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16 setembre 2002
«El somni d'una nit d'estiu» se instala a partir de hoy en el Borràs
ELENA CUESTA
BARCELONA.- Era un sueño que tenía desde que estudiaba en el Institut del Teatre. Angel Llàcer anhelaba poder subir al escenario El somni d'una nit d'estiu. Y aquí está, en el Teatre Borràs y al frente de la compañía Parracs, con su doble quimera, la suya y la de Shakespeare. Y el público podrá soñar con ellos a partir de hoy y hasta el 10 de noviembre.
En su particular delirio, el televisivo profesor de interpretación de los cachorros de Operación triunfo ha convertido a los helénicos protagonistas de esta comedia de Shakespeare en personajes de los años 50. El bosque mágico continúa en su sitio, aunque sobre el escenario del Borràs, por obra del escenógrafo Paco Azorín, el bosque se sitúa en la mitad superior de unas tablas que para esta pieza se ha dividido en dos pisos.
Será entre estos árboles donde Puck (Gavina Sastre) -el duende de Shakespeare que Llàcer ha engominado y enfundado en un traje sustentado por unos vistosos tirantes rojos- guiará a los cuatro jóvenes enamorados por el universo mágico de las hadas, un mundo donde los deseos pueden voltearse sin remedio, de la mano de Titània, la reina de la noche, y de Hipòlita, la reina del día, ambas interpretadas por Judit Farrés.
Angel Llàcer, que debuta en la dirección teatral con esta comedia, ha vestido a Hèrmia (Montse Vellvehí) y a Helena (Clara Segura) con vestidos de tirantes, faldas de abultado vuelo y anchos cinturones, y a Lisandre (Albert Triola) y a Demetri (Joan Carreras) los ha enfundado en ligeros trajes claros de verano. Todo transpira felicidad. Son jóvenes y guardan mucha pasión. Pero la magia y el bosque les depararán muchas sorpresas. «Con esta obra quiero acercar Shakespeare a la gente, para que le pierda el miedo», asegura Angel Llàcer, que ya orquestó esta obra hace cinco años con un grupo universitario.
Es una comedia con mucho ritmo la que creó Shakespeare y será precisamente al son de las notas de cinco músicos que ensayan una pieza para una boda la que marcará el tempo. Y los actores, guiados por la coreógrafa y bailarina Marta Carrasco, se moverán al son de las alegres y festivas partituras creadas ex profeso por Joan Alavedra. «Angel Llàcer tenía claro que el ritmo era muy importante. Estos personajes tienen una vitalidad y una comicidad que necesitan un movimiento muy determinado», aclara Marta Carrasco.
Llàcer, a quien se le ha podido ver más recientemente en The Full Monty y Sallinger, ha querido mantenerse fiel a la obra del dramaturgo y su especial sueño se apoya en la traducción de Salvador Oliva.
16 setembre 2002
«El somni d'una nit d'estiu» se instala a partir de hoy en el Borràs
ELENA CUESTA
BARCELONA.- Era un sueño que tenía desde que estudiaba en el Institut del Teatre. Angel Llàcer anhelaba poder subir al escenario El somni d'una nit d'estiu. Y aquí está, en el Teatre Borràs y al frente de la compañía Parracs, con su doble quimera, la suya y la de Shakespeare. Y el público podrá soñar con ellos a partir de hoy y hasta el 10 de noviembre.
En su particular delirio, el televisivo profesor de interpretación de los cachorros de Operación triunfo ha convertido a los helénicos protagonistas de esta comedia de Shakespeare en personajes de los años 50. El bosque mágico continúa en su sitio, aunque sobre el escenario del Borràs, por obra del escenógrafo Paco Azorín, el bosque se sitúa en la mitad superior de unas tablas que para esta pieza se ha dividido en dos pisos.
Será entre estos árboles donde Puck (Gavina Sastre) -el duende de Shakespeare que Llàcer ha engominado y enfundado en un traje sustentado por unos vistosos tirantes rojos- guiará a los cuatro jóvenes enamorados por el universo mágico de las hadas, un mundo donde los deseos pueden voltearse sin remedio, de la mano de Titània, la reina de la noche, y de Hipòlita, la reina del día, ambas interpretadas por Judit Farrés.
Angel Llàcer, que debuta en la dirección teatral con esta comedia, ha vestido a Hèrmia (Montse Vellvehí) y a Helena (Clara Segura) con vestidos de tirantes, faldas de abultado vuelo y anchos cinturones, y a Lisandre (Albert Triola) y a Demetri (Joan Carreras) los ha enfundado en ligeros trajes claros de verano. Todo transpira felicidad. Son jóvenes y guardan mucha pasión. Pero la magia y el bosque les depararán muchas sorpresas. «Con esta obra quiero acercar Shakespeare a la gente, para que le pierda el miedo», asegura Angel Llàcer, que ya orquestó esta obra hace cinco años con un grupo universitario.
Es una comedia con mucho ritmo la que creó Shakespeare y será precisamente al son de las notas de cinco músicos que ensayan una pieza para una boda la que marcará el tempo. Y los actores, guiados por la coreógrafa y bailarina Marta Carrasco, se moverán al son de las alegres y festivas partituras creadas ex profeso por Joan Alavedra. «Angel Llàcer tenía claro que el ritmo era muy importante. Estos personajes tienen una vitalidad y una comicidad que necesitan un movimiento muy determinado», aclara Marta Carrasco.
Llàcer, a quien se le ha podido ver más recientemente en The Full Monty y Sallinger, ha querido mantenerse fiel a la obra del dramaturgo y su especial sueño se apoya en la traducción de Salvador Oliva.
Feliz estreno en Tàrrega
El somni d'una nit d'estiu aterriza en la cartelera barcelonesa tras un feliz estreno, hace dos semanas, en la Fira de Teatre al Carrer de Tàrrega, donde las buenas críticas arroparon el sueño de Angel Llàcer.
El quinto espectáculo de la compañía Parracs se basa en una de las tres mejores comedias del dramaturgo de Stratford-upon-Avon junto a Nit de Reis y Al vostre gust.
Pero en la obra que sube al escenario del Borràs, Shakespeare fundió realidad y ficción, puesto que los artesanos -aquí convertidos en música- que ensayan una obra para representar en una boda es también el motivo que movió a Shakespeare a escribirla, entre 1595 y 1596 y se sospecha que fue escenificada por vez primera en una boda de la nobleza.
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