24 de gener 2011

La silenciosa Conxa de 'Pedra de tartera' toma la palabra en el TNC

El debut literaria de Maria Barbal es un fenómeno editorial en varios países de todo el mundo desde hace 25 años
La silenciosa Conxa, protagonista de la novela 'Pedra de tartera', el debut literario de Maria Barbal convertido ya en un clásico, tomará la palabra a partir del próximo día 26 de enero en el TNC, gracias a una adaptación de Marc Rosich, dirigida por Lurdes Barba, con Àurea Márquez dándole vida.
Los principales artífices del proyecto, que se representará en Barcelona hasta el 20 de marzo y que después girará por varias localidades catalanas, han mostrado hoy su satisfacción por el trabajo realizado y han invitado al público a acudir al teatro para emocionarse, con un pañuelo en el bolsillo, con esta historia.
Fenómeno editorial en varios países de todo el mundo desde hace 25 años, 'Pedra de tartera' es el relato en primera persona de la vida de Conxa, una víctima pasiva de su tiempo, originaria de la comarca pirenaica del Pallars, marcada por la guerra civil, que acaba sus días, octogenaria, en una portería del Eixample barcelonés de la década de los sesenta.
El director artístico del TNC, Sergi Belbel, ha defendido hoy la adaptación de la novela, con el convencimiento de que "todo lo que se escribe es susceptible de ser teatralizado", mientras que la siempre tímida Maria Barbal ha apoyado el montaje porque, además de contribuir a "expandir" el texto literario, "es muy fiel al original, aunque se haya reconstruido todo".
Marc Rosich, que ya realizó la adaptación para el teatro de "Mort de dama", de Lloren Villalonga, ha comentado que en un primer momento consideró imposible llevar al teatro el texto de Barbal, especialmente porque "el leivmotiv de Conxa es el silencio".

Al final, ha optado por una mujer "más expresiva y activa" que la de la novela, aunque "para ser más fiel a todo lo que ella quiere explicar".
La obra transcurre en la cocina de la masía de Conxa, en el pueblo de Pallarés, en una única escena continua -Àurea Márquez ha confesado que no puede ni beber un vaso de agua durante las casi dos horas de la función- en la que va transcurriendo el tiempo, mientras se cocinan dos "escudellas".
Todos los personajes, a diferencia de lo que ocurre en la novela, hablan en el dialecto del Pallars, al entender Rosich que "su voz es la que hace paisaje".
Además, el espectador asistirá sin levantarse de su butaca a la transformación de Conxa, que empieza la obra con dieciséis años y acaba con ochenta.
La directora Lurdes Barba ha agradecido el trabajo de todo el equipo por haber conseguido que sobre Conxa "sin que se mueva del escenario pasen sesenta años", y ha resaltado, especialmente, el trabajo de Jordi Collet en el apartado musical.
También ha agradecido a Eugenio Szwarcer las imágenes audiovisuales que tanto completan la trama como muestran paisajes del Pallars o sirven de documentación histórica.
Barba ha confesado que no quería un espacio realista, pero tampoco quería "obviar la montaña y la piedra en la que estas vidas se han configurado".
Àurea Márquez, que ha reconocido que hablar de su personaje ante su creadora le daba un poco de vergüenza, ha dicho estar muy emocionada por poder dar su voz a una mujer "que es como la punta de un iceberg de tantas y tantas mujeres que nos han llevado hasta aquí y que todavía existen".
El reparto lo completan Rosa Cadafalch, Eduard Muntada, Roger Casamajor, Annabel Castan, Marina Barberà y los niños Júlia Pedra, Marta Vidal, Carla Vives, Max Figueres, Max Megias y Max Roca.
"Pedra de tartera" es la primera coproducción del TNC y el Celler d'Espectacles de Lleida, lo que posibilitará una gira por diferentes teatros de Lleida, Reus, Girona y Tàrrega, a partir de marzo.

publicat per
efe
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