Elvis vive... en Valencia

Un musical en el teatro Olympia, protagonizado por Greg Miller, enciende el entusiamo de los fans del Rey del Rock. La 'elvismanía' nunca muere

«Yo llevo la vida de Elvis a todo el mundo porque él nunca pudo hacer una gira fuera de Estados Unidos»
A pesar de llevar más de treinta años muerto, el rey del rock sigue vivo en millones de almas. Sus fans no piensan olvidarlo y cada vez es mayor el número de imitadores que le surgen. Uno de ellos es Greg Miller, aclamado por la crítica en todo el mundo y considerado el mejor Elvis de todos los tiempos.
Desde Las Vegas, Miller trae a Valencia su musical 'El rey del rock', un montaje producido en la ciudad donde tantos éxitos cosechó el propio Elvis. Los amantes de todo lo relacionado con la vida del gran artista podrán disfrutar desde mañana hasta el 31 de julio en el teatro Olympia del musical a través de la auténtica historia de Elvis Presley, con vídeos de su vida y las propias historias de Greg Miller entrelazadas.
De niño, el imitador hizo amistad con el mítico cantante después del tercer concierto al que pudo acudir. «Me juntaba con una familia que lo conocía y un día Elvis me llamó porque siempre se acordaba de mí al verme en primera flra. Me quedé sin palabras cuando hablé con él por primera vez», recordó ayer Miller. Greg aseguró tener una estrecha relación con su ídolo en sus últimos años de vida y quien acuda a ver el musical también se encontrará conversaciones telefónicas grabadas entre ellos. El segundo Elvis se siente como algo más que alguien que copia unos gestos y una voz. «Yo llevo la vida de Elvis a todo el mundo porque él nunca pudo hacer una gira fuera de EE. UU. Me gusta esto y espero que me dure durante muchos años».
Más tiempo permanecerá el espíritu en los millones de incondicionales que nunca dejarán de lado este mito. Entre ellos, muchos valencianos formarán parte para que el recuerdo del Rey del Rock siga. Es el caso de Juan Carlos Morte, de 45 años, quien define el fenómeno Elvis como una religión. «No tiene nada que ver con una secta, es un modo de vida». Viste con pantalones con tendencia de la época «pero de ahora» y también asegura cuidarse sus patillas. «Una veces me las dejo más amplias que otras, como el tupé que a veces me hago, según quiera dar más o menos imagen de rocker». Complementos como gafas o cinturones que hacen volver a los setenta también completan el vestuario de Juan Carlos. «No estamos anclados en el pasado, pero sí buscamos ropa con tendencia un poco más antigua», manifestó.
Fan desde los 9 años de Elvis Presley, pertenece desde que se fundó hace veinte años al Club Elvis de Barcelona. Esta asociación cuenta con 1.700 miembros en toda España, de los que 250 son valencianos. Como Enrique Madrid quien, con 36 años, admira desde los ocho al artista gracias a «mi primo, que era un fanático». El próximo 30 de julio se celebrará una reunión del club en Zaragoza con motivo del veinte aniversario de su fundación. Ambos aseguran que asistirán. «Es una excusa para reunirnos todos», explicó Enrique. Habrá actuaciones en concierto, concursos para ver quién posee más conocimiento sobre Elvis y su vida y «documentales con material inédito que, aunque parezca mentira todavía hay». Juan Carlos también habla de los documentales y afirma que algunos de ellos «son muy perseguidos. Todos los años aparecen nuevos datos».
Teresa Hernando sigue desde los 12 años a Elvis y a sus 48 no va a dejar de hacerlo. Asegura que también acudirá a la reunión de Zaragoza. «Siempre es bonito reencontrarte con personas tan distintas pero que están unidas por lo mismo». Probablemente las sensaciones que muestra respecto al cantante cuando habla de él nunca las volverá a sentir por nadie más. «Es el mejor artista del siglo XX. Su voz y sus distintas tonalidades a lo largo de tres épocas totalmente diferentes entre sí y perfectas», afirmó.
La vena sensible
Muchas son las canciones que versionó Elvis a lo largo de su trayectoria pero los tres coinciden en la misma idea: «Por mucho que te guste el tema original siempre terminas quedándonte con la versión de Elvis». El Rey del Rock tenía algo de lo que otros artistas carecían. «No es un cantante que viene y va. Nunca te deja de gustar y siempre te acompaña. Te llena cuando lo necesitas», contó Teresa. Algo parecido siente Enrique cada vez que lo escucha: «Te acompaña en los momentos más íntimos. No es sólo rock and roll, es muy capaz de tocarte la vena sensible». Se trata de sensaciones que sólo se pueden sentir con estímulos muy concretos y para entender a estos fans es necesario, como opina Juan Carlos, conocer todo el contexto. «Para saber sobre el mundo de Elvis hay que conocer toda su época. Si no comprendes aquel momento, no entiendes el fenómeno».
Elvis enlazó su momento cumbre con su declive personal. De los años 70 hasta su muerte realizó, según Enrique, unos 1.126 conciertos aproximadamente. En Las Vegas, firmó un contrato para el hotel Internacional -que luego sería comprado por Hilton- en el que realizaba shows con dos o tres actuaciones diarias.
«Sus niveles de voz en los conciertos del 77 eran impresionantes», apuntó Enrique. «Para la música fue algo formidable pero en su vida personal le pasó factura», manifestó Juan Carlos. Y fue a peor. En sus últimos años, después de que muchos fueran los que intentaron aprovecharse de él, Elvis tan sólo quería cantar. Hasta el 16 de agosto de 1977 en que su voz se apagó para siempre. Miles de personas acudieron ese día a Graceland para despedirlo.
¿Qué hubiera pasado si no hubiera muerto tan pronto? Para Teresa su éxito hubiera sido el mismo: «Vivo ya movía a muchos millones de personas». «Seguramente hubiera venido a Europa y su éxito habría aumentado», según Juan Carlos, en el camino inverso de los Beatles (que fueron a EE.UU después de triunfar en Europa).
El Rey del Rock dejó tras de sí muchos momentos memorables pero uno de los recuerdos que más unió a sus fans tal vez se dio el 14 de enero de 1973 en Hawai.
Enrique todavía no había nacido pero recuerda la primera vez que vio aquel concierto, el primero que se emitía por vía satélite en directo por todo el mundo: «Me quedé alucinado, sin palabras. Fue un concierto benéfico para la ayuda contra el cáncer».
Teresa, que fue testigo directo, cree no volverá a sentir nada parecido: «Con 14 años, ver aquello fue formidable». En total, 1.500 millones de personas vieron el espectáculo más caro de la época, aparte de la Super Bowl, en 40 países entre Asia y Europa.
Después de su muerte salieron a la luz muchas especulaciones, incluso hubo gente que afirmaba que seguía vivo. Y no se equivocaron del todo. Elvis Presley dejó algo más que sus canciones y el movimiento de sus caderas, legó un espíritu imposible de olvidar en cada uno de sus temas. Su música será eterna.

publicat per
Ximo Roselló
www.lasprovincias.es
20 de juliol de 2011