28 de novembre 2009

Muros en el Gran Teatro

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18 de novembre de 2009

JUAN JOSÉ PRIMO JURADO

El pasado fin de semana, el Gran Teatro de Córdoba acogió con éxito la representación de la obra «El Testigo», del gran autor gaditano Fernando Quiñones, interpretada por Rafael Álvarez «El Brujo». En la entrevista previa que realizó Luis Miranda para este periódico, el actor, director y productor lanzaba dos dardos. Por un lado recordaba que Córdoba es una ciudad grande y solo cuenta con un teatro. Por otro, lamentaba las dificultades que encuentra para actuar en el escenario cordobés. De hecho en esta ocasión lo hacía de la mano del Centro Andaluz de Teatro (CAT):
«Cada vez que intento actuar en el Gran Teatro hay un muro. No puedo entrar en Córdoba como en otras ciudades a hacer mis espectáculos, a sabiendas que el público de Córdoba me espera y llenaría el teatro. La última vez que actué en el Gran Teatro de Córdoba se agotaron las localidades en dos días. A partir de ahí ya no he vuelto más, a pesar de que he llamado un montón de veces al Gran Teatro. Y ni siquiera se nos contestan las llamadas. Yo no voy a llamar más porque me da fatiga».
«El Brujo» es un grandísimo actor. Ha recibido numerosos premios: Premio Ícaro a la mejor interpretación teatral 1985, por su trabajo en «Lazarillo de Tormes»; Premio El Espectador y La Crítica 1986, por «La Taberna Fantástica»; Premio Ercilla de Bilbao 1996 a la mejor interpretación por «La sombra del Tenorio»; Premio Meliá Parque al mejor actor por «Anfitrión»; Premio Canal Sur al mejor espectáculo teatral 2000 por «Arcipreste», y XIII Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert, en 2009. En diciembre de 2002 el Ministerio de Cultura le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
Rafael Álvarez es conocido también por su participación en famosas series de televisión como «Juncal» y «Brigada Central». Y, además, se trata de un cordobés (nacido en Lucena en 1950) que, aunque trasladado pronto a Madrid para alcanzar una sólida formación teatral, ha paseado sus orígenes cordobeses por toda España. Por todo ello, sería muy grave que se le impidiese actuar el Gran Teatro de Córdoba.
Ya hace unos años, otro grande de la escena, Moncho Borrajo, lanzó una acusación similar contra el Gran Teatro y su director. Ramón López, director-gerente del Gran Teatro desde 1999, debe dar una explicación que desmienta las acusaciones de «El Brujo». De lo contrario tendremos que deducir que sí existen muros en el Gran Teatro, vetos que condicionan su programación cultural de la que es responsable el director.
Sin lugar a dudas, los programadores de los teatros públicos de Andalucía, y de todas partes, deberían tener en cuenta que no son programadores de teatros privados, que no pueden sujetarse a su gusto o a su criterio personal o político, sino al criterio de la crítica y el público, que con sus impuestos son los que pagan la programación del teatro.
(P. S. Ya saben que el PCE celebró su XVIII Congreso mientras el mundo celebraba el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín. El cordobés José Luis Centella, su flamante secretario general, ha dicho en una de sus primeras declaraciones: «Los comunistas no tenemos que pedir perdón. La historia del PCE es de las más gloriosas que puede tener un partido en el mundo. Y en cuanto a la historia del comunismo, puede que se hayan cometido algunos errores, pero es la búsqueda de una sociedad más justa». Con cien millones de muertos en su haber, personajes como Lenin, Stalin, Mao, Pol Pot, Pasionaria o Carrillo y aún existe quien les vota, claro, porqué van a pedir perdón).

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