29 de novembre 2009

Lizaran y Picó bailan solas


www.lavanguardia.es
20 de novembre de 2009

Sergi Belbel adapta en el TNC la novela de Irène Némirovsky "El ball" Hay química entre nosotras, respeto y una mirada... los ojos son muy importantes" "Necesitas expresarte de manera diferente a la mediocridad de la vida"

Justo Barranco
Barcelona

Anna Lizaran y Sol Picó suben al ring. Desde esta noche y hasta el 3 de enero representan a las órdenes de Sergi Belbel en el TNC El ball, adaptación de la novela homónima de Irène Némirovsky en la que se desencadena una tragedia familiar cuando una madre en pleno ascenso social prohíbe a su hija asistir al baile que organiza para darse a conocer en la alta sociedad parisina. Adolescencia, burguesía, relaciones familiares y venganza se entremezclan como lo hacen danza y teatro: la coreógrafa y bailarina Sol Picó, hija de Lizaran en la obra, baila las emociones que recorren a la adolescente.

De la alta sociedad a Auschwitz

La vida de la autora de El ball, Irène Némirovsky (1903-1942), resuena en sus novelas. Hija de un banquero judío ucraniano, fue educada por una institutriz francesa: su madre no mostró mucho interés por ella. Huyendo de la revolución rusa, llegaron a Francia en 1919 y pronto empezó a escribir. Su primera novela, la cruel David Golder, fue su salto a la fama. El nazismo y el régimen de Vichy la llevarían a Auschwitz, donde moriría gaseada.

Les acompaña en el escenario Francesca Piñón, mientras que Xaro Campo se alterna semanalmente con Picó representando a la hija. Estrenada en el festival Temporada Alta hace unas semanas, tras Barcelona, y ya en versión castellana, El ball recalará en el Centro Dramático Nacional de Madrid del 14 de enero al 14 de febrero.

El ball es una convergencia de intereses. Anna Lizaran le descubrió la novela a Sergi Belbel, Sol Picó le había dicho que quería probar el teatro...

Anna Lizaran: Nos unió el azar. No le hablé a Sergi de la novela para que hiciera teatro, sino porque me pareció que era una obra que podía haber escrito él, con esos enormes conflictos entre madres e hijas. Ya en proyecto, Sergi me habló de hacerla con Sol Picó. Me pareció fantástico. Cada vez intento hacer menos teatro porque cada vez encuentro menos cosas que me muevan el cuerpo y estoy cansada de mí, mi voz, los gestos... Pero el teatro te da a veces oportunidades...

Sol Picó: Te da regalos.

A.L.: Y lumbalgia, pero también regalos. Durante los estrenos pasamos poco tiempo con la familia y dejamos muchas cosas arrinconadas. Pero es que los actores somos muy exhibicionistas. También es cierto que yo me tomo el teatro como si fuera una pequeña familia donde todos nos conocemos. Y que, además, me siento una privilegiada por tener una profesión que me permite pensar en cómo haré el monólogo tal o cual mientras compro los tomates. Poder tener la ilusión de hacer muchas cosas que no eres, de jugar, mentir, buscar la verdad que puedas tener dentro.

S.P.: El exhibicionismo es muy importante. Necesitas expresarte de manera muy diferente a la mediocridad de la vida. Si encima tienes estos regalos, eres una privilegiada.

A.L.: Y creo que en el teatro he aprendido a ser persona a medida que he ido haciendo obras. El ball es un experimento, une teatro y danza a partir de una novela.

¿Cómo lo han vivido ustedes?

A.L.: He aprendido mucho. Me llega en un momento en el que aunque no sea la actriz la que habla, puedo sentir lo que dice y siente la madre a esa edad. Una mujer muy viva que de joven encontró a uno que pensó que podía progresar y se casó sin amor. Pero que tiene ganas de pasiones fuertes y se lo juega todo a una carta, quiere tener una historia, que alguien la desee. Ella piensa que vivirá de verdad a partir del baile.

S.P.: Siempre tienes miedos, pero aquí han sido mucho más potentes. Ha sido conflictivo para mí enfrentarme a unpersonaje de 15 años. Interpretar a la chica sin parecer boba, expresar la fuerza o la maldad de una adolescente rabiosa contra el mundo... Bueno, eso ya me sale mejor. Luego, como alterno funciones con Xaro y puedo ver lo que se hace desde fuera, cada día realizo pequeños cambios.

¿Con qué tipo de danza representa los sentimientos de la adolescente?

S.P.: La danza para mí es la manera de expresar con el cuerpo las emociones internas, que es justamente para lo que se utiliza en la obra. En este caso, yo quería salir del repertorio de Sol Picó. Buscar lo abstracto, evitar narrativas, que no se moviera como una niña pero que no estuviera lejos. Pero no sé si finalmente he logrado salir del repertorio...

Y finalmente, como quería Sergi Belbel, ¿Anna Lizaran también baila?

A.L.: Me muevo. Quería bailar más pero no me dejan. Soy como un molino de viento y aquí tengo las manos pegadas a la cintura. Póngalo.

Madre e hija, danza y teatro. ¿han vivido un duelo?

A.L.: La suerte es que hay química entre nosotras, algo muy difícil de encontrar. Normalmente yo cuando no actúo, me voy, y aquí en cambio me quedo mirando el baile entre bambalinas. Hay respeto y una mirada que le he encontrado... Los ojos son muy importantes.

S.P.: Nos hemos encontrado No vamos a nuestro rollito, aunque, claro, lo del duelo lo marca la historia y jugamos a él.

A.L.: Tenemos espacios diferentes que tratamos de unir.

La hermana de Anna, Lola, actuó también en obras de danza. ¿La ha recordado con El ball?
A.L.: He pensado mucho en ella. Por tantas cosas. Al explicarles la obra a la familia dijeron: "Anda, si harás como Lola". Es la vida, el teatro, hay que seguir actuando

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