Nuria Espert protagoniza, desde hoy y hasta el domingo en el Principal de Alicante, la «farsa salvaje y magistral» 'Hay que purgar a Totó', de Georges Feydeaur
www.laverdad.es
11 abril de 2008
SERGIO BALSEYRO
COMO EN CASA. Nuria Espert, en el centro, con Juanjo Seoane y María Dolores Padilla
DANI MADRIGAL
Nuria Espert vuelve al teatro Principal de Alicante, un escenario en el que, como reconoció ayer, ha traído todos sus montajes con la excepción de un Medea y al que valora como «algo muy especial». Juanjo Seoane, Mario gas, director del teatro español de Madrid y ella se embarcan en Hay que purgar a Totó, «una de las piezas más escatológicas, divertidas, desvergonzadas e inteligentes» de Georges Feydeau, comentó ayer junto a Seoane y la directora del coliseo, María Dolores Padilla.
La actriz catalana, nacida en l'Hospitalet de Llobregat en 1935, está acompañada en esta ocasión por los actores Gonzalo de Castro Jordi Bosch y Tomás Pozzi, junto a Ana Frau, Carmen Arévalo y Manuel Millán, en esta comedia «salvaje y magistral», como la actriz la define.
La dirección de Georges Lavaudant, «maestro de actores», para Espert, ayuda en esta farsa convertida «en gran espectáculo» que para ella ha constituido una auténtica «liberación, como el destape para España después de Franco, ya que el placer por la interpretación en el escenario, gozar sólo se encuentra en el teatro cómico, mientras que el dramático te proporciona plenitud, ansiedad».
Carcajadas
Nuria Espert confesó que con este género, «dices una frase y no existe el silencio, sino la carcajada». Por tanto, «hay que llenar el espacio de las risas, y eso se produce con una frescura interior», aseguró.
«Esta comedia es una máquina infernal que destruye todo a su paso a base de carcajadas», dijo sobre la obra, una de las últimas escritas por Feydeau antes de morir en un psiquiátrico. «Feydeau consigue con este comedia el máximo de la risa que oculta el máximo de la crueldad», añadió. «Mi carrera ha ido por otro lado, pero ahora me lo he permitido», confesó.
La actriz explicó que tras representar tragedias y dramas, «ahora los corsés intelectuales de otros géneros caen al suelo y queda la comedianta libre, y esta situación te permite disfrutar sobre el escenario».
Como aseguró Seoane, en Hay que purgar a Totó se encuentra a una Nuria Espert «marujona y desquiciada, con la que disfrutan todos los espectadores».
Lecturas diversas
Ella misma lo reconoce, pero también que en este texto de «uno de los mejores escritores de literatura» se encuentran las madres desestructuradas, la mujer, el hombre, y la clase social del quiero y no puedo».
En la obra, «un fabricante de orinales aspira a conseguir el contrato del siglo, suministrar su material al ejército». Las estratagemas que emplea para cerrar el negocio le reservan toda una serie de sorpresas, y todo porque el pequeño de la casa se niega a tomar purgante que la madre quiere que beba por encima de todas las cosas.
Nuria Espert volvió a insistir en la calidad teatral de los espectadores de Alicante y recordó la extinta Asociación Independiente de Teatro, AITA, que para ella «creó un caldo de cultivo en esta ciudad, y por ello yo valoro Alicante como Madrid, Barcelona o Bilbao, urbes en las que se desarrolla la carrera de una actriz», concluyó la actriz.
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11 abril de 2008
SERGIO BALSEYRO
COMO EN CASA. Nuria Espert, en el centro, con Juanjo Seoane y María Dolores Padilla
DANI MADRIGAL
Nuria Espert vuelve al teatro Principal de Alicante, un escenario en el que, como reconoció ayer, ha traído todos sus montajes con la excepción de un Medea y al que valora como «algo muy especial». Juanjo Seoane, Mario gas, director del teatro español de Madrid y ella se embarcan en Hay que purgar a Totó, «una de las piezas más escatológicas, divertidas, desvergonzadas e inteligentes» de Georges Feydeau, comentó ayer junto a Seoane y la directora del coliseo, María Dolores Padilla.
La actriz catalana, nacida en l'Hospitalet de Llobregat en 1935, está acompañada en esta ocasión por los actores Gonzalo de Castro Jordi Bosch y Tomás Pozzi, junto a Ana Frau, Carmen Arévalo y Manuel Millán, en esta comedia «salvaje y magistral», como la actriz la define.
La dirección de Georges Lavaudant, «maestro de actores», para Espert, ayuda en esta farsa convertida «en gran espectáculo» que para ella ha constituido una auténtica «liberación, como el destape para España después de Franco, ya que el placer por la interpretación en el escenario, gozar sólo se encuentra en el teatro cómico, mientras que el dramático te proporciona plenitud, ansiedad».
Carcajadas
Nuria Espert confesó que con este género, «dices una frase y no existe el silencio, sino la carcajada». Por tanto, «hay que llenar el espacio de las risas, y eso se produce con una frescura interior», aseguró.
«Esta comedia es una máquina infernal que destruye todo a su paso a base de carcajadas», dijo sobre la obra, una de las últimas escritas por Feydeau antes de morir en un psiquiátrico. «Feydeau consigue con este comedia el máximo de la risa que oculta el máximo de la crueldad», añadió. «Mi carrera ha ido por otro lado, pero ahora me lo he permitido», confesó.
La actriz explicó que tras representar tragedias y dramas, «ahora los corsés intelectuales de otros géneros caen al suelo y queda la comedianta libre, y esta situación te permite disfrutar sobre el escenario».
Como aseguró Seoane, en Hay que purgar a Totó se encuentra a una Nuria Espert «marujona y desquiciada, con la que disfrutan todos los espectadores».
Lecturas diversas
Ella misma lo reconoce, pero también que en este texto de «uno de los mejores escritores de literatura» se encuentran las madres desestructuradas, la mujer, el hombre, y la clase social del quiero y no puedo».
En la obra, «un fabricante de orinales aspira a conseguir el contrato del siglo, suministrar su material al ejército». Las estratagemas que emplea para cerrar el negocio le reservan toda una serie de sorpresas, y todo porque el pequeño de la casa se niega a tomar purgante que la madre quiere que beba por encima de todas las cosas.
Nuria Espert volvió a insistir en la calidad teatral de los espectadores de Alicante y recordó la extinta Asociación Independiente de Teatro, AITA, que para ella «creó un caldo de cultivo en esta ciudad, y por ello yo valoro Alicante como Madrid, Barcelona o Bilbao, urbes en las que se desarrolla la carrera de una actriz», concluyó la actriz.
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