06 de setembre 2010

Mendes: «El riesgo de las subvenciones es un panorama teatral escasamente vibrante»


www.lne.es
22 agost de 2010


«Venir a España fue un acierto, el nivel de profesionalidad en los recintos donde hemos trabajado es muy alto», dice el director, que trae a Avilés «The Tempest»
Sam Mendes, durante su estancia en Avilés el pasado mes de julio. ricardo solís

«Nuestra asociación con el Niemeyer ha sido excelente, ojalá se repita», afirma. Avilés
Saúl FERNÁNDEZ

Próspero es un mago. Conjura tormentas. Las nubes negras, los vientos desnortados le condujeron a la isla de Calibán y Ariel: su exilio. Próspero es el protagonista de «The tempest», una de las tragedias más célebres de William Shakespeare y, a la vez, una de las más desconocidas. «The tempest» es también el último espectáculo dirigido por el británico Sam Mendes para la compañía «The Bridge Project», un salto mortal en el mundo del teatro: actores de este y el otro lado del Atlántico, una productora a la antigua de gira por todo el planeta. Un proyecto a tres manos: el teatro Old Vic, de Kevin Spacey, la Brooklyn Academy of Music (BAM) y Neal Street, la productora del propio Mendes. Varias instituciones culturales de Asia y Europa se han sumado al espectáculo. Una de ellas es el centro Niemeyer.

El «Bridge Project» despedirá en Avilés uno de sus montajes de 2010 y, además, pone así la guinda a las Jornadas de Agosto del teatro Palacio Valdés. El año que viene toca descansar. Y en 2012 los actores de Sam Mendes volverán a salir de gira. En 2009 dieron la vuelta al mundo con «El jardín de los cerezos», de Chejov, y con el «Cuento de Invierno», de Shakespeare. Esta pasada primavera, en mayo, la compañía presentó, en el Español de Madrid, «As you like it» y «The Tempest», esta con Stephen Dillane. Mendes salió al escenario del teatro plaza de Santa Ana a recibir los aplausos enardecidos de los madrileños. Hace pocas semanas, el 26 de julio, atendió a las preguntas que sobre «American beauty» -su película con Oscar- le formuló el ex diplomático Inocencio Arias. Los dos, en la penumbra del teatro Palacio Valdés, el odeón que acogerá del jueves al sábado (26, 27 y 28 de agosto a partir de las 21.30 horas) las últimas funciones de este año de la compañía. Sam Mendes, a través de un cuestionario enviado por e-mail, comenta para LA NUEVA ESPAÑA su último espectáculo, vaticina el futuro y alaba el trabajo del Niemeyer.

l Éxito mundial del «Bridge Project». «Uno de los aspectos más gratificantes de este proyecto es ver cómo públicos de diferentes países y culturas responden a los trabajos que presentamos. Todo el mundo parece encontrar las obras de Shakespeare interesantes y atractivas, pero cada uno a su manera. Nuestra compañía es inusualmente afortunada porque es capaz de comprometerse con una variedad de audiencias e incorporar esa información en su labor posterior».

l Involucrar a los productores. «Tengo la suerte de mantener relaciones estrechas desde hace mucho con Kevin Spacey (director artístico del Old Vic) y con Joe Melillo (productor ejecutivo de BAM), ambos son muy visionarios y los dos se manifestaron totalmente favorables con la idea del "Bridge Project" desde el primer momento».

l Labor en la Brooklyn Academy of Music (BAM). «Durante muchos años la BAM ha acogido los espectáculos más interesantes que se han visto en los Estados Unidos. Últimamente, la BAM se ha involucrado más en la producción, y el "Bridge Project" marca su llegada al más alto nivel de producción de teatro internacional».

l Ausencia de «stars». «Nuestro primer objetivo era tener a los mejores actores posibles para las obras que estábamos produciendo. Originalmente, 2008 iba a ser el primer año del "Bridge Project" y Stephen Dillane, a quien considero como uno de los mejores actores del momento, iba a ser el protagonista de "La Tempestad" y "Hamlet", pero, por desgracia, tuvo que retirarse por razones familiares. Cuando Dillane volvió a estar disponible le volvimos a ofrecer el papel de Próspero. Una de mis metas este año fue reunir a un elenco de estrellas jóvenes. Fuimos muy afortunados de poder trabajar con Juliet Rylance o Christian Camargo que tienen carreras incipientes en Nueva York».

l Compromiso público con el teatro. «He tenido la oportunidad de trabajar para el teatro público del Reino Unido y también para productoras privadas en los Estados Unidos. La ventaja de un sistema de subvenciones es que muchos de los recursos pueden mejorar el trabajo en el escenario y son posibles ciertos riesgos, pero también tiene inconvenientes: el principal de ellos es un panorama teatral escasamente vibrante. Lo más importante es desarrollar y apoyar a los artistas para que tengan la oportunidad de crear una obra».

l El prestigio del teatro y el dinero del cine. «En realidad, tanto el teatro como el cine tienen su cuota de prestigio, tanto en lo económico como por la aclamación que uno pueda conseguir. Estar capacitado tanto para el teatro como para el cine es muy sano, mentalmente hablando. Y, además, permite estar muy fresco».

l Nivel del teatro español. «No conozco a fondo el estado del teatro en España, aunque, por supuesto, estoy muy familiarizado con su gran tradición. Lo que sí que he tenido han sido experiencias maravillosas con el público en el teatro Español de Madrid el año pasado y éste también. El nivel de profesionalidad en los teatros donde hemos trabajado es muy alto. Ciertamente, venir a España ha sido una de las mejores cosas que hemos hecho».

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