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24 de gener de 2009
Buenos Aires
El silencio y la incertidumbre se han apoderado del Teatro Colón de Buenos Aires, cerrado desde hace más de dos años por unas polémicas obras de restauración que, hace 10 días, llevaron a su director, Horacio Sanguinetti, a dimitir.
(EFE)
La situación del Colón se agravó el año pasado debido a las quejas de los trabajadores y de la oposición por la falta de información sobre el plan de restauración y la cancelación de numerosas funciones de los elencos estables. EFE/Archivo
El plan de puesta en valor del deteriorado edificio se puso en marcha en 2001 y, a pesar de que su reapertura había sido fijada para mayo pasado, cuando se cumplía un siglo de la inauguración de uno de los principales escenarios de la lírica y la danza mundial, hubo de aplazar la fecha un año.
A más de una semana de que Sanguinetti dimitiera como director general del Colón tras casi un año de gestión, fuentes del Ayuntamiento de Buenos Aires indicaron a Efe que el alcalde, Mauricio Macri, se tomará su tiempo para elegir al sucesor.
El teatro, administrado por la Municipalidad porteña, es conocido internacionalmente por su acústica, por la calidad de sus puestas en escena, por ser uno de los escasos escenarios del mundo que se abastecen a sí mismos de escenografía y vestuario, y por la majestuosidad de su sala, con capacidad para a 2.500 espectadores.
"Hoy el Colón parece un edificio bombardeado. Las puertas están tapiadas con maderas y desde el 1 de enero no podemos entrar", declaró a Efe José Piazza, delegado general del teatro por la Asociación de Trabajadores del Estado, uno de los dos sindicatos que representan a los 1.300 trabajadores del Teatro.
En tanto, Sanguinetti, que envió su renuncia a Macri por carta mientras estaba de vacaciones, atribuyó su alejamiento a "motivos personales" y, al ser consultado sobre la situación de la sala, reconoció que "el teatro está como hibernado".
La situación del Colón se agravó el año pasado debido a las quejas de los trabajadores y de la oposición por la falta de información sobre el plan de restauración y la cancelación de numerosas funciones de los elencos estables, lo que deslució la conmemoración de los cien años del coliseo.
A diferencia del 2007, cuando el teatro realizó por primera vez en su historia una gira por el exterior en la que presentó la ópera "Turandot", gran parte de las producciones previstas para la temporada pasada fueron abandonadas y se ignoraron preacuerdos para coproducciones internacionales.
"El año pasado la programación fue muy mala y este año será peor, una improvisación total", indicó Piazza antes de advertir que el plan de obras incluye "comedores, restaurantes" y busca "terminar con el Colón de las producciones propias" porque "no tiene que ver con el rédito social, sino con el económico".
El dirigente sindical precisó que en noviembre último comenzaron a otorgar libranzas a empleados del teatro que "no saben cuándo volverán al trabajo" y sostuvo que "hay versiones extraoficiales de que se vienen 500 despidos encubiertos".
Desde que asumió el cargo de alcalde de Buenos Aires, a finales del 2007, el conservador Macri ha responsabilizado a las autoridades que le antecedieron de las demoras que sufrió el millonario plan de restauración.
"El Gobierno porteño está obsesionado en que el Teatro Colón se abra en 2010", afirmó el ministro de Cultura de la ciudad, Hernán Lombardi, quien esta semana se reunió con un grupo de trabajadores de la sala y les garantizó su continuidad laboral.
En septiembre último, el concejo municipal de Buenos Aires aprobó una normativa de autarquía que estableció que el teatro podrá manejar su propio presupuesto y dependerá de un directorio formado por cinco miembros, pero la norma todavía no está siendo aplicada.
"No tenemos director ni sabemos quién va a venir", explicó Piazza, quien recordó que cuando a comienzos de año "se cerró el edificio, ni siquiera dejaron entrar a los jefes de área, que tenían documentación importante en sus oficinas".
"Se llamó a un escribano (notario) para que verificara que jefes de áreas como vídeo, arquitectura teatral, efectos especiales, escenografía, archivo musical o biblioteca no pudieron ingresar al teatro", puntualizó.
El telón del Colón se levantó por primera vez el 25 de mayo de 1908 con "Aída", de Giuseppe Verdi, y con el correr de los años el teatro se convirtió en uno de los principales símbolos de la capital argentina.
24 de gener de 2009
Buenos Aires
El silencio y la incertidumbre se han apoderado del Teatro Colón de Buenos Aires, cerrado desde hace más de dos años por unas polémicas obras de restauración que, hace 10 días, llevaron a su director, Horacio Sanguinetti, a dimitir.
(EFE)
La situación del Colón se agravó el año pasado debido a las quejas de los trabajadores y de la oposición por la falta de información sobre el plan de restauración y la cancelación de numerosas funciones de los elencos estables. EFE/Archivo
El plan de puesta en valor del deteriorado edificio se puso en marcha en 2001 y, a pesar de que su reapertura había sido fijada para mayo pasado, cuando se cumplía un siglo de la inauguración de uno de los principales escenarios de la lírica y la danza mundial, hubo de aplazar la fecha un año.
A más de una semana de que Sanguinetti dimitiera como director general del Colón tras casi un año de gestión, fuentes del Ayuntamiento de Buenos Aires indicaron a Efe que el alcalde, Mauricio Macri, se tomará su tiempo para elegir al sucesor.
El teatro, administrado por la Municipalidad porteña, es conocido internacionalmente por su acústica, por la calidad de sus puestas en escena, por ser uno de los escasos escenarios del mundo que se abastecen a sí mismos de escenografía y vestuario, y por la majestuosidad de su sala, con capacidad para a 2.500 espectadores.
"Hoy el Colón parece un edificio bombardeado. Las puertas están tapiadas con maderas y desde el 1 de enero no podemos entrar", declaró a Efe José Piazza, delegado general del teatro por la Asociación de Trabajadores del Estado, uno de los dos sindicatos que representan a los 1.300 trabajadores del Teatro.
En tanto, Sanguinetti, que envió su renuncia a Macri por carta mientras estaba de vacaciones, atribuyó su alejamiento a "motivos personales" y, al ser consultado sobre la situación de la sala, reconoció que "el teatro está como hibernado".
La situación del Colón se agravó el año pasado debido a las quejas de los trabajadores y de la oposición por la falta de información sobre el plan de restauración y la cancelación de numerosas funciones de los elencos estables, lo que deslució la conmemoración de los cien años del coliseo.
A diferencia del 2007, cuando el teatro realizó por primera vez en su historia una gira por el exterior en la que presentó la ópera "Turandot", gran parte de las producciones previstas para la temporada pasada fueron abandonadas y se ignoraron preacuerdos para coproducciones internacionales.
"El año pasado la programación fue muy mala y este año será peor, una improvisación total", indicó Piazza antes de advertir que el plan de obras incluye "comedores, restaurantes" y busca "terminar con el Colón de las producciones propias" porque "no tiene que ver con el rédito social, sino con el económico".
El dirigente sindical precisó que en noviembre último comenzaron a otorgar libranzas a empleados del teatro que "no saben cuándo volverán al trabajo" y sostuvo que "hay versiones extraoficiales de que se vienen 500 despidos encubiertos".
Desde que asumió el cargo de alcalde de Buenos Aires, a finales del 2007, el conservador Macri ha responsabilizado a las autoridades que le antecedieron de las demoras que sufrió el millonario plan de restauración.
"El Gobierno porteño está obsesionado en que el Teatro Colón se abra en 2010", afirmó el ministro de Cultura de la ciudad, Hernán Lombardi, quien esta semana se reunió con un grupo de trabajadores de la sala y les garantizó su continuidad laboral.
En septiembre último, el concejo municipal de Buenos Aires aprobó una normativa de autarquía que estableció que el teatro podrá manejar su propio presupuesto y dependerá de un directorio formado por cinco miembros, pero la norma todavía no está siendo aplicada.
"No tenemos director ni sabemos quién va a venir", explicó Piazza, quien recordó que cuando a comienzos de año "se cerró el edificio, ni siquiera dejaron entrar a los jefes de área, que tenían documentación importante en sus oficinas".
"Se llamó a un escribano (notario) para que verificara que jefes de áreas como vídeo, arquitectura teatral, efectos especiales, escenografía, archivo musical o biblioteca no pudieron ingresar al teatro", puntualizó.
El telón del Colón se levantó por primera vez el 25 de mayo de 1908 con "Aída", de Giuseppe Verdi, y con el correr de los años el teatro se convirtió en uno de los principales símbolos de la capital argentina.
