16 de novembre 2007

Teatro y musicales

10 de novembre de 2007


SE ESTRENA ahora, o no sé si estará ya en los escenarios cuando se publique este artículo, un espectáculo teatral titulado "Acaymo, una gaviota en Madrid" (ignoro si tiene algo que ver en el asunto mi querido amigo Caco Senante, autor de la ya popularizada metáfora). Se promociona como el primer musical canario.
Hombre… yo deseo mucho éxito en la empresa a todos los que están embarcados con entera sinceridad, aunque me toque un poco las narices esa presunción de primicia. El término "musical" en teatro -o en cine- es muy amplio y, por ejemplo, en el séptimo arte hay musicales que han pasado a la historia por su calidad, su contenido o su carga político-social. Pongamos "Cabaret". Musicales ha habido que han reportado merecidos Oscar a sus guionistas, aunque alguno, como Bernard Shaw, no los necesitase: cuando alcanzó la estatuilla ya gozaba del Nobel. "My fair lady" se titulaba la obrita de referencia.
Aunque el concepto "musical", en estos momentos, se encuentra muy restringido por sus características, que yo sepa al menos antes de ahora se han representado en los últimos tiempos otros dos musicales canarios en los escenarios isleños y de por ahí para afuera. Lo digo con conocimiento de causa y sin acritud (aunque se empeñen en presentarse como pioneros archipielágicos del género), porque el autor de ambos textos fue un servidor.
El primero de esos musicales se titulaba "Fuencisla y los pretendientes" y se escribió a finalísimos de los setenta. Se intentó estrenar oficialmente, pero el Gobierno de Adolfo Suárez prohibió la representación y hasta la publicación de la comedia por atentar "contra la unidad del Estado". Conservo el comunicado. Se puso en escena, no obstante, en varias ocasiones de manera clandestina y se montó en diversos escenarios de África y América. La música la compuso Alberto Delgado, actualmente metido en la política cultural: un músico de extraordinaria capacidad y brillantez. Yaiza Borges trató de llevarla al cine y Joseph Villageliú realizó recientemente un reportaje sobre aquel proyecto.
Mi segundo musical aparece casi dos décadas más tarde y recibe, por unanimidad, el premio de Teatro de Autor del Ateneo de La Laguna. "Samba" es una crítica feroz contra la manipulación política del carnaval y, aunque el galardón conlleva su montaje, jamás se pone en escena en Tenerife, por razones obvias, aunque el ayuntamiento lagunero publica el texto y guarda los ejemplares en polvorientos almacenes. Pese a ello, algún libro emprende misteriosos viajes. Y "Samba" se estrena, por fin, hace un par de años, en el Hogar Canario de Caracas. Luego, se representa -no hace mucho- en el Festival de Teatro Iberoamericano de Gran Canaria. "Samba" ha sido la última pieza teatral que he escrito (hay otras doce por ahí, ajenas a la música). No hay género más ingrato en literatura, advierto a los ilusos.

El pipican del Pati del Café Nou

La tarda vespre del divendres 1 de novembre vaig estar a punt de ser agredit (no sé si és la paraula correcte) per un gos mentre el propieta...