29 de maig de 2007
El monólogo, a cargo de Pep Ricart, estará en cartel hasta el domingo.
Pep Ricart protagoniza La caricia de Dios.
Foto:EL PERIÓDICO
Remover conciencias y también denunciar lo que ha ocurrido y ocurre en Ruanda es uno de los objetivos de la compañía Hongaresa de Teatre, que presenta, desde hoy y hasta el domingo La Caricia de Dios, Ruanda 1994, del autor y actor italiano Paolo de Vita. Lola López es la directora de esta obra que reivindica el derecho a vivir. Las sesiones serán, hasta el sábado, a las 21.00 horas; y el domingo, a las 20.00 horas.
El texto es un monólogo interpretado por el actor valenciano Pep Ricart, sobre la figura real del General Romeo Dallaire, canadiense y entonces comandante de la misión humanitaria de la ONU emplazada en Kigali (capital de Ruanda) para contar a los blancos una historia de negros.
Ruanda 1994 está basada en el libro Instrucciones para un genocidio, de Daniele Scaglioni. En esa época se decía que se trataba de una guerra africana y que debían salir de ella por sí solos, pero representó un fracaso para toda la humanidad. Francesca Zanni y Paolo De Vita han construido una historia en la que, ateniéndose a los hechos, denuncian las omisiones y el desinterés de Occidente respecto al genocidio ruandés, porque no hay peor castigo de la indiferencia. Los horrores siempre parecen estar lejos; la brutalidad que sucede en cualquier parte del mundo nos llega a través de la televisión y ahí queremos que siga. Esta obra nos los acerca a casa, al salón donde estamos viendo la televisión. El protagonista, Romeo Dallaire, va a una guerra sin sentido y regresa hecho un despojo humano después de bajar al infierno y ver las vidas profanadas. Quizá lo peor sea que esta obra de teatro es real y que Ruanda no es el único lugar que necesita la caricia de Dios.
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