un alarde constructivo superado tan solo por un par de edificaciones españolas durante esos años. Por otro lado, la pantalla de cine, con sus trece metros de longitud por seis de altura, constituía casi un record en los cinematógrafos de la península.

Sus promotores, quisieron combinar en esta sala los elementos modernos con una armonía de color atrevida. Tal es el caso del estilo decorativo de la sala y sus vestíbulos realizados por el artista valenciano Vicente Melió. En la actualidad, sólo se conservan las pinturas de ambos lados de la embocadura, donde aparecen dos grandes murales al óleo: el de la izquierda que alude al “séptimo arte, y el de la derecha en el que se aprecia una visión de lo que es la Scala de Milán, así como unos trofeos y símbolos alegóricos a la fama y al teatro. En el techo del patio de butacas hay simbolizados en cuatro paneles pintados al óleo, las cuatro estaciones, -primavera, verano, otoño e invierno- de los naranjos.

Su predecesor, el Teatro Oberón, fue construido en este mismo lugar a finales del año 1907 por los hermanos Modesto y Víctor Marín Navarro y Ricardo Minué, que le pusieron el nombre de Oberón, porque, estos señores, dedicados al comercio de la naranja, nunca tuvieron ningún problema con los embarques que se hicieron con dicho buque, perteneciente a la Compañía Mala Real Holandesa.

Desde sus inicios funcionó como teatro y como cine, ya que fue el primero estable que hubo en la ciudad, pese a que dicho arte llegó años antes, como atracción de feria, gracias a Miguel Requena, que se instalaba junto al río en las fiestas de Sant Blai, o en el solar donde hoy está el mercado, si era fuera de esas fechas. En los años veinte Requena se estableció definitivamente en el Barranquet. En la primavera de 1914 en el Oberón se instaló el primer aparato cinematográfico modelo «Imperator» de España, última creación de la industria, con una proyección más clara y detallada, de lo que hasta entonces se conocía.

El primer gran acontecimiento vivido en el Teatro Circo Oberón fue el 10 de mayo de 1913, día en el que actuó la Orquesta Sinfónica de Madrid dirigida Enrique Fernández Arbós, gracias a la organización de la Sociedad Filarmónica, creada tres años antes.

En septiembre de 1916 se hizo cargo del teatro Vicente Barber, empresario de los Teatros Eslava de Valencia, y Principal de Castellón, que le dio un nuevo impulso, y ejecutó algunas reformas.

Desde entonces, se celebraron todo tipo de certámenes músico-literarios y fueron desfilando por el Teatro grandes artistas, como el tenor Miguel Fleta, siendo ya responsable del mismo Manuel Granell Ferrer, quien también fuera alcalde de Burriana en 1920.

También pronunció en aquel escenario un histórico mitin el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, el 27 de mayo de 1934.

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