13 de febrer 2009

«El teatro siempre nos humaniza en medio de un mundo de dolor »



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7 de febrer de 2009

La gran intérprete argentina, que actúa estos días en Madrid, abrirá en Santander 'Las Noches del Bonifaz'

MAXI DE LA PEÑA
SANTANDER

La actriz argentina Leonor Manso está considerada como de unas las grandes de la escena de su país. / DM

Ciclo: 'Las Noches del Bonifaz'
Obra: '4.48 Psicosis' de Sarah Kane.
Lugar: Filmoteca de Cantabria
Fecha y horario: 24 de febrero. 20.30 horas.
Protagonista: Leonor Manso.
Dirección: Luciano Cáceres.

'Las Noches del Bonifaz' arrancan el martes, 24 de febrero, con la obra de teatro '4.48 Psicosis', de Sarah Kane, protagonizada por la consagrada actriz argentina Leonor Manso. Estos días se encuentra en Madrid representando esta obra en el Teatro Fernán-Gómez. Esta intérprete es la responsable de llevar adelante el texto de Kane, aportando su sensibilidad para atravesar la crudeza del relato. '4.48 Psicosis' es la obra póstuma de la actriz, directora y dramaturga inglesa Sarah Kane, estrenada cuando ya no vivía (se suicidó a los 28 años). El título alude a la hora en que se cometen más suicidios ya que, a esa hora aproximada se acaba el efecto de los fármacos psiquiátricos tomados la noche anterior.
La directora, actriz y directora teatral, Leonor Manso, nacida en Buenos Aires y de padres emigrantes españoles, comenzó sus estudios de teatro en el Instituto de Arte Moderno, que abandonó al poco tiempo para estudiar con Juan Carlos Gené.
Su debut fue en 1969 con 'El deporte de mi madre loca', de Ann Jellicoe, con dirección de Jorge López Vidal. Desde entonces, ha trabajado -entre muchas otras- en obras como 'Romance de lobos' de Ramón del Valle Inclán (1970), 'Las brujas de Salem' de Arthur Miller (1972),' Lisístrata o La rebelión de las mujeres' de Aristófanes (1979/80), 'Periferia' de Óscar Viale (1982), 'Made in Lanús' de Nelly Fernández Tiscornia (1986), 'Medida por medida' de William Shakespeare (1991), 'Tirano Banderas' de Valle-Inclán (1992), 'Noche de parias' de Carlos País (1994) y 'Esperando a Godot' de Samuel Beckett, estas dos últimas como directora. También es destacable su tarea en el cine, donde trabajó a las órdenes de directores como Leopoldo Torre Nilsson, Daniel Tinayre, Manuel Antín, Juan José Jusid ('Made in Argentina' por la que obtuvo la Espiga de Oro de la Seminci a la major actriz) y Fernando Solanas, entre otros.
-De Buenos Aires...
-Porteñísima, todo un orgullo.
-Y una actriz de referencia en su país que pocas veces ha venido por España.
-Es cierto. En 1986 estrené 'Made in Lanús', de Nely Fernández Tiscornia; en 1992 inrterpreté una adaptación de 'Tirano Banderas' de Valle Inclán y en 2007 fui invitada al Grec de Barcelona para escenificar esta obra de Sarah Kane, '4.48 Psicosis'. A un productor le interesó la obra para hace una gira que he empezado en Madrid. Tengo que dedirle que respecto a mi faceta como actriz de cine me premiaron en el Seminci de Valladolid por mi papel en la película 'Made in Argentina' y al año siguiente fui invitada como miembro del jurado. Salgo muy poco de Argentina porque tengo mucho trabajo. En cualquier caso, el argentino si no tiene una ocupación laboral se la inventa (risas).
-'4.48 psicosis' es un texto duro, tremendo, que se estrenó después de quitarse la vida con sólo 28 años la dramaturga inglesa Sarah Kane.
-Es un texto muy difícil porque destila honestidad y cuesta aceptarlo socialmente. Creo que Sarah Kane ha sido una renovadora del teatro.
-¿Todos tenemos un sino?
-Tenemos el destino ineludible de la muerte, pero creo en el concepto del libre albedrío que se produce desde el nacimiento hasta que morimos. En ese intervalo influyen en nuestras vidas las condiciones históricas, las circunstancias vitales y la personalidad de cada uno. Como decía Samuel Beckett «ellas paren sobre una tumba».
-¿Cree que hay vida después de la muerte?
-Unas veces creo que sí, y otras que no. Desde nuestra percepción humana resultaría absurda la vida si no hubiera algo después. Necesitamos creer en algo.
-¿Porqué las personas creyentes no aceptan la muerte?
-Es una gran verdad. Yo he visto ese rostro de pánico a personas que saben que van a morir, pero finalmente se relajan cuando aceptan ese trance. Es una experiencia límite. Las personas que mueren por una enfermedad o por razones de edad terminan desprendiéndose de esta vida. Los médicos no hablan de su profesión, pese a estar más cerca de la muerte, de ese misterio y de ese miedo a lo desconocido.
-¿Cómo aceptó el desafío de abordar en un escenario un asunto casi tabú como el suicidio?
-El texto de Sarah Kane me llegó en otros títulos a través del representante en Buenos Aires de 'Esperando a Godot' de Samuel Beckett. Leí la obra, me interesó su planteamiento del suicidio porque es un tema tabú nen todas las culturas como el incesto: elegir la muerte y no la vida. Me pareció que el nivel poético era de gran altura y el reto era como llevar ese texto a la escena. El director Luciano Cáceres tenía claro que todo el argumento se encontraba en el alma y la cabeza de la autora. Comprendí cuando supe que Sarah Kane se quitó la vida a los 28 años que el suicidio no tiene edad.
-Es un monólogo.
-Es un intenso monólogo de 50 minutos.
-Al término de cada función debe quedar exhausta psicológicamente. El personaje requiere de una entrega al límite.
-Como me gusta lo que hago no me doy cuenta, pero a la hora y media de la finalización de la obra me doy cuenta del esfuerzo mental que he hecho. En el texto, que goza de la palabra concreta para describir los sentimientos, hay también luz, claridad.
-¿Cuál es la reacción del público?
-El teatro nos humaniza en medio de un mundo totalmente deshumanizado. La mayoría de la gente pretende evadirse de su propia existencia y alejarse del dolor que padecen sus semejantes. Yo no me acostumbro a vivir en este mundo con guerras, muertes, asesinatos, pero el sistema se encarga de que no nos compadezcamos de los que sufren estas tragedias. Con esta función salgo más humana y persona y estoy convencida que los espectadores también.
-Usted es una actriz que debutó en el teatro en 1969 con la obra de la autora inglesa Ann Jellicoe 'El deporte de mi madre loca', pero a lo largo de su trayectoria ha tenido una especial querencia por Valle Inclán.
-Valle Inclán es un gran autor y es tan moderno que no le terminamos de comprender. En algún punto coincide con Sarah Kane, sobre todo en plantear situaciones extremas de lo que observa en la vida. Además tengo un marcado origen español ya que mi madre nació en Lugo y mi padre, en Segovia.
-¿Qué le sugiere el teatro clásico?
-El teatro clásico siempre nos refleja grandes pensamientos que continúan siendo vigentes, por eso es clásico. En la segunda parte de este año interpretaré en el Teatro Cervantes de Buenos Aires, el papel de la madre de 'Bodas de sangre' de García Lorca. Es una gran obra con una estructura perfecta.
-¿Buenos Aires es un paraíso del teatro alternativo?
-Lo es del teatro en general, pero el movimiento del teatro alternativo es espectacular porque cuenta con la ventaja de no rendir cuentas al Gobierno, porque se autofinancia.
-Parece que pasó el 'boom' del cine argentino.
-Le afecta la crisis económica mundial, aunque el Instituto del Cine aporta subvenciones. Hay gente joven muy talentosa, pero sí es cierto que pasó aquel momento tan álgido.
-¿Continúa haciendo cine?
-Acabo de terminar el rodaje de 'Los condenados' una película del joven director de cine español Isaki Lacuesta. La trama se desarrolla en la selva peruana y hago el papel de uno de los cuatro protagonistas.
-¿Cómo está la autoestima del pueblo argentino?
-Tenemos autoestima porque somos un pueblo combativo y valioso. Salimos a la calle, nos aplastan, nos volvemos a levantar y nunca hemos perdido el sentido de la dignidad y de la libertad. Somos un país joven y hay una gran energía.

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