27 d’agost 2008

'Se sienten, coño'


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15 agost de 2008

ANTONIO ARCO

FESTIVAL DE TEATRO Y DANZA SAN JAVIER CRÍTICA

Uno de los terroristas se dirige al público durante la representación, el miércoles en San Javier, de Boris Godunov.
E. MARTÍNEZ BUESO

Obra: Boris Godunov. Texto original: David Plana. Idea original y dirección artística: Álex Ollé. Dirección escénica y dramaturgia: Álex Ollé y David Plana. Compañía: La Fura dels Baus (Pedro Gutiérrez, Sara Rosa Losilla, Pep Miras, Juan Olivares, Francesca Piñón, Albert Prat, Óscar Rabadán, Fina Rius, Manel Sans). Vídeo: Frank Aleu / Urano. Representación: San Javier, 13 de agosto. Calificación: Muy interesante.

Algunos espectadores presentes en la primera representación de Boris Godunov en San Javier, entre ellos una parlanchina oronda que devoraba caramelos sin parar y que, lamentablemente, no se atragantó de cuajo, se equivocaron de lugar, porque si lo que querían era vivir una emoción al límite que les pusiera el corazón al borde del infarto, deberían haber probado a tirarse de un avión sin paracaídas o a bañarse desnudos a la hora de la cena entre tiburones blancos, ya que lo que La Fura dels Baus hace es teatro, con un gran control del espacio y el debido respeto hacia el espectador, y no fusilamientos en directo. Teatro a partir de una muy buena idea, con un resultado final no ya tan bueno, y con una interpretación global aún menos buena todavía, pero todo ello englobado en una puesta en escena muy interesante y apetecible, que rompe con rutinas ya establecidas y explora nuevas formas de contacto emocional entre público e intérpretes.

Un público que acudió en abundancia, una vez más, al reclamo de la internacional compañía catalana, que en esta ocasión ofrecía la posibilidad de vivir en directo la experiencia de un secuestro a manos de un grupo terrorista. Unos terroristas que salieron triunfantes del reto que suponía dominar el enorme Auditorio del Parque Almansa sin que las desventajas del aire libre restara demasiada tensión a su arriesgada propuesta.

Una propuesta que se sigue con más expectativas que emoción verdadera y que deja algunas preguntas importantes flotando en el aire enrarecido por tanta muerte final de víctimas inocentes. La primera y principal: ¿Se posiciona claramente La Fura dels Baus en contra del terrorismo en su último y, a ratos, espléndido montaje Boris Godunov? Pues hombre, digamos que: o bien les ha salido el tiro por la culata o, desde luego, que no por igual frente a todo tipo de terrorismo. O se hacen un pequeño lío.

Y eso, claro, choca; choca y puede estallar(les) en cualquier momento como una potente, inquietante y muy bien trabajada, con la utilización de la última tecnología punta, bomba de relojería escénica; puro teatro generador de sorpresas, momentos emotivos, algún escalofrío, algún que otro interrogante y, también, inquieto teatro que no se sabe muy bien lo que pretende: ¿No todos los terrorismos son iguales?, ¿no todo acto terrorista está igual de injustificado?, ¿no son del todo justos quienes condenan sin más cualquier asesinato fruto del terror? No parece que La Fura tenga muy claras del todo-todo las respuestas.

Condiciones

En Boris Godunov, los espectadores que asisten a la función son hechos presos, tomados como rehenes por los miembros de un grupo terrorista defensor de un territorio que está invadido, y sometido, por las tropas del país donde se encuentra el teatro asaltado en espera de que el Gobierno invasor acepte las condiciones que ponen los terroristas para no hacer saltar a todos por los aires.

La idea de este montaje, ya conocida, le surgió a Álex Ollé en 2002, año en que el teatro Dubrovka de Moscú fue asaltado por terroristas chechenos y, tres días después, liberado por sorpresa por las fuerzas de seguridad rusas con un saldo de varias docenas de espectadores y terroristas muertos. A partir de ahí, Ollé se propuso la creación de un montaje con el que el espectador se enfrentase, de la forma más real posible, al tremendo miedo contemporáneo de ser víctima de un atentado terrorista. Y el resultado final de su primer impulso creativo es este Boris Godunov de potente factura, ritmo algo decaído, excelente trabajo del creador de videos Frank Aleu, texto claro y sin hallazgo alguno de David Plana, y reivindicación de una de las grandes obras de la literatura rusa, el Boris Godunov de Alexander Pushkin, todo un tratado sobre las perversiones del poder y la ambición desmedida de aquellos a quienes seduce y embrutece.

Y es que, aunque Ollé y Plana manifiesten su total rechazo a la violencia, «sin excepciones de ninguna clase», lo cierto es que el montaje de Boris Godunov está plagado de matices, tantos matices que, al final, el líder de los terroristas que han asaltado el teatro, llamado Óscar e interpretado con enorme convicción por el actor Pedro Gutiérrez, casi termina convertido en un héroe/víctima, en un valiente/comprometido con su pueblo, en un defensor del mal menor para conseguir el bien común de los suyos, en un idealista cuya humanidad no está corrompida, en un claro objeto de reflexión, al modo en que Albert Camus analiza la naturaleza criminal de Calígula, sobre las verdaderas causas del crimen.

Humanidad

Porque lo que sí que está muy claro es la crítica de La Fura al poder político y sus desmanes, porque se pone el acento, con ahínco e incluso poesía, en que no es lo mismo terrorismo que defender el derecho a la rebelión armada cuando un pueblo se ve sometido; porque el nivel de humanidad, de sensibilidad, incluso de generosidad que muestran la mayoría de los terroristas a los que le dan voz en este montaje es tan alto que, por un momento, incluso parece que alguno de ellos se va poner a recitar, dulcemente, una de las hermosas canciones de amor de John Donne justo antes de darnos un beso de buenas noches. Estaría bien ver qué imagen se da de los terroristas en Pornografía, uno de los montajes más esperados estos días de la oferta alternativa del Festival de Edimburgo, que se centra en los artífices de los atentados de Londres de julio de 2005.

Pues eso, esperemos a verlo y ya hablamos. Porque eso sí que no hay que dejar nunca de hacerlo: hablar, dialogar, conversar, debatir, buscar acuerdos. Incluso, si no hay más remedio, con la oronda que devora caramelos sin dejar de hablar.

Encetem temporada, comença l'espectacle!

Amb la celebració de la Festa Major de Manresa,  donem el tret de sortida a la nova temporada del Kursaal.  Us hem preparat una tardor que a...