70 profesionales y un puñado de políticos analizan la situación de las artes escénicas en Euskadi
ISABEL IBÁÑEZ i.ibanez@diario-elcorreo.com/BILBAO
LA MIRADA. Ramón Barea observa un teatrillo de cartón.
ISABEL IBÁÑEZ i.ibanez@diario-elcorreo.com/BILBAO
LA MIRADA. Ramón Barea observa un teatrillo de cartón.
MAITE BARTOLOMÉ
La 'penúltima' labor de Ramón Barea se asemeja mucho a la de aquella marioneta de bufón de la corte que acababa dando palos al rey y al obispo, aunque lo del teatro y la danza en Euskadi se escriba más bien en clave de drama. De ello ha dejado constancia este polifacético artista bilbaíno -actor, autor y director de teatro y cine-, en un documental que se presenta esta tarde (20.00 horas, entrada libre) en el Ayala de Bilbao. Para ello ha reunido a 70 profesionales de la escena vasca y a un puñado de políticos que desmenuzan todas y cada una de las heridas que sufren estas artes dejadas de la mano de Dios -las instituciones vascas en este caso, a la vista de las opiniones vertidas-. «He elegido Bilbao porque es el paradigma de la catástrofe, un caso extremo de dejadez, pero quiero decir que unas veces la responsabilidad será del Ayutamiento, otras de la Diputación o del Gobierno vasco, y, de vez en cuando, de las tres a la vez», explica Barea. 'Nos sentamos a hablar' es el optimista y conciliador título elegido para este documento, que por no estar dirigido «al gran público» no se exhibirá en salas cinematográficas, sino a través de un DVD con la revista 'Artez' y otras del gremio, y por Internet, donde será colgado una vez presentado en San Sebastián y Vitoria. Barea confía, además, en que despierte el interés de alguna televisión «autonómica o local. Pero sin cortes». Durante hora y media, el documental habla de la necesidad de una Escuela Superior, de las programaciones, de la empresa pública y la privada, los locales, los espectadores... Se incluyen imágenes de representaciones de Cómicos de la Legua, Tarima y Geroa rescatadas de 'Telenorte'. Y lo más importante, por él desfilan actores como Álex Angulo, Mariví Bilbao Goyoaga, Adolfo Fernández y Asier Etxeandia; la directora Helena Pimenta; el bailarín Igor Yebra; Ignacio Amestoy, director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid... «muchos vascos de la diáspora», señala el autor. Aunque también hay de los que se quedaron aquí.
La 'penúltima' labor de Ramón Barea se asemeja mucho a la de aquella marioneta de bufón de la corte que acababa dando palos al rey y al obispo, aunque lo del teatro y la danza en Euskadi se escriba más bien en clave de drama. De ello ha dejado constancia este polifacético artista bilbaíno -actor, autor y director de teatro y cine-, en un documental que se presenta esta tarde (20.00 horas, entrada libre) en el Ayala de Bilbao. Para ello ha reunido a 70 profesionales de la escena vasca y a un puñado de políticos que desmenuzan todas y cada una de las heridas que sufren estas artes dejadas de la mano de Dios -las instituciones vascas en este caso, a la vista de las opiniones vertidas-. «He elegido Bilbao porque es el paradigma de la catástrofe, un caso extremo de dejadez, pero quiero decir que unas veces la responsabilidad será del Ayutamiento, otras de la Diputación o del Gobierno vasco, y, de vez en cuando, de las tres a la vez», explica Barea. 'Nos sentamos a hablar' es el optimista y conciliador título elegido para este documento, que por no estar dirigido «al gran público» no se exhibirá en salas cinematográficas, sino a través de un DVD con la revista 'Artez' y otras del gremio, y por Internet, donde será colgado una vez presentado en San Sebastián y Vitoria. Barea confía, además, en que despierte el interés de alguna televisión «autonómica o local. Pero sin cortes». Durante hora y media, el documental habla de la necesidad de una Escuela Superior, de las programaciones, de la empresa pública y la privada, los locales, los espectadores... Se incluyen imágenes de representaciones de Cómicos de la Legua, Tarima y Geroa rescatadas de 'Telenorte'. Y lo más importante, por él desfilan actores como Álex Angulo, Mariví Bilbao Goyoaga, Adolfo Fernández y Asier Etxeandia; la directora Helena Pimenta; el bailarín Igor Yebra; Ignacio Amestoy, director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid... «muchos vascos de la diáspora», señala el autor. Aunque también hay de los que se quedaron aquí.
«Escandaloso»
«En Vizcaya no hay compañía profesional que viva de hacer teatro para los teatros. Markeliñe, Hortzmuga... están haciendo teatro de calle o infantil y lo complementan con la Cabalgata de Reyes, el Entierro de la Sardina... Es escandaloso, se está reduciéndo la profesión aquí a un nivel de aficionados. Para la programación de los teatros sólo les interesa la taquilla».A la vista de lo que dicen los profesionales, llaman la atención testimonios como el de Jon Sánchez, concejal bilbaíno de Cultura: «En los últimos años se está haciendo aquí un trabajo importante». Barea encuentra «curioso que algunos no reconozcan la situación. Hay gran desconocimiento, por eso algunas declaraciones resultan un tanto... Cuando se dicen en rueda de prensa nadie las discute; pero junto a opiniones de gente que entiende...». Optimista se muestra Patxo Tellería: «Espero que mi hijo de siete años dentro de diez me diga que quiere dedicarse a esto y que yo le responda: 'Me alegra que al fin sientes la cabeza».
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