29 de juliol 2008

El mito de don Juan


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19 de juliol de 2008

MARIANO LÓPEZ SANTIAGO

Aunque recientemente se ha puesto en duda la autoría de la obra «El burlador de Sevilla» por Tirso de Molina, seudónimo como se sabe de Fray Gabriel Téllez, lo cierto es que a su fama se debe haber perfilado y dar renombre universal al arquetipo de don Juan Tenorio.

El argumento de la obra, que se respeta en la versión representada bajo la eficiente dirección del británico Dan Jemmett, es el castigo del protagonista que muere y se condena después del banquete macabro ofrecido por la estatua del comendador, se presenta como un justo final a toda una vida de sevicias y desenfrenados placeres.

Es curiosa la diferencia que ante la figura de don Juan Tenorio ofrece el Romanticismo, adopta una actitud de considerarlo como un símbolo de rebeldía contra las trabas de la moral y los prejuicios sociales, de ahí que, en la conocida obra de Zorilla, don Juan acaba salvándose acogido a la piedad de Dios.

El arquetipo de don Juan Tenorio, hoy situado en la cumbre literaria, ha tenido expresiones múltiples en la cultura universal. En España autores tales como Zorilla, Jacinto Grau y el doctor Marañón. Y en el extranjero Moliêre, Goldoni, Byron, Bernard Shaw...

La personalidad de don Juan suscita las más variadas interpretaciones, de ahí el apego que genera en el pueblo español y es que don Juan es un hombre enamoradizo o nunca se enamora, es seductor o seducido, un símbolo de masculinidad o lo más opuesto a ella.

La obra representada en el teatro Jovellanos ha constituido un pleno éxito dentro de la línea que marca su director. Pretende desmitificar el mito, pero a su vez, con un profundo respeto a su perfil tradicional y, todo ello, con una gran agilidad y dinamismo, dentro de un humorismo sutil que envuelve toda la representación, aderezada con interpretaciones musicales que con oportunidad y mesura completan la obra.

En escena y con un gran telón central, al modo de los viejos retablos juglarescos, sitúa en ambos extremos, en el lado izquierdo una especia de music-bar que propicia aparentes escenas de cabaret y, a su lado derecho, sitúa el vestuario de los actores que lo utilizan simultáneamente con la representación, pero sin que distraiga al público de la acción principal.

Para todo ello se precisa de un gran elenco de actores, que limitado en su número a cinco, llegan a representar hasta diecisiete personajes con una gran entrega y profesionalidad muy propia de la categoría que ha logrado en el panorama escénico español el «Teatro Abadía».

En resumen, una obra excelente que fue unánimemente aplaudida por el público premiando así la gran actuación de sus intérpretes. Felicitamos a la dirección del teatro Jovellanos por su acierto en la elección.

Hay un aspecto en la personalidad de don Juan Tenorio que está profundamente enraizado en el espíritu de nuestro colectivo nacional... su excesiva confianza, pues cuando a don Juan le hablan del más allá, responde despreocupadamente: «Tan largo me lo fiáis».

Esa respuesta se oye en muchas circunstancias actuales y no se trata solamente del temor del más allá... sino del más acá.

Encetem temporada, comença l'espectacle!

Amb la celebració de la Festa Major de Manresa,  donem el tret de sortida a la nova temporada del Kursaal.  Us hem preparat una tardor que a...